Pilar Garrido, presidenta de Facme.
La
Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme), que agrupa a 46 sociedades científicas, sigue avanzando en el modelo de recertificación médica que quiere transmitir al Ministerio de Sanidad para que se implante en España. Tras la jornada donde presentaron el primer modelo a la cartera liderada por Carolina Darias, el Consejo Asesor de Facme ha consensuado varios requisitos a cumplir en su aplicación.
El primero de ellos es que
el modelo deberá ser sencillo en su estructura, desarrollado con rigor científico, con unos requisitos preestablecidos y deberá poder ser compatible y convertible a los modelos internacionales.
En este se establecen como competencias las "
específicas de cada especialidad, centradas más en la propia competencia que en enfermedades, y las transversales que ha revisado recientemente Facme".
¿Qué papel tendrá cada sociedad científica en la recertificación?
Por su parte, las sociedades científicas deberán desarrollar el
mapa de competencias de cada especialidad, definir el indicador para evaluarlas y marcar el límite mínimo para considerar la competencia como apta.
Además, c
ada sociedad científica nombrará un comité de recertificación formado por especialistas identificados y
reconocidos como “expertos” en herramientas de docencia y de evaluación.
Las funciones serán
fijar y revisar periódicamente las competencias, los indicadores de cada una y los límites para considerarlas aptas. Además, de revisar las solicitudes y elaborar la propuesta de “recertificado” o “pendiente de recertificar” identificando las áreas donde deben ampliarse las evidencias.
Tipos de actividades a evaluar
El Consejo Asesor de Facme podrá ser consultado por los comités de expertos de las sociedades en los aspectos que consideren necesarios dentro del proceso de evaluación, buscando la homogeneidad y el consenso en los criterios utilizados.
La
evaluación de las competencias o grupos competenciales incluye dos tipos de actividades:
-
Tipo A: englobaría las actividades asistenciales.
-
Tipo B: comprendería las actividades de Formación Médica Continuada, la Docencia e Investigación, se destacan las posibilidades de los centros de Simulación para la adquisición de habilidades. Las actividades formativas podrían ser actividades clínicas externas, asistenciales internas y actividades internas o individuales no asistenciales.
Además de ponderar competencias priorizadas por las sociedades científicas, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada especialidad, Facme se propone que las actividades enmarcadas en el
Tipo A supongan el 60 por ciento y las tipo B el 40 por ciento.
Otras de las recomendaciones de Facme es
reorganizar los mapas de competencias de las especialidades para intentar homogeneizar de forma aproximada el número de competencias totales de la especialidad, o agrupar en grupos competenciales (número similar en todas las especialidades) y así hacer uniforme la carga de horas empleadas para su validación. "Las competencias dependen de cada especialidad, cada especialidad establece las competencias específicas, dentro de unos dominios o grupos competenciales y propone los porcentajes óptimos y cuantos grupos competenciales mínimos deben incluirse para la recertificación", aseguran desde la organización médica.
Todo ello no debe suponer una excesiva carga burocrática para el médico,
favoreciendo la solicitud de este reconocimiento al desempeño asistencial en la práctica diaria (usando para ello indicadores de práctica clínica habitual, proporcionados por las direcciones o en los pactos de gestión anuales o auto auditorias o autorregistros sobre el número de procedimientos) y demás actividades de formación e investigación.
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