La dieta repetida, o yo-yo, puede llevar a un aumento de peso.
13 feb. 2018 18:00H
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Investigadores de la Universidad Monash, en Australia, han identificado un interruptor molecular en el cerebro que potencialmente controla la capacidad del cuerpo humano para almacenar grasa, particularmente después de largos periodos de ‘hambruna’ o pérdida de peso, un proceso que subyace a la dieta yo-yo, cuando recuperamos el peso perdido haciendo dieta.
En concreto, los científicos han identificado una proteína en ratones, llamada carnitina acetiltransferasa (Crat), en células cerebrales que procesan el hambre y regulan el almacenamiento de grasa después de la dieta, como detallan en un artículo publicado en la revista internacional Cell Reports.
Cuando estamos a dieta (o evolutivamente cuando hay una hambruna) nuestros cuerpos queman más grasa para proporcionar suficiente energía; pero al mismo tiempo, nuestros cerebros luchan por conservar la energía y, tan pronto como los alimentos están disponibles, el cuerpo cambia de la quema a la acumulación de grasa y en su lugar utiliza las calorías ingeridas de los alimentos.
Manipular una proteína para engañar al cerebro
El equipo de investigación internacional descubrió la proteína Crat y desarrolló un ratón que tenía esta proteína desactivada genéticamente. Estos roedores, cuando ayunan o se alimentan después de un ayuno, consumen sus reservas de grasa a una tasa mayor que la normal.
Según Zane Andrews, profesor asociado de esta entidad, la dieta repetida, o la dieta yo-yo, puede llevar a un aumento de peso porque el cerebro interpreta estas dietas como hambrunas cortas e insta a la persona a almacenar más grasa para futuras carencias. Por primera vez, la proteína Crat en las células cerebrales que procesan el hambre ha sido identificada como el interruptor que instruye al cuerpo para que reemplace el peso perdido mediante un mayor almacenamiento de grasa.
“La manipulación de esta proteína ofrece la oportunidad de engañar al cerebro y no reemplazar el peso perdido a través del aumento del apetito y el almacenamiento de grasa”, señala. “Al regular esta proteína, podemos asegurarnos de que la pérdida de peso inducida por la dieta se mantenga en lugar de volver a escaparse”.
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