Paloma Calleja, coordinadora del Comité de Cuidados, analiza los planes ministeriales del nuevo paradigma asistencial

Paloma Calleja, coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad.


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Paloma Calleja es el claro ejemplo de que, para que se entienda tu mensaje, no es necesario hablar muy alto, sino escoger el tono adecuado y, especialmente, las palabras adecuadas. Enfermera de profesión y de trayectoria puramente técnica, alejada de la vocinglería política, el suyo es uno de esos perfiles tan apreciados por el frío utilitarismo: una pieza silenciosa pero imprescindible para que la maquinaria funcione, aunque limitarse a decir eso es, en algunos casos, quedarse corto.

Esa circunstancia cambió, en parte, a finales del pasado octubre, cuando, tras casi cuatro años ocupado distintos cargos vinculados a la Salud Pública y a la Calidad Asistencial dentro del Ministerio de Sanidad, los focos le apuntaron al ser nombrada coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del departamento ministerial, en sustitución de Alda Recas, que tomó posesión de su escaño como diputada en el Congreso.

Paloma Calleja, coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad.

Paloma Calleja, coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad.


A pesar de ello, Calleja se ha mantenido fiel a su filosofía de trabajo en equipo para alcanzar los objetivos con los que se creó, en mayo de 2024, el órgano que ahora lidera: expandir las competencias de las profesionales de la Enfermería y las TCAEs en el marco del nuevo paradigma demográfico en el que los cuidados cobrarán una importancia capital en la asistencia sanitaria. Es lo que trasciende del mero pragmatismo: la intención es ser útil, sí, pero en beneficio de los demás.

Han pasado ya cuatro meses desde su nombramiento como coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad. Suponemos que ya ha superado el periodo de adaptación. ¿Qué balance hace de estos primeros meses en el cargo?

La experiencia no puede haber sido más enriquecedora a nivel personal. El poder haber vivido la parte más técnica del Ministerio de Sanidad y trabajar ahora a nivel de incidencia temática y tener influencia en la selección programática de temas y contenidos, es una oportunidad que agradezco muchísimo. Me siento muy orgullosa de poder desempeñar este cargo.

Los periodos de adaptación siempre son dificultosos, pero insisto en que la suerte es que yo ya venía arrastrando cierta experiencia técnica en el ministerio, y la verdad es que el equipo del Comité de Cuidados lo ha puesto muy fácil. Somos muy piña, todas estamos aportando para que esto siga adelante.

Uno de los objetivos principales con los que se creó este órgano, que vio la luz en mayo del año pasado, fue la aprobación del Marco Estratégico de Cuidados en Salud (MECS), y en principio se habló del pasado febrero como fecha para llevarlo al Consejo Interterritorial. ¿Qué nuevo horizonte temporal se prevé para tener ya el plan listo?

En este sentido tenemos que jugar entre nuestros deseos como Comité y la programación de todas las líneas temáticas del ministerio, que no son pocas. Efectivamente, teníamos una previsión que no se nos ha terminado de cumplir. Nuestra intención es poderlo llevar a la mayor brevedad al Consejo Interterritorial, lo cual no quiere decir que nosotros estemos parados dentro del Comité.

Estamos aprovechando para incorporar matices que pueden mejorar el MECS y otras acciones que nos han venido desde el área internacional con las que nos hemos alineado más. Por tanto, yo creo que, al final, aunque nos hemos retrasado un poquito, el resultado va a ser mejor que el que planteábamos al principio.

Manu Ibáñez, periodista de Redacción Médica, y Paloma Calleja.


¿Hablar de marzo para la aprobación es precipitado?

Sí, marzo se ha acabado ya. Además, hay que tener en cuenta que, por el calado de la temática, tenemos que ir antes a un Comité Consultivo y jugar con los plazos. Vamos a intentar tenerlo aprobado antes de la jornada de mayo del Día de las Enfermeras.

Algunas fuerzas sindicales se han quejado de que se les ha dejado fuera de la ecuación en la elaboración del MECS. ¿Ha contado Sanidad con las aportaciones de los sindicatos?

El Comité nació con una estructura de comités que replica la de otras estrategias. En todas contamos con un comité institucional, en el que están las comunidades autónomas, y un comité científico-técnico, en el que se encuentran las asociaciones científicas, y nosotras incluimos ahí a las organizaciones sindicales.

Pero es verdad que, fruto de un intercambio de valoraciones en este aspecto, hemos mantenido también una serie de reuniones dentro del propio ámbito sindical. Les planteamos la posibilidad de crear un grupo de trabajo ex profeso para abordar esta temática, y yo creo que todo lo que salga del trabajo en esa línea va a sumar para que el MECS sea algo útil y se pueda llevar a la práctica, que es lo que yo creo que queremos todos. Las organizaciones con las que hemos hablado coinciden en la necesidad de contar con este marco y que pueda ser llevado a la práctica con garantías.


"Intentaremos tener el Marco de Cuidados aprobado antes del Día de las Enfermeras en mayo"



Uno de las claves para ir dando forma al MECS ha sido esa encuesta enfocada a la profesión de la Enfermería cuyos resultados se presentaron oficialmente recientemente. En esa rueda de prensa se anunció que se estaba preparando la encuesta y el informe de las TCAE. ¿Se barajan fechas para contar con ello?

Hemos conformado un grupo de trabajo, la verdad que muy rico, porque cuenta con profesionales TCAE de la práctica asistencial, que están en el día a día al pie del cañón. Llevamos ya varias reuniones en las que estamos viendo de qué manera podemos replicar la organización de la encuesta de las enfermeras y sus bloques temáticos, y también en qué áreas necesitamos definir nuevas preguntas.

Creo que el trabajo está siendo ágil y espero que, antes de verano, podamos tenerlo ya lanzado. Por eso comentaba que no hemos parado aunque no tengamos el paraguas aprobado. Con los puntos clave que teníamos identificados, hemos seguido trabajando.

En el informe sobre la Enfermería se concluía que estas profesionales tienen poco acceso a puestos de gestión, sobre todo si son mujeres. Precisamente una de las principales quejas del colectivo médico al borrador de Estatuto Marco con el que negocian Sanidad y los sindicatos es que se equiparen otras categorías profesionales, como las enfermeras, a las actuales funciones médicas en puestos de gestión y comités de dirección. ¿Cómo valora esa postura?

Creo que cualquier escenario de cambio genera fricciones y son parte del propio proceso de negociación. Cuando se hace el símil entre funciones de gestión y funciones médicas, creo que tenemos que trascender un poco y hablar de que el desempeño de puestos de gestión tendrá que desarrollarlo el profesional que esté más capacitado para ello y que reúna el mayor número de competencias. Tenemos ejemplos de diferentes profesionales no necesariamente proveniente del ámbito de la Medicina que hoy en día desempeñan puestos de gestión.

"Los puestos de gestión sanitaria tendrá que desempeñarlo el personal que esté más capacitado para ello".


En ese sentido, la negociación del Estatuto Marco va a ayudar a que esas barreras iniciales para las enfermeras puedan ir salvándose poco a poco. Por ejemplo, en nuestro comité institucional, la mayoría de las directoras de Cuidados son mujeres, y cada vez vemos mayor representatividad en los colegios provinciales, en los colegios autonómicos, en sociedades científicas… Creo que poquito a poco, vamos dando pasos y, sin duda, el Estatuto Marco va a ser un impulso importante.

En su borrador de MECS se plantea elaborar un informe entre 2026 y 2027 en el que se plasme la necesidad de aumentar la representación enfermera igualitaria en comités de dirección de hospitales y centros de salud. Pero, más allá del informe, ¿qué medidas concretas se plantean al respecto? ¿Tendría que haber modificaciones normativas al respecto?

Yo creo que el abordaje tiene que ser multilateral, es decir, en primer lugar, muchas de las otras acciones que recoge el marco van a servir para apoyar este camino. El hecho de que trabajemos la visibilidad y el liderazgo, y que intentemos dar un papel protagonista a aquellas compañeras que están desarrollando ya proyectos pioneros de gestión en el que hay un enorme esfuerzo con resultados positivos, creo que eso puede hacer una especie de efecto llamada e inspirar al resto de compañeras.

Por otro lado, necesitamos un trabajo conjunto, y por eso vuelvo otra vez al perfil multiactor que tenemos alrededor del MECS. No todas las acciones van a depender del Ministerio de Sanidad, sino que muchas quizás recaigan en las comunidades autónomas o en las propias organizaciones. Nosotras queremos tener un rol de dinamizadoras de buenas prácticas o de casos de éxito, que yo creo que es la pieza fundamental. Si cierta barrera se ha solventado en tal escenario, podemos trasladarlo a otros con características similares que puedan aprovecharse de ese recorrido.


"El Estatuto Marco va a ayudar a que las barreras para las enfermeras puedan ir salvándose poco a poco"



En el borrador también se plantea impulsar que cada comunidad autónoma cuente con cargos como el suyo como el de directora de Cuidados que ostenta a nivel estatal Mayte Moreno. ¿Cómo piensa llevarse eso a la práctica?

Volvemos un poco a lo mismo de antes. El Ministerio de Sanidad no tiene una acción directa sobre muchas competencias que corresponden a las comunidades autónomas, pero sí que tenemos el rol para impulsar o llegar a acuerdos que tiren del carro del resto de territorios.

Yo creo que, y así lo he intentado plasmar en todo lo que he ido realizando, reflejar lo positivo que tiene el hecho de que existan estos puestos, y las ventajas y los beneficios que están llevando a las enfermeras de a pie, anima al resto de regiones, que a lo mejor están más rezagadas, a plantearse y animarse a desarrollar este tipo de figuras. En esa línea es donde tenemos nosotras el papel fundamental: identificar casos de éxito y poner todas las herramientas encima de la mesa para poder replicarlos.

Volviendo al informe sobre la situación de la profesión enfermera, una de las conclusiones que más llamaban la atención en el aspecto negativo eran las cifras de déficit de profesionales, sobre todo respecto a la media de la Unión Europea. Pero ¿qué preocupa más, esos datos de déficit o el hecho de que casi el 40 por ciento de las enfermeras hayan manifestado su intención de dejar la profesión en los próximos diez años?

Poner eso en una balanza para ver qué pesa más es complicado, incluso a lo mejor deja de ser un poco respetuoso con las compañeras. Además, es una realidad que tenemos encima de la mesa en España, pero que también comparten otros países de la Unión Europea. Vuelvo a decir lo mismo: tendremos que abordar este fenómeno desde muchos ámbitos.

Por un lado, habrá que refinar esas cifras que salieron en el informe, que elaboramos con unas herramientas muy precarias, con unos indicadores que, en muchas ocasiones, hubo casi que cocinar, a partir de reportes que nos hicieron las comunidades autónomas. También habrá que incluir otra serie de variables, porque esas cifras se plantearon contando con una estabilidad en la población que sabemos que es dinámica. Pero la tendencia está clara y, afortunadamente, en este sentido, contamos con bastante apoyo de organizaciones internacionales.

Ibáñez y Calleja, en el plató de Redacción Médica durante la entrevista.


Por ejemplo, la Nursing Action, que es el proyecto de la OMS y la Unión Europea en el que nos hemos incluido y que precisamente aborda estos dos temas, el problema del reclutamiento y el problema de la fidelización de enfermeras. Creo que nos va a ayudar a dar pasos en la buena dirección, alineados y acompañados con otros países, porque el fenómeno, insisto, es plural, no es una cuestión aislada solo de las enfermeras españolas.

En su última comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso, el secretario de Estado, Javier Padilla, dijo que el ministerio iba a empujar para que el Proyecto de Ley de ratios enfermeras que hay en las Cortes se ‘enmendara’ para que esas ratios sean por complejidad de cuidados. Es un concepto que se aborda en el MECS, en cuyo borrador se habla de elaborar informes al respecto entre 2026 y 2027. ¿Qué es lo que va a hacer Sanidad para ‘empujar’ en ese sentido?

Lo primero que vamos a hacer es poner los cimientos. Dentro del MECS, nosotros hemos ido reflejando cómo podemos analizar las necesidades de cuidado que presenta la población. En esas necesidades influyen muchos factores, no sólo las patologías médicas, sino también los determinantes sociales, la funcionalidad o el apoyo social. Nosotros abogamos por identificar si existe algún sistema que nos permita estratificar o clasificar a los pacientes en función de esta complejidad de sus cuidados y diseñar algún tipo de factor de cálculo que nos permita trasladarlo a una propuesta de ratios. Nuestra propuesta va a ir en esa línea, es decir, estamos de acuerdo en que esta iniciativa salga adelante, pero creemos que este matiz es importante.

¿Debería haber una ley de ratios para TCAEs o habrían de incluirse todos los colectivos sanitarios en la ley de ratios enfermeras?

Esta sería la otra cara de la moneda, es decir, por un lado, está saber cómo estratificamos las necesidades de cuidado de los pacientes y, por otro, cuáles son las competencias necesarias para abordar esas necesidades. Dentro de esa estratificación, tenemos no sólo la dicotomía enfermera-TCAE, sino también a las enfermeras generalistas y las enfermeras especialistas. Además, avanzaremos hacia un sistema en el que contemos con Enfermeras de Práctica Avanzada. Nuestra perspectiva, desde luego, es que las TCAEs tienen que estar incluidas en el plan, aunque tengamos que generar la evidencia, que a lo mejor es donde estamos un poquito más cojos. Hay más estudios que han analizado este impacto en las enfermeras y hay menos en las TCAEs, pero eso no quiere decir que no se pueda avanzar en ese sentido.

¿Qué medidas propone para acabar con el heterogéneo nivel de implantación de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria y del resto de especialidades en las comunidades autónomas?

En el caso de las enfermeras especialistas en Familiar y Comunitaria, es un hecho evidente que estamos formando profesionales cuyo ámbito tiene que ser la Atención Primaria, pero que están desempeñando su labor profesional en hospitales y otros ámbitos. En ese sentido, el nuevo Plan de Acción de Atención Primaria ya recoge una serie de medidas, aunque ya también las recogía el plan anterior. Lo que hemos hecho ha sido dar un pasito más allá: ya no sólo hablamos de contratación prioritaria, sino que también tenemos una medida dirigida a poder recaptar a esas enfermeras que están en otros ámbitos asistenciales para que puedan retornar al ámbito de Atención Primaria.

"Las TCAEs deben estar incluidas en nuestro plan de cuidados, pero hay que generar evidencia sobre ese impacto".


Y, con el resto de especialidades, abogamos por terminar de definir una cuestión que se nos ha quedado coja desde hace mucho tiempo: qué modelo de práctica profesional queremos para el conjunto del sistema sanitario. Esto ya no es una cosa sólo de las enfermeras, sino también de la población. En ese sentido, a partir del razonamiento sobre qué necesidades de cuidados presenta cada grupo de pacientes y qué competencias son necesarias para abordarlas, queremos definir dónde necesitamos enfermeras especialistas. Una vez que lo tengamos definido, vamos a plantear un plan de implantación.

Probablemente podamos replicar muchas de las estrategias que hemos hecho con las enfermeras especialistas en Familiar y Comunitaria, pero es necesario dinamizar otras como las especialistas en Geriatría, que no llegan al 2 por ciento de la representatividad que tienen con respecto a la totalidad del sistema. La línea de trabajo irá por ahí.

En el MECS se habla de lograr los objetivos planteados a corto-medio plazo, entre 2026 y 2027, pero ¿se prevé que se vean los frutos de todas esas medidas entonces o habrá que esperar más tiempo para contar con los resultados plenos?

Las medidas están planteadas en un cronograma que nos permita llegar a los objetivos sin retrasarnos, lo cual no quiere decir que no podamos ir sacando productos intermedios a lo largo del camino. Por ejemplo, nosotros ya lanzamos hace unas semanas unas preguntas a las comunidades autónomas para ver dónde tienen ya desarrolladas o implantadas figuras de enfermeras especialistas que puedan interesar al resto, y estamos intentando construirlo desde unos cimientos que sean viables. No se trata de inventar la rueda y empezar a de cero, sino seguir la filosofía que he comentado de ver lo que está funcionando en varios ámbitos para proponerlo como recomendación al resto de territorios. Por tanto, aunque tengamos unos deadlines cómodos o anchos, nuestra intención es poder agilizar e ir presentando productos intermedios.


"A partir de las necesidades de cuidados de cada grupo de pacientes, queremos definir dónde necesitamos enfermeras especialistas"



Ya que hablamos de expansión de competencias de la Enfermería, hasta ahora, Sanidad ha aprobado nueve guías de indicación enfermera, pero su nivel de desarrollo, que depende de las comunidades autónomas, es desigual en el mapa nacional. ¿Urge contar ya con una regulación sobre prescripción enfermera?

La postura de este equipo es clara en ese sentido, y ya lo han manifestado muchos representantes del Ministerio de Sanidad. Nuestra intención es impulsar o expandir esas competencias al máximo de la capacidad de las enfermeras, en función de la regulación de la profesión y de las competencias recogidas en la Orden CIN.

La implantación de las guías de indicación la abordamos, por ejemplo, en el Plan de Acción de Atención Primaria, para hacer un análisis de por qué no están saliendo adelante. Si no bajamos a preguntar a los actores cuáles son las barreras que se están encontrando para implantar de una manera efectiva la prescripción, probablemente vamos a poner un texto encima de la mesa que esté abocado a terminar en un cajón.

Paralelamente, ya hemos lanzado una serie de preguntas, tanto a comunidades como a sociedades científicas, para saber en qué procesos es necesario que empecemos a enfatizar la importancia de desarrollar esta competencia al máximo por el beneficio de los ciudadanos, ya no sólo por una cuestión corporativista de las enfermeras.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ya nos avanzó que se quería a regular el paraguas para la futura prescripción en la nueva Ley del Medicamento, que también está sufriendo retrasos en su tramitación. ¿Se barajan horizontes temporales en este sentido?

La Ley del Medicamento está en un proceso de negociación. Yo entiendo la sensación de urgencia del colectivo, porque yo misma he formado parte de él y he estado en el otro lado, pero, cuando estás dentro de la barrera, muchas veces tenemos que asumir que los ritmos no los marcamos nosotros, y que cualquier texto legal tiene que pasar por una serie de procedimientos que tienen un sentido y un fin.

Ahora mismo estamos inmersos en ello, con lo cual, ofrecer un horizonte temporal concreto sería un poco insensato por nuestra parte. Pero no estamos parados hasta que este horizonte llegue, sino que, mientras tanto, estamos abonando el terreno para que, cuando las reformas legislativas vean la luz, tengamos ya mucho camino recorrido y sepamos hacia dónde orientarlo.

Entrevista a Paloma Calleja, coordinadora del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad.

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