Neurólogo examinando una radiografía.
Factores como el sedentarismo, una dieta inadecuada o el tabaquismo, pueden empeorar la salud cerebral de los pacientes y, a la larga, favorecer la aparición de enfermedades como la
epilepsia, las
cefaleas o el
deterioro cognitivo. Es por ello que, la
Sociedad Española de Neurología (SEN), consideran fundamental aprovechar la "ventana de oportunidad" que se genera durante las fases preclínicas, ya que de la acción de los profesionales en ese momento dependerá el éxito de las estrategias preventivas.
La entidad pone el foco, de igual modo, en las intervenciones multimodales -aquellas que abordan simultáneamente diferentes
mecanismos accionables de la salud cerebral- al considerarlas, "especialmente adecuadas para prevenir el deterioro cognitivo y la discapacidad cerebral", puesto que el cerebro se "ve afectado a lo largo de la vida por una mezcla de variables endógenas y exógenas, las cuales, a su vez, influyen entre sí y ejercen sus efectos de forma independiente y conjunta".
Por ello, la sociedad científica es partidaria de
incluir cinco factores en las intervenciones holísticas dirigidas a la salud del cerebro: la
nutrición, la actividad física, el sueño, la salud cardiovascular y la salud inmunológica, tal y como especifica en el '
Informe sobre la relación entre las enfermedades neurológicas y la salud cerebral'.
El deporte previene casi la mitad de los casos de alzhéimer
Esta recomendación es algo que la entidad ha ejemplificado en patologías como el
deterioro cognitivo, en el que "la
inactividad física, la diabetes, el tabaquismo y el aislamiento social" aumentan el riesgo de padecerlo, especialmente en el caso del alzhéimer. Estos son una serie de factores que
pueden controlarse, llegando a prevenir "hasta un 45 por ciento de los casos". Por ello, desde la organización científica, consideran clave
hacer un "enfoque integral" desde etapas tempranas, tanto con
farmacología como sin ella, con la finalidad de promover la salud cerebral de estos pacientes.
La relación entre el sueño y la salud cerebral es innegable y, para la prevención o mejora del tratamiento de los trastornos relacionados, también. Desde la SEN han explicado que
dormir de forma adecuada "tanto en cantidad como en calidad" tiene un impacto positivo en la salud cerebral y es un "indicador" de fases tempranas de otras
patologías neurodegenerativas, lo cual le da más importancia todavía a
prestar atención a esta variable.
Este es un factor que hay que tener en cuenta en
trastornos como el insomnio, pero también en otras patologías, como en la epilepsia, debido a que "una mala calidad del sueño
facilita la aparición de crisis". En la
esclerosis múltiple el control del sueño también es muy importante, ya que los pacientes con esta enfermedad "suelen tener dificultades para dormir", lo que puede provocarles "inflamación y estrés oxidativo en el cerebro", además de afectar a la "integridad de la substancia blanca", por lo que desde SEN han afirmado que "promover una buene higiende del sueño debe de ser una de las metas a alcanzar".
El dolor neuropático es otro de los factores señalados por la organización científica que deben de atenderse para mejorar la salud cerebral y las
patologías neurológicas. El
tratamiento de esta dolencia constituye "una
necesidad médica" no cubierta para la SEN, y, en su opinión, debe de ser "precoz, escalonado pero agresivo". Además, debe de combinarse la farmacología con otras variables para tratarlo de forma adecuada, como la
estimulación cognitiva, el
ejercicio físico adaptado, dieta, fomento de actividades sociales y la prevención de otros factores de riesgo vascular.
Salud cerebral y envejecimiento
Una correcta salud cerebral durante la vejez puede marcar la diferencia entre "la
calidad de vida y la ausencia de la misma", según la SEN. Es por eso que consideran su optimización y mantenimiento "cruciales" e invitan a poner el foco en el marco conceptual de los "
ancianos funcionales".
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