Tomás Toranzo, presidente de CESM, y Manuela García, vicepresidenta de la OMC.
Los últimos estudios sobre el superávit de médicos que se espera en la próxima década en algunas especialidades y el
déficit de profesionales que presentarán otras han despertado la necesidad de dar con algún modelo que permita a los facultativos cambiar de rama una vez que hayan concluido su residencia. Las voces más autorizadas del sector han anticipado dos alternativas que permitirían garantizar esta transición y garantizar que se
cubren todas las plazas laborales en el futuro. Por un lado, está la transformación del sistema formativo español hacia un paradigma en el que
las competencias sean el eje central. Por el otro, recuperar el
proyecto fallido de troncalidad, que ya se intentó aplicar en 2014.
La
Organización Médica Colegial (OMC) es una de las instituciones garantes de la primera fórmula con la que apuestan por acercar el sistema MIR de España hacia un modelo más cercano al que impera en la
Unión Europea. El objetivo es que los médicos no se formen en especialidades fijas con un número concreto de años de duración, sino que cada título se conseguiría en función de la adquisición de
un mapa de competencias. Algunas de ellas serían transversales y otras más específicas.
Este cambio allanaría el camino para transitar de un área a otra en caso de que el mercado no cubra el cupo necesario de profesionales. “Si te formas como médico de Familia y luego quieres pasar a Anestesiología, probablemente
hay una parte amplia que ya tengas de conocimiento y solo tendrías que adquirir las competencias de la parte específica”, ha relatado a
Redacción Médica Manuela García, la vicepresidenta del organismo colegial.
La portavoz de la OMC ha subrayado que el sistema de competencias es la
apuesta “ideal” de la institución, aunque requeriría de una importante estructuración y de la fijación de unas reglas comunes para su uso. En todo caso, el salto siempre va a ser más sencillo entre especialidades que comparten más áreas de conocimiento que aquellas en las que hay una mayor brecha. “
Lógicamente un internista no va a pasar a ser cirujano, pero hay otras áreas que tienen una parte de competencias comunes”, ha apostillado.
En todo caso, la vicepresidenta de la institución ha tratado de huir de los
estudios que anticipan el superávit de miles de médicos en especialidades como la
Anestesiología. A su juicio, la evolución cambiante de las convocatorias del MIR, los cambios en la demanda asistencial o las novedades en tecnología, big data o inteligencia artificial hacen imposible
mirar al futuro con tanta “rigidez”.
La vuelta al modelo de la troncalidad
Como principal alternativa a este modelo de competencias se encuentra la
recuperación del sistema de troncalidad. Esta fórmula ya intentó aplicarse sin éxito en el año 2014 cuando el Gobierno publicó un
Real Decreto con cambios profundos en el modelo de la Formación Sanitaria Especializada (FSE), aunque finalmente la Justicia echó para atrás la iniciativa por la falta de u
na memoria económica.
La
Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha recuperado ahora esta idea como una de las posibles soluciones para facilitar la transición de facultativos entre especialidades. Este planteamiento parte de la base de que todas las ramas médicas se
dividen por grupos. En cada sector se comparten una serie de
conocimientos troncales y otros más propios.
De esta manera, para poder cambiar de especialidad una vez que has completado la residencia, solo tendrías que finalizar la parte más específica. “
Se podrían hacer troncos comunes para dar salidas profesionales en un determinado momento de tu ejercicio profesional”, ha explicado a este periódico
Tomás Toranzo, el presidente de la organización sindical.
El portavoz de la central ha destacado que para aplicar este proceso es fundamental analizar entre qué áreas se pueden orquestar las
“pasarelas” para permitir el cambio y entre cuáles no. “
Un traumatólogo no se puede meter a oftalmólogo porque no hay nada en común. Pero un internista sí puede pasar a varios sitios. Un anestesista podría pasar a intensivos o a urgencias”, ha detallado.
“En el decreto que se anulónse preveía una formación troncal y una formación específica que te iba a permitir cambiar de especialidad. El tema de la troncalidad se abandonó. Y
en el momento actual, uno estaría atrapado en su propia especialidad”, ha agregado Toranzo.
En lo que sí que coinciden tanto la OMC como CESM es en el valor que pueden generar para cualquier transición las
Áreas de Capacitación Específica (ACE) ya que pueden permitir a profesionales de diferentes especialidades alcanzar un conocimiento todavía más concreto. De manera que, por ejemplo,
intensivistas, anestesistas o cardiólogos puedan aspirar a un mismo título de
Cuidados Paliativos. Algo que, en todo caso, todavía requiere un mayor desarrollo por parte del
Ministerio de Sanidad.
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