El análisis refleja la importancia de incluir en los planes de estudio más formación en compasión.
La relación entre el
médico y el paciente es un factor determinante también a la hora de detectar enfermedades y
mejorar la adherencia a los tratamientos y la calidad de la atención. En un reciente estudio se evalúa la eficacia de las prácticas clínicas tradicionales frente a la formación basada en simulación para cultivar habilidades de compasión entre los estudiantes de Medicina. Dentro de ellas se encuentran la
empatía, la amabilidad y el deseo genuino de ayudar. El principal resultado es que aquellos médicos que realizan prácticas en entornos simulados no tienen el mismo nivel de compasión que aquellos que están en contacto con pacientes.
"A pesar de los esfuerzos recientes por integrar la empatía en los
programas de estudios médicos, persisten los desafíos metodológicos, especialmente en la comprensión de cómo los diferentes entornos influyen en la
expresión y el desarrollo de habilidades", explican.
Por todo ello, los autores de la investigación evaluaron el
comportamiento profesional y las habilidades cognitivas de 133 estudiantes de
Medicina de la Universidad de Milán durante un período de tres años, de 2021 a 2024. Concretamente, en su plan de estudios se hace hincapié en el aprendizaje basado en problemas y el desarrollo profesional a través de prácticas hospitalarias y formación basada en simulación. Lo que hicieron fue analizar la empatía mediante un cuadro de mando estandarizado y se evaluó de forma continua a través de un sistema de gestión del aprendizaje, escenarios de simulación y
exámenes clínicos estructurados objetivos.
En este sentido, la principal conclusión a la que llegaron es que es necesario
integrar la capacitación centrada en la empatía en los
planes de estudio médicos ya que es esencial formar a profesionales de la salud compasivos, y urge tomar medidas inmediatas para mejorar la empatía en la educación médica: "Si bien la capacitación basada en simulación ofrece entornos controlados,
replica de manera incompleta la profundidad emocional de las interacciones con pacientes reales, que son cruciales para mantener la empatía".
Empatía en la práctica clínica
Los resultados del estudio reflejan que los
estudiantes de práctica clínica de quinto año demostraron un
aumento significativo en las puntuaciones de empatía a lo largo del tiempo, beneficiándose de interacciones profundas con los pacientes que profundizaron su comportamiento empático. Por el contrario, las puntuaciones de aquellos que estaban en entornos simulados solo tuvieron un pequeño pico en el cuarto año, lo que para los autores resalta el desafío de
mantener conductas compasivas sin una práctica continua en el mundo real.
"Sentamos las bases para una toma de decisiones informada en el desarrollo de planes de estudio y políticas educativas al esclarecer las fortalezas y
limitaciones de las prácticas clínicas y la capacitación basada en simulación. En el futuro, los esfuerzos sostenidos para priorizar la capacitación en compasión son esenciales para nutrir una generación de profesionales de la salud comprometidos con
brindar una atención compasiva y centrada en el paciente", concluyen.
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