Germán Peces-Barba, vicepresidente neumólogo de Separ.
Neumología ha sido una de las especialidades más implicadas en la atención de
pacientes Covid-19 en las unidades de hospitalización de los hospitales. Cada centro, explica el vicepresidente neumólogo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ),
Germán Peces-Barba, tiene su organización. Y la estructura está mucho más asentada que al inicio de la pandemia, aunque aún tienen dudas sobre los recursos -materiales y humanos- de los que dispondrán en las unidades de cuidados intermedios que tanto han ayudado a disminuir la mortalidad en la primera ola.
"Hay una estructura que se está implantando de una manera menos acelerada de lo que pasó en marzo. Ahora
se está programando mejor. De momento no se está llamando a la gente que se ha ido de vacaciones para que vuelva sino que se mantiene el ritmo que estaba previsto, aunque
no sé si vamos a poder aguantarlo así mucho tiempo porque los casos van aumentando", asegura el neumólogo, que explica a
Redacción Médica cómo es la situación postCovid de estos servicios.
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Así, señala que "hay una estructura que se dejó creada tras el pico anterior", que es "la
organización de las medidas de aislamiento y de protección de las pruebas respiratorias que suponen
mayor riesgo, como son las
pruebas de función pulmonar y la
broncoescopia". "Esas pruebas que, sobre todo en el caso de la segunda, se realizaron en gran cantidad en el pico anterior, ya se hicieron con medidas de aislamiento y equipos de protección. Ahora el personal está más entrenado en su uso", añade.
Por el momento indica que no se ha variado nada, sino que en su centro cada unidad sigue con su actividad programada. Aunque "todo el mundo está en alerta en el sentido de que en cualquier momento puede cambiar, ya que por experiencia sabemos que con el coronavirus puede haber un gran cambio de un día para otro".
Distintas plantas de hospitalización
Con todo, sigue habiendo
plantas de hospitalización solamente para Covid-19 distintas a la que ingrean enfermos respiratorios que no sean positivos. "En el caso de que no sean de Neumología, presentan una asistencia también de los neumólgoos o va compartida con personal de Medicina Interna, pero nunca se mezclan en la misma planta por seguridad", señala.
"Todo el mundo está en alerta en el sentido de que en cualquier momento puede cambiar la situación con el Covid-19"
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"Hay un apartado muy importante que quizás supuso el
mayor cambio en cuanto a la atención de la insuficiencia respiratoria: las unidades de cuidados intermedios respiratorios. Estas unidades sirvieron de contención para los
pacientes críticos o semicríticos que entonces estaban pendientes de ingresar en una
unidad de cuidados intensivos (UCI) y que no lo habían hecho por falta de disponibilidad de camas", añade.
"Todo esto en un entorno específicamente Covid -prosigue-, ya que en las medidas de tratamiento de insuficiencia respiratoria suponen un
incremento de riesgo de contagio al aplicarse medidas de presión, de flujos, el aumento de la velocidad del aire que se exhala, y se administran muchas veces aerosoles..."
Estas unidades de cuidado intermedios no son iguales en todo los centros. "Hay hospitales que las tienen organizadas de base, y otras donde no están bien estructuradas. En algunos sitios van integradas en cuidados intensivos; en otros hospitales en Neumología. Crecieron mucho, pero algunas
no tuvieron el aporte complementario del equipamiento que se hizo necesario, porque había una altísima demanda de pacientes y no se contaba respiradores para todos o no había equipos para proporcionar oxígeno a altas concentraciones... Empezaban entonces a circular
medidas alternativas, no totalmente validadas clínicamente, como máscaras de buceo. Todo esto no fue validado de una manera adecuada ni hay seguridad de que funcionara de manera correcta. Cualquier intento de proporcionar apoyo al paciente era bienvenido. Y algunas veces estas medidas pudieron ayudar, pero no siempre", explica.
Incertidumbre con los cuidados intermedios
Explica que ahora mismo
no saben en qué situación ha quedado porque cuando terminó la demanda del pico de la pandemia se relajó todo. "No estamos seguros de si las autoridades sanitarias y las gerencias hospitalarias han conseguido un equipamiento que faltó en aquel momento. Esa es la gran pergunta que ahora mismo nos hacemos: si realmente las consejerías de sanidad y gerencias han hecho una
dotación completa", asegura.
"No van a ser muchos los pacientes con una disminución de la capacidad pulmonar permanente"
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"También de personal y de organización -prosigue- porque en algunos hospitales crecieron muchísimo. Se
improvisaron habitaciones de una manera federada, se procedió a la
instalación de monitores -en algunos completos y en otros insuficientes-,
movimiento de tabiques... Todo esto se ha ido desmontando después de que disminuyese la demanda. Y
no tenemos información de si existe una buena preparación para reinstaurar o recolocar todo sin improvisación y con los equipamientos adecuados. Creíamos que iba a ser una buena ocasión para organizar y tener bien estructuradas estas unidades, como medida que está demostrada su utilidad en insuficeincia respiratoria y de apoyo para evitar ingresos en UCI. Creo que es lo más importante que hemos hecho los servicios de Neumología", afirma.
Sobre el resto de cambios, señala que han sido los mismos que en otras especialidades: hubo que
suspender las cirugías no programadas y
cerrar consultas para prestar apoyo a la pandemia, y que ahora, aunque sigan abiertas, se ha intentado disminuir en lo posible el presencialismo. Para ello se han apoyado en la teleconsulta, la telemotorización e, incluso, el chat online. "Esto va a ser un antes y un después, es un sistema bueno, y ya no sóoo para proteger al paciente, sino porque reslamente presta un buen servicio asistencial sin necesidad de que el paciente venga", explica.
Menos pacientes con secuelas
Y sobre si esperan tener muchos más pacientes con secuelas pulmonares a raíz del Covid-19, lo que todo parece indicar hasta ahora es que no.
"Los que realmente van a quedar con
secuelas pulmonares que lleven a una disminución de la capacidad pulmonar no van a ser muchos", asegura. Así lo están viendo en las revisiones que hacen tres meses después de dar el alta a los pacientes. Y son aquellos de los que estuvieron con un pronóstico muy grave en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Por lo general, hay una tendencia a la mejoría.
"Seguramente queden unos pacientes con una limitación de la función pulmonar de vida, no muchos pero sí un porcentaje pequeño. Esto no va a suponer una
gran carga de actividad asistencial", concluye.
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