El huérfano que siguió la tradición familiar y que ahora cursa Cirugía General gracias a la Fundación de la OMC

Guillermo Lillo, Premio Jesús Galán 2024 de la FPSOMC
Guillermo Lillo, Premio Jesús Galán 2024 de la FPSOMC.


18 feb. 2025 18:00H
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Dicen que antes de salir el sol es cuando la noche es más oscura. La vida del protagonista está atravesada por la Medicina. Pese a que perdiera a su padre a los 12 años, Guillermo Lillo Albert siempre supo que quería dedicarse a ayudar a los demás. Todavía conserva recuerdos suyos y uno siempre estará marcado por acompañarle al hospital y ver cómo se trabajaba en él.

La Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (Fpsomc) ha distinguido a Guillermo Lillo Albert con el Premio Jesús Galán 2024 en la categoría de mejor expediente en el Grado de Medicina. Este galardón, dotado con 6.000 euros, reconoce el esfuerzo y la excelencia académica de los huérfanos de médicos protegidos por la Fundación, apoyándolos en su desarrollo profesional.


La relación entre la familia y la Medicina


Lillo, de 25 años y perteneciente al Colegio de Médicos de Valencia, ha contado con el respaldo de la FPSOMC desde los 12 años, recibiendo ayudas de orfandad y tres becas para completar sus estudios en Medicina. Actualmente, cursa su primer año de residencia en Cirugía General, una especialidad que siempre ha despertado su interés debido a la influencia familiar.

Desde pequeño, la Medicina formó parte de la vida de Guillermo. Creció rodeado de médicos, lo que influyó en su vocación: "Mi padre, mi abuelo, mis tíos… Todos son médicos. Desde pequeño me ha llamado la atención y he tenido la oportunidad de ir a los hospitales con ellos. Ver cómo ayudaban a la gente hizo que me apasionara por este mundo".

El fallecimiento de su padre marcó un antes y un después en su vida, pero también fue un motor para seguir adelante con su sueño de ser médico. La pareja de su madre, cirujano de profesión, también fue un referente en su formación.

"Mi padre, mi abuelo, mis tíos... Todos son médicos. Desde pequeño me ha llamado la atención y he tenido la oportunidad de ir con ellos a los hospitales"



Durante la carrera, Lillo destacó por su constancia y dedicación, logrando un expediente sobresaliente en el Grado de Medicina que le permitió acceder a becas que aliviaron la carga económica de sus estudios: "Las matrículas de la Fundación de Estudios son más elevadas que las públicas, por lo que estas ayudas supusieron un gran apoyo para mi familia". Además, recalca que siempre fue un aliciente para lograr sus objetivos: "Siempre quise sacar buenas notas para ayudar a los míos".


Su paso por el MIR y su especialidad


El paso siguiente en su camino fue el examen MIR, una prueba que exige meses de preparación y esfuerzo. Lillo recuerda este proceso como uno de los más exigentes hasta la fecha. "Fue bastante duro, aunque no tanto como imaginaba. Lo afronté con el apoyo de mi familia, mi pareja y mis amigos, que me dieron el espacio y el respaldo que necesitaba en cada momento".

Su esfuerzo dio frutos al obtener un puesto en torno al 2200, permitiéndole acceder a la especialidad que deseaba: Cirugía General. Ahora, en su primer año de residencia, se enfrenta a una nueva etapa en la que la formación práctica y la adquisición de habilidades quirúrgicas son el eje central.

"Es como volver a empezar de cero. En la carrera no damos mucha Cirugía así que llegas sin demasiada idea. Ahora es un aprendizaje continuo"



"Es como volver a empezar de cero. En la carrera no damos mucha Cirugía, así que llegas sin demasiada idea. Ahora es un aprendizaje continuo, pero con muchas ganas de seguir adelante. Hay que estudiar mucho, sobre todo en las especialidades quirúrgicas, pero es apasionante ver cómo cada día adquieres más destreza", explica.

A pesar de estar inmerso en su formación en España, Lillo no descarta que su futuro profesional se desarrolle en el extranjero. Estados Unidos es uno de sus grandes objetivos, resalta. "Siempre he soñado con ejercer allí. Mi pareja es americana, así que estamos valorando la posibilidad de irnos juntos en el futuro".

Para lograrlo, ya está preparando los exámenes de acceso a la residencia en EE.UU., un proceso que requiere esfuerzo adicional. "Son pruebas similares al MIR, pero con ciertas diferencias. Aprovecho lo que ya estudié para Cirugía General y me voy preparando poco a poco", detalla. Entre todas las ciudades posibles, Nueva York es su destino ideal, una metrópoli que le atrae tanto a nivel profesional como personal.

"Siempre he tenido el sueño de ejercer en Estados Unidos, en Nueva York. Me estoy preparando para sus pruebas que alguna es similar al MIR"



El reconocimiento de la FPSOMC no solo es un logro académico para Lillo, sino también un motivo de orgullo para su familia. "Mi madre siempre me dice: ‘Los esfuerzos de hoy serán los frutos del mañana’. Para ellos, este premio es una satisfacción y para mí, una motivación para seguir adelante".

Guillermo Lillo representa la perseverancia de quienes, a pesar de las adversidades, encuentran en la Medicina no solo una profesión, sino una verdadera vocación de vida.
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