11 jul. 2022 11:25H
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La primera terapia desarrollada específicamente para la cefalea postraumática redujo significativamente la discapacidad relacionada en veteranos tras una lesión cerebral traumática (LCT). También redujo los síntomas concurrentes del trastorno de estrés postraumático (TEPT) de forma comparable a un tratamiento estándar, según publican los investigadores en la revista JAMA Neurology.
Además, el tratamiento innovador, la Terapia Cognitivo-Conductual para el Dolor de Cabeza (TCDC), resultó atractivo para los pacientes, ya que mostró bajas tasas de abandono, y es fácil de aprender y aplicar para los terapeutas, lo que aumenta su potencial para ser ampliamente difundido y mejorar la vida de cientos de miles de miembros del servicio y veteranos.
Este trabajo ha sido realizado por un equipo de investigadores dirigido por McGeary, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UT Health San Antonio), en Estados Unidos, y forma parte de la labor del Consorcio para Aliviar el TEPT, un grupo financiado conjuntamente por los Departamentos de Defensa y de Asuntos de los Veteranos.
"Estamos entusiasmados con este avance en el tratamiento de la cefalea postraumática, que, junto con la LCT, es poco conocida y cuyas opciones de tratamiento son muy limitadas", asegura McGeary, profesor asociado de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina Joe R. y Teresa Lozano Long. "Encontrar el primer éxito de tratamiento importante para el dolor de cabeza postraumático, que es posiblemente el síntoma más debilitante de TBI, y que el tratamiento también reduce significativamente los síntomas comórbidos de TEPT, es un gran avance", asegura el experto.
Sin terapia eficaz para la LCT y el TEPT
Tanto la LCT como el TEPT son heridas características de los conflictos militares posteriores al 11 de septiembre, y ambas afecciones suelen presentarse juntas. Las cefaleas postraumáticas, o los dolores de cabeza que se desarrollan o empeoran tras una lesión en la cabeza o el cuello, se vuelven crónicas y debilitantes en un gran porcentaje de quienes sufren una LCT, como una conmoción cerebral, lo que inhibe su capacidad para realizar las actividades de la vida diaria. Cuando el TEPT es coexistente, puede empeorar los dolores de cabeza y hacerlos más difíciles de tratar.
Existen tratamientos eficaces para el TEPT, pero no para la cefalea postraumática, que, junto con la LCT, los científicos siguen tratando de comprender. Los medicamentos para la migraña que se utilizan habitualmente para aliviar el dolor de cabeza no alivian la discapacidad relacionada. Además, suelen tener efectos secundarios no deseados y su uso excesivo puede empeorar las cefaleas.
McGeary explica la teoría actual de que el TEPT puede ser un "motor" del dolor de cabeza postraumático y de la discapacidad que provoca. Por ello, el equipo de investigación quería estudiar tanto la interacción de las afecciones como su tratamiento y encontrar una terapia eficaz para ambas.
¿Cómo diseñaron la nueva terapia?
El equipo desarrolló la TCDC modificando una psicoterapia para las migrañas. En este estudio, evaluaron su eficacia con el dolor de cabeza postraumático y los síntomas del TEPT concurrentes. El ensayo se llevó a cabo en el Centro de Rehabilitación de Politraumatismos del Sistema de Atención Médica para Veteranos del Sur de Texas. Los participantes tenían síntomas de TEPT clínicamente significativos y dolores de cabeza que persistían más de tres meses después de una LCT.
Fueron asignados al azar para recibir la TCDC, un tratamiento líder para el TEPT llamado Terapia de Procesamiento Cognitivo (TPC), o la atención habitual proporcionada en el Centro de Politraumatismos del VA. La TCDC, que utiliza conceptos de terapia cognitivo-conductual para reducir la discapacidad por cefalea y mejorar el estado de ánimo, incluye componentes clave como la relajación, el establecimiento de objetivos para las actividades que los pacientes quieren retomar y la planificación de esas situaciones.
La TPC es una psicoterapia líder para el TEPT que enseña a los pacientes a evaluar y cambiar los pensamientos perturbadores y desadaptativos relacionados con su trauma, con la idea de que, al cambiar sus pensamientos, pueden cambiar la forma en que se sienten.
Un aumento de la calidad de vida
Lo que los investigadores descubrieron al final del tratamiento fue que, en comparación con la atención habitual, los que recibieron la TCDC informaron de reducciones significativas en la discapacidad y en el impacto negativo en la función y la calidad de vida diaria. También mostraron una mejora en los síntomas del TEPT comparable a la del grupo que recibió TPC. Todas estas mejoras del tratamiento se mantuvieron seis meses después de la finalización del mismo.
La fisioterapia, en cambio, produjo mejoras significativas y duraderas en los síntomas del TEPT, pero por sí sola no mejoró la discapacidad por cefalea "Esto fue una sorpresa. Si las teorías sobre el TEPT que impulsa el dolor de cabeza postraumático son correctas, se esperaría que la fisioterapia ayudara tanto al TEPT como al dolor de cabeza. Nuestros hallazgos lo ponen en duda", reconoce McGeary.
Curiosamente, la TCDC no redujo la intensidad o la frecuencia del dolor de cabeza en comparación con la atención habitual. McGeary cree que sus drásticas reducciones en el impacto negativo en la vida probablemente se deban a que fomenta la confianza de los pacientes en que pueden controlar o manejar sus dolores de cabeza, un concepto conocido como "autoeficacia". Esa sensación de control fue clave para ayudar a los pacientes a "recuperar sus vidas".
"Si se puede mejorar la creencia de una persona de que puede controlar su dolor de cabeza, funciona mejor. Esto se debe a que, cuando se trata de una condición de dolor incapacitante a largo plazo, las personas toman decisiones sobre si van a participar activamente en cualquier tipo de actividad, especialmente si la actividad exacerba la condición de dolor. Toman esas decisiones basándose en su percepción de la capacidad de manejar su dolor", añade. MacGeary.
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