Juan Fortea, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN.
El 21 de septiembre se conmemora el
Día Mundial de la Enfermedad de Alzheimer, una
enfermedad neurológica que, según datos de la Sociedad Española de Neurología
(SEN), actualmente padecen unas
800.000 personas en España. El alzhéimer es no es solo la principal causa de
demencia en todo el mundo, sino también la enfermedad que
mayor discapacidad genera en personas mayores en España y, por lo tanto, con uno de los mayores gastos sociales. Expertos consideran que modificiando nueve factores de riesgo, entre los que se incluyen el sedentarismo o el tabaquismo, se podrían reducir entre uno y tres millones de casos en todo el mudno.
En España, la SEN calcula que el
coste medio de un paciente con alzhéimer
oscila entre 17.100 y 28.200 euros por paciente y año. Un precio que
aumenta con el
empeoramiento cognitivo, llegando hasta los
41.700 euros en los casos graves,en los que una parte de los pacientes precisan
institucionalización. Teniendo en cuenta todos los niveles de gravedad, la SEN estima que el coste total en España del tratamiento del alzhéimer, en pacientes mayores de
65 años, es de unos
10.000 millones de euros anuales, lo que viene a representar el 1,5 por ciento del producto interior bruto nacional.
En 2015 había alrededor de
47 millones de personas con
demencia en el mundo y, de acuerdo con las proyecciones de población, si la prevalencia de demencia actual se mantiene constante, en el año
2050 habrá alrededor de
130 millones de personas.
En España, entre un tres y un cuatro por ciento de la población de entre 75 y 79 años está diagnosticada de alzhéimer, unas cifras que aumentan hasta el 34 por ciento en mayores de 85 años. Además, la SEN estima que alrededor del 15 por ciento de la población mayor de 65 años padece d
eterioro cognitivo leve y que, en el 50 por ciento de los casos, sería debido a esta enfermedad.
Primera causa de demencia neurodegenerativa
“La enfermedad de Alzheimer es la
primera causa de
demencia neurodegenerativa en el mundo y supone un
problema sanitario de primer orden. Además, debido a que es una enfermedad cuy
a prevalencia aumenta exponencialmente a partir de los 65 años, ante el
progresivo envejecimiento de la población española, urge el
desarrollo de políticas sanitarias destinadas a garantizar el
adecuado diagnóstico y
acceso a los tratamientos presentes y futuros en España, así como la puesta en marcha de registros nacionales que permitan precisar la verdadera prevalencia e incidencia del alzhéimer”,
Juan Fortea, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
"Urge invertir en lograr un mayro conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad"
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Según datos de la SEN,
cada año se diagnostican en España unos
40.000 nuevos casos de alzhéimer. Sin embargo, se estima que el 80 por ciento de estos que aún son leves están
sin diagnosticar y que entre el 30 y el 40 por ciento de los casos totales también lo estarían. Una situación que
impide que se puedan
instaurar precozmente tratamientos farmacológicos y
no farmacológicos que
ralentizan el deterioro cognitivo y
controlan los trastornos conductuales, ya que existen fármacos que consiguen mantener durante un tiempo el estado neuropsicológico y funcional del paciente.
En todo caso, debido a que los fármacos disponibles actualmente para la enfermedad de Alzheimer solo consiguen
enlentecer la progresión de los síntomas, y no se disponen en el momento actual de fármacos modificadores de la enfermedad eficaces para reducir su gravedad y restaurar la función cognitiva, la
intervención sobre los
factores de riesgo modificables de la enfermedad constituye en el momento actual una de las alternativas más eficaces para la prevención activa de la misma y la reducción de su incidencia.
Nueve factores de riesgo
“Se estima que la
mitad de los casos de la enfermedad de Alzheimer se puede atribuir a nueve factores de riesgo potencialmente modificables:
diabetes mellitus,
hipertensión arterial en edad media de la vida,
obesidad en edad media de la vida,
tabaquismo,
inactividad física,
depresión,
inactividad cognitiva o
bajo nivel educativo, la
hipoacusia y el
aislamiento social”, explica
Juan Fortea. “Por lo que una reducción de entre un 10 y un 25 por ciento en dichos factores de riesgo podrían potencialmente prevenir entre 1 y 3 millones de casos de alzhéimer en el mundo”.
Por otra parte, y pese a los
importantes avances que se han producido en los últimos años, la etiopatogenia de la enfermedad de Alzheimer sigue sin estar del todo aclarada. En la enfermedad de Alzheimer, menos del uno por ciento de los casos son
genéricamente determinados. Esto significa que el 99 por ciento de los casos son casos esporádicos en los que, por lo que se sabe hasta ahora, la enfermedad se origina por una
interacción entre una
predisposición genética y
factores ambientales como nuestro estilo de vida.
“Por lo tanto, no solo
urge impulsar planes de prevención primaria, principalmente con un
mayor control de los factores de riesgo vascular y un
estilo de vida más saludable en general, sino también invertir en lograr un mayor conocimiento de la fisiopatología de esta enfermedad que facilitaría el desarrollo de fármacos más eficaces”, comenta Juan Fortea.
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