Desde la Sedar se ha puesto en marcha diversas iniciativas para fomentar la equidad de género dentro de esta área médica

Pilar Argente, vicepresidenta primera; María José Colomina, vicepresidenta segunda; y Marina Varela, secretaria general de la Sedar, reflexionan sobre el 8M.
Pilar Argente, vicepresidenta primera; María José Colomina, vicepresidenta segunda; y Marina Varela, secretaria general de la Sedar,


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La Anestesiología en España vive un proceso de transformación silenciosa, pero imparable. Esta especialidad, tradicionalmente invisibilizada y asociada a un segundo plano dentro de la medicina hospitalaria, ha sido testigo en las últimas décadas de un fenómeno significativo: la creciente feminización de sus filas. Hoy, en pleno siglo XXI, las anestesiólogas no solo son mayoría en los quirófanos, sino que aspiran a ocupar el lugar que les corresponde en la docencia, la investigación y la toma de decisiones. Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las doctoras Pilar Argente, vicepresidenta primera; María José Colomina, vicepresidenta segunda; y Marina Varela, secretaria general de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (Sedar), reflexionan sobre los avances y las barreras que persisten en la especialidad.

Pioneras que marcaron el camino


“La historia de la Anestesiología ha estado marcada por figuras femeninas que abrieron caminos y transformaron la especialidad”, explica Pilar Argente. Desde Virginia Apgar, creadora en 1952 del test que lleva su nombre y que revolucionó la evaluación de recién nacidos, hasta Isabella Herb, primera presidenta de la Asociación Americana de Anestesistas, las mujeres han sido claves en la evolución de la disciplina.

En España, el avance ha sido igualmente relevante. “Carmen Gomar y Marisol Carrasco no solo modernizaron la anestesiología en nuestro país, sino que se convirtieron en referentes para generaciones enteras”, apunta Marina Varela. Colomina añade otras figuras imprescindibles como María Oliveras i Collellmir, pionera en neuroanestesia, y María Paz Sánchez Aguado, primera jefa de servicio de Anestesiología y Medicina Intensiva en el Hospital Ramón y Cajal. “Cada una de ellas ha demostrado que el liderazgo femenino es sinónimo de innovación, calidad y compromiso”, subraya Colomina.

El reto de la investigación: más talento que oportunidades


Sin embargo, la creciente feminización de la especialidad no se traduce, de momento, en una igualdad real de oportunidades en el ámbito de la investigación y la carrera académica. “Las mujeres anestesiólogas siguen enfrentando dificultades para acceder a financiación, dirigir proyectos de gran impacto o formar parte de comités científicos relevantes”, reconoce Argente. La falta de visibilidad y de reconocimiento científico afecta directamente al desarrollo de sus carreras.

"Carmen Gomar y Marisol Carrasco no solo modernizaron la anestesiología en nuestro país, sino que se convirtieron en referentes para generaciones enteras"


“La representación en comités editoriales, paneles de evaluación o mesas de congresos sigue siendo mucho menor que la que correspondería a nuestro peso específico en la especialidad”, apunta Varela. Esta infrarepresentación, unida a una carga asistencial elevada y a las dificultades de conciliación, genera una doble barrera. “Conciliar la investigación, la docencia y la asistencia es especialmente complicado para nosotras, porque todavía asumimos la mayor parte de las responsabilidades familiares”, añade Colomina.

Innovación y seguridad: el sello femenino en la Anestesiología


Allí donde las anestesiólogas han logrado abrirse paso, su impacto ha sido innegable. “Hemos liderado avances en la seguridad del paciente, en la mejora de las técnicas anestésicas y en la formación de nuevas generaciones”, destaca Argente. De hecho, la investigación liderada por mujeres ha tenido un papel clave en el desarrollo de estrategias menos invasivas y más seguras para el paciente quirúrgico.

Las tres doctoras coinciden en que cada vez más anestesiólogas compaginan su labor asistencial con la investigación y la docencia. “Hoy son muchas las que completan sus tesis doctorales, solicitan becas o lideran proyectos en colaboración con otros hospitales”, explica Varela. Ella misma ha sido investigadora principal junto a referentes como Badenes y Eduardo Tamayo, demostrando que el talento femenino es fundamental para la generación de nuevo conocimiento.

Menos jefas, menos catedráticas


Pese a la creciente presencia femenina en la base de la especialidad, los cargos de mayor responsabilidad siguen estando mayoritariamente ocupados por hombres. “La presencia de mujeres en jefaturas de servicio o cátedras universitarias sigue siendo muy baja”, admite Colomina.

En el ámbito universitario, solo 3 de los 19 catedráticos de Anestesiología en la historia de España han sido mujeres: Margarita Puig, Carmen Gomar y Marisol Carrasco. “Esta cifra es un reflejo claro de la desigualdad estructural que aún persiste”, añade.

Sedar: compromiso con la igualdad


Conscientes de esta realidad, la Sedar ha puesto en marcha diversas iniciativas para fomentar la equidad de género en la especialidad. “Hemos impulsado grupos de trabajo liderados por mujeres, promovemos la paridad en congresos y ofrecemos programas de mentoría para jóvenes anestesiólogas”, explica Varela. Además, la sociedad científica ha reforzado su compromiso con el cumplimiento de la Ley de Igualdad y otras normativas nacionales y europeas que promueven la equidad en el ámbito sanitario.

Solo 3 de los 19 catedráticos de Anestesiología en la historia de España han sido mujeres: Margarita Puig, Carmen Gomar y Marisol Carrasco


Para las tres anestesiólogas, la conciliación sigue siendo uno de los mayores obstáculos para el desarrollo pleno de la carrera científica. “Necesitamos más flexibilidad horaria, opciones de teletrabajo y programas específicos de apoyo a la maternidad y paternidad en el ámbito académico”, reclama Argente. Además, defienden la necesidad de adaptar los criterios de evaluación científica para que las interrupciones por maternidad o cuidados familiares no penalicen las trayectorias de las investigadoras.

Un mensaje para las nuevas generaciones


A las jóvenes anestesiólogas que hoy comienzan su carrera, las tres doctoras les lanzan un mensaje unánime: la especialidad necesita su talento y su visión. “La Anestesiología es una disciplina apasionante, donde la investigación, la innovación y la seguridad del paciente dependen de que incorporemos miradas diversas”, afirma Argente. “La ciencia necesita vuestra voz, vuestra perspectiva y vuestro compromiso”, subraya Varela.
 
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