"La ley es incapaz de controlar la epidemia de las nuevas formas de tabaco"

Las nuevas formas de consumir tabaco, con un disfraz que las hace parecer "menos perjudiciales", están haciendo que la sensibilización de la población en cuanto al tabaquismo disminuya y el número de fumadores aumente. Para revertir esta situación, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) propone modificar la legislación nacional vigente para actuar contra estos nuevos métodos de fumar: cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado y las bolsitas de nicotina. En una entrevista concedida a Redacción Médica, su expresidente e impulsor del Área de Tabaquismo de la Sociedad defiende y detalla el cómo llevar a cabo estas medidas. 

A pesar de este difícil escenario para los profesionales que luchan contra el tabaquismo, Jiménez-Ruiz invita a las nuevas generaciones a ser optimistas. Lo hace repasando la larga trayectoria de tres décadas del Área de Tabaquismo, tanto los momentos buenos como los más difíciles.

Este especialista en hábito tabáquico ha reivindicado los logros del Área de Tabaquismo en estos treinta años, así como su papel fundamental en las Leyes de 2005 y 2010 de medidas sanitarias frente al tabaquismo y los nuevos retos en torno al tabaquismo, que, durante el último año, provocó la muerte a más de 1.000 personas a la semana en nuestro país.

Carlos A. Jiménez-Ruiz ha asegurado que el Área de Tabaquismo es un éxito.

Como primer coordinador del Área de Tabaquismo e impulsor de su creación, ¿qué reflexión hace de este proyecto que cumple 30 años?

La reflexión es que este es un proyecto de éxito en todos los aspectos. Ha tenido éxito en el aspecto asistencial, porque la creación del Área de Tabaquismo ha servido para producir una serie de documentos científicos a lo largo de estos 30 años en relación con el diagnóstico, el tratamiento y la asistencia a los fumadores, todos ellos muy importantes. Desde un punto de vista docente, la puesta en marcha del Área de Tabaquismo ha servido para formar  a muchísimos profesionales sanitarios, no solamente a los de Separ, sino a profesionales sanitarios de toda España y de fuera de nuestras fronteras.

También ha sido un proyecto de éxito en cuanto a aspectos de investigación. La creación del área ha servido para mejorar, incrementar y poner en práctica proyectos de investigación básica, clínica y epidemiológica sobre tabaquismo. Estos proyectos se han llevado a cabo en España y, en ocasiones, en colaboración con países iberoamericanos y con otros países europeos. Desde el punto de vista de la divulgación social también es un éxito. La creación del área ha servido para poner en práctica campañas dirigidas a la población general española para incrementar su sensibilización en el problema del tabaquismo y aumentar su interés por el abandono del consumo del tabaco. Además, ha sido importante por dar información correcta sobre los tratamientos eficaces y seguros para ayudar a dejar de fumar.

El ámbito docente e investigador del Área de Tabaquismo ha sido resaltado por Carlos A. Jiménez-Ruiz.

Con la creación del Área de Tabaquismo también se ha podido entrar en comunicación con instituciones político-sanitarias, con otras sociedades científicas, con colegios profesionales y con otras instituciones con las que se ha colaborado para poner en marcha proyectos dedicados a la prevención y al control de esta enfermedad que causa 56.000 muertos anuales en nuestro país. Este es un proyecto que, a lo largo de estos 30 años, ha mostrado un éxito en todos los aspectos que podemos tener en cuenta: asistencial, docente, investigador, divulgador e institucional.

¿Qué momentos considera los más desafiantes durante su gestión al frente del Área de Tabaquismo de Separ?

He sido coordinador del Área de Tabaquismo en dos ocasiones. La primera vez fue cuando la iniciamos y después, cuando llevaba funcionando un tiempo. El momento más desafiante ocurrió cuando la estábamos fundando. Era el momento más difícil, cuando un grupo de jóvenes neumólogos de Separ se unieron y, trataron de hacer comprender a la Junta Directiva de aquel momento, que era necesario que el tabaquismo tuviera un área en nuestra sociedad científica.

Hubo suerte. Tuvimos la ayuda, en aquel momento, del presidente de Separ, Lorenzo Fernández-Fau, que apoyó la creación del área, pero, dos o tres años después, el equipo tuvo algunos problemas porque estábamos comenzando. Y ahí, sin lugar a dudas, tuvimos la enorme ayuda de quien en aquel momento era presidente, Víctor Sobradillo Peña, que entendió la importancia de tener un Área de Tabaquismo. Él ayudó y potenció el área. A partir de aquel momento, el equipo tomó un despegue importante para Separ.

Carlos A. Jiménez-Ruiz ha remarcado la importancia de la formación en tabaquismo cuando estuvo al frente de Separ.

Después, cuando era coordinador del área por segunda ocasión, logré poner en marcha, en colaboración con quien en aquel momento era presidente, Juan Ruiz Manzano, el programa de investigación integrada en tabaquismo, dando así un golpe definitivo a favor de lo que es la investigación en el hábito tabáquico en nuestra sociedad y en España.

Como expresidente de Separ, ¿cómo ha influido su experiencia en el Área del Tabaquismo en su visión de la sociedad y sus objetivos?

Yo llegué a la presidencia de Separ después de haber sido coordinador del Área de Tabaquismo en dos ocasiones y director del Programa Integrado de Investigación (PII) en hábito tabáquico. Entonces, qué duda cabe que, mi formación como gestor en la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica estaba muy influenciada por todo lo relacionado con el tabaquismo. Pero claro, al llegar a la presidencia, no era solo tabaquismo. Separ es enfermedades neumológicas, de patología quirúrgica, torácica, etc. Es una sociedad amplia. Aunque me influía la actividad que había tenido dentro del Área de Tabaquismo y del PII de tabaquismo, la actividad es mucho más amplia.

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Toda nuestra actividad divulgativa ha convertido a Separ en referencia sobre tabaquismo

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¿Cuáles diría que son los mayores logros de Separ y de su Área de Tabaquismo?

Como primer logro, desde un punto de vista asistencial, Separ ha conseguido establecer y dejar claro, no solo para los miembros, sino para un buen número de profesionales sanitarios españoles, que el tabaquismo es una enfermedad adictiva, crónica y recidivante, y esto es un dato fundamental. En este sentido, también es importante establecer que el Área de Tabaquismo de Separ ha conseguido establecer la acreditación de Unidades especializadas en tabaquismo a lo largo de toda España, específicamente acreditadas por la sociedad científica.

Desde un punto de vista docente, los cursos del Área de Tabaquismo de Separ, en cuanto a formación en tabaquismo, han contribuido a que muchos profesionales sanitarios de España y de fuera de nuestras fronteras, conozcan y entiendan el tabaquismo como enfermedad crónica y la manera de tratarlo y prevenirlo. 

Desde el afán investigador, se han puesto en marcha estudios que han servido para obtener conocimiento muy importante, con datos sobre el tabaco en nuestro país. Se ha podido presentar esa información, no solo a la comunidad científica, sino también a la comunidad político-administrativa, para que se tomasen las decisiones más adecuadas para controlar el tabaquismo en nuestro país. Y, por supuesto, toda la actividad divulgativa, que ha convertido a Separ en referencia sobre tabaquismo para los periodistas, para la información mediática de nuestro país.

Carlos A. Jiménez-Ruiz ha reivindicado la importancia de la sensibilización en estos 30 años.

En términos de prevención y tratamiento, ¿cómo ha evolucionado la percepción de la sociedad y las políticas públicas sobre el tabaquismo en España desde los inicios del área?

Ha habido una evolución satisfactoria, en cuanto a sensibilización y mayor conocimiento. Hace 30 años, la sensibilización sobre tabaquismo, tanto en población general como en profesionales sanitarios, era muy baja. La prevalencia de tabaquismo en población general era alta y entre profesionales sanitarios era incluso mayor. A lo largo de todos estos años, con el trabajo de todos, no solamente con el trabajo de Separ, sino con todas las sociedades científicas y las autoridades político-sanitarias, se ha conseguido reducir la prevalencia de tabaquismo, tanto en población general, como entre sanitarios.

Hace 30 años, muy pocos profesionales sanitarios españoles sabían que el tabaquismo es una enfermedad adictiva, crónica y recidivante, muy pocos. La mayor parte de la gente creía que era un mal hábito, que era un trastorno del comportamiento. No, el tabaquismo es una enfermedad adictiva, crónica y recidivante. Hoy en día, la mayor parte de los profesionales sanitarios españoles saben que el tabaquismo es precisamente esto.

No solamente hubo avances en cuanto a la sensibilización, sino también en el conocimiento de esta enfermedad. La ayuda a los fumadores para que dejen de serlo ha cambiado. Hace años, un buen número de profesionales sanitarios, no sabían de la existencia de tratamientos seguros y eficaces para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Hoy en día, un buen número de ellos los conocen y están preocupados por el conocimiento de los mismos para prescribirlos a sus pacientes y ayudarlos para que abandonen de forma definitiva el consumo del tabaco. Ha habido bastante cambio, aunque todavía es necesario seguir insistiendo.

¿Qué papel ha jugado Separ en la implementación y seguimiento de las Leyes de 2005 y 2010 de medidas sanitarias frente al tabaquismo?

Separ ha jugado un papel, muy importante en esto. Trascendental. Se han hecho estudios de investigación epidemiológica y se les han presentado a las autoridades político-sanitarias para que, teniendo en cuenta sus resultados, tomasen las decisiones adecuadas. En este sentido, me interesaría reseñar los estudios sobre prevalencia de tabaquismo pasivo y sus actitudes en la población general española que hemos hecho a lo largo de todos estos años. Separ hizo un primer estudio, antes de que saliera la ley de 2005, en la que se veía claramente que la prevalencia de tabaquismo pasivo era altísima y la sensibilización muy baja. Se hizo otra vez después de que apareciese la ley y vimos que la prevalencia se había reducido, pero no de manera potentísima. Seguía habiendo altas tasas de prevalencia de tabaquismo pasivo, por ejemplo, en los restaurantes, en los lugares de ocio y en los bares.

La ley de 2005 no tenía una regulación suficientemente estricta para Carlos A. Jiménez-Ruiz.

Esos datos se pusieron a disposición de las autoridades políticas, advirtiéndoles de que aquella ley del 2005 había supuesto un avance, pero no era muy significativo, por ser una ley un poco laxa, sin una regulación estricta del consumo del tabaco en lugares públicos. Era necesario hacerla más fuerte. Después de mucho esfuerzo, en el año 2010, se hizo una nueva ley. Y, en un nuevo estudio que hicimos, sobre prevalencia de tabaquismo pasivo, se pudo comprobar que se había reducido mucho más en nuestro país. No solamente eso. La sensibilización con respecto a este problema también había mejorado.

Hemos vuelto a repetir ese estudio hace apenas un año, y hemos observado que la prevalencia de tabaquismo pasivo se ha vuelto a incrementar, que la sensibilización se ha reducido con respecto a este problema, y que, encima ha aparecido un nuevo protagonista fundamental: las nuevas formas de consumo de tabaco, los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado. Se volvieron a poner en conocimiento del Ministerio de Sanidad los resultados de este cuarto estudio de tabaquismo pasivo, para que comprendan que es importantísimo hacer una modificación de la actual legislación nacional que regula el consumo del tabaco.

La venta y la distribución es fundamental. Es necesario hacer una modificación importante para incrementar el número de espacios públicos, abiertos y cerrados, que sean libres de humo de tabaco, para incrementar la sensibilización de la población.

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"Es necesario una modificación de la legislación que modifique las nuevas formas de consumo"

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Precisamente, esas nuevas formas de consumo de tabaco, como los cigarrillos electrónicos, ¿deben regularse?

En este momento existen, tres nuevas formas de consumo de tabaco: cigarrillos electrónicos, calentadores de tabaco y bolsitas de nicotina. Estas últimas deberían ser prohibidas directamente. Esta es una nueva forma de consumo que no ha existido nunca ni en nuestro país ni en muchos otros países europeos y que lo que habría que hacer sería prohibirla.

En cuanto a los cigarrillos electrónicos y los calentadores de tabaco, son problemas con más trayectoria en el tiempo y deben regularse. Incluyendo toda la actividad de publicidad y de promoción de estos dispositivos, pero no solamente en eventos, sino también en redes sociales, en televisión y en radio.

Carlos A. Jiménez-Ruiz ve fundamental una modificación de la legislación vigente.

¿Qué expectativas tiene respecto a la revisión de la legislación del tabaco en España después de 13 años sin modificaciones significativas?

Es muy necesario que se haga una revisión, es fundamental. Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, se le han presentado al Ministerio de Sanidad, todos estos datos. Se le ha brindado toda la ayuda de Separ y todo nuestro apoyo para que se tomen medidas legislativas eficaces para controlar estos dispositivos. Sabemos que desde las autoridades ministeriales están muy a favor de hacer un cambio de la ley para controlar esto, y nosotros les apoyamos.

Es fundamental que este apoyo no solamente venga de todas las sociedades científicas, sino también de todos los poderes políticos del arco parlamentario, que deberían estar claramente dispuestos a modificar una ley de tabaquismo, que, en el momento actual, se muestra obsoleta e incapaz de controlar una epidemia que está matando a 56.000 personas cada año en nuestro país y a más de 1.000 personas cada semana. 

A nivel global, ¿cuáles son los desafíos más grandes que enfrenta la lucha contra el tabaquismo en un contexto de cambio climático y sostenibilidad ambiental?

Hay que tener bien en cuenta que el consumo de tabaquismo, entendiéndolo como el consumo de los cigarrillos convencionales y las nuevas formas de consumo, es una de las principales causas de contaminación ambiental en nuestro país y en el mundo entero. Es bien conocido que la contaminación por colillas es uno de los problemas más importantes que hay y de los que más perjudica a los océanos y las playas. Las colillas almacenan productos tóxicos del propio cigarrillo durante muchísimos años.

Eso en cuanto a los cigarrillos convencionales, pero es que en cuanto a los cigarrillos electrónicos y calentadores de tabaco, toda la batería, toda la estructura electrónica que llevan estos dispositivos, también es basura que contamina nuestro medio ambiente. Hay una relación muy íntima entre el tabaquismo, en cualquiera de sus formas, y la contaminación ambiental. Es muy importante que se exija, desde las autoridades político-sanitarias a las compañías tabaqueras que, de alguna manera, fundamentalmente económica, contribuyan para paliar los efectos de la contaminación ambiental que están causando sus productos.

Para Carlos A. Jiménez-Ruiz es necesario estar atentos ante las nuevas formas de consumo de tabaco.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las nuevas generaciones de médicos y activistas involucrados en la lucha contra el tabaquismo?

Por un lado, les diría que hay que estar atentos, en el sentido de que ya existe un gravísimo problema: las nuevas formas de consumo de tabaco mediante cigarrillos electrónicos, calentadores de tabaco y bolsitas de nicotina. Esto está siendo lanzado a la población general como una forma de consumir tabaco menos tóxica para la salud y como una forma de tratamiento del tabaquismo. Todos los datos científicos independientes que tenemos nos señalan que esos dispositivos no ayudan a dejar de fumar y son tan tóxicos como el cigarrillo convencional. 

La segunda parte del mensaje es que sean optimistas. Si echamos la vista atrás y vemos qué es lo que ha pasado en el campo de la prevención y el tratamiento del tabaquismo en los últimos años, podemos decir que hemos tenido avances significativos para controlar el consumo de los cigarrillos convencionales. Podemos decir también que ha habido un progreso muy significativo para desarrollar tratamientos seguros y eficaces para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Hoy en día hay más fumadores que dejan de fumar utilizando estos tratamientos que hace 30 años y, en consecuencia, hay que ser optimistas, pero permanezcamos atentos a lo que es el problema que representan las nuevas formas de consumo de tabaco.

En el evento del trigésimo aniversario del Área de Tabaquismo, se presentó el libro '30 años del Área de Tabaquismo', escrito por usted. ¿Qué aspectos clave destacaría de esta obra conmemorativa?

Lo que pretende esta obra, fundamentalmente, es mostrar toda la actividad que el Área de Tabaquismo ha realizado a lo largo de estos 30 años. La labor que ha realizado en aspectos asistenciales, en docentes, de divulgación científica y relaciones institucionales. El impacto del área en Iberoamérica y en sus sociedades científicas la ha convertido en una referencia para todas ellas en tabaquismo. Mostrar todas estas cosas es lo que se busca con este libro.

Si pudiera sintetizar en una frase el legado del Área de Tabaquismo en Separ, ¿cuál sería?

Todavía hay legado, el Área de Tabaquismo todavía tiene que dejar más camino, porque está muy viva y sigue trabajando. Pero si nos centramos en estos 30 años, destacaría el mecanismo de acreditación de Unidades de Tabaquismo, para los distintos hospitales y centros de salud. Crear documentos científicos orientados al diagnóstico y el tratamiento del tabaquismo también es muy destacable, así como producir una serie de estudios que ayudaron a conocer la realidad del tabaquismo y de las enfermedades asociadas. 

Carlos A. Jiménez-Ruiz ha reivindicado la importancia de los documentos científicos del Área de Tabaquismo.