Los hombres trabajan 55,3 horas semanales, mientras que las mujeres reducen su jornada laboral hasta las 41,5 horas.

En las parejas de médicos con hijos, ellas son las que reducen su jornada
Dos médicos en un hospital.


12 oct. 2017 10:25H
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POR PAVEL RAMÍREZ
La conciliación entre la vida laboral y la personal es uno de los grandes retos, que sólo ahora empieza a interesar tanto en el ámbito del derecho del trabajo como en el empresarial. Sin embargo, este terreno también puede pervertirse y servir para defender un modelo arcaico de familia, con la mujer asumiendo todas las cargas en las tareas domésticas y de crianza de los hijos. Un desequilibrio que sigue produciéndose en la actualidad y que, además, aparece en cualquier estrato social, ya que según un estudio de la American Medical Association en parejas heterosexuales formadas por dos médicos, también son ellas las que reducen su jornada para atender a las necesidades domésticas.

En concreto, ellas trabajan casi 11 horas semanales menos cuando en la pareja hay algún hijo a cargo que cuando no lo hay, mientras que los hombres tan sólo dejan de trabajar 1,7 horas por semana en el mismo contexto; es decir, 6,5 veces menos que las mujeres. Una diferencia sustancial que hace de la conciliación laboral un asunto casi exclusivamente femenino en el ámbito de la medicina.

Y es que el estudio, que analiza las horas de trabajo de los miembros de una pareja de médicos o cirujanos heterosexuales –se obviaron las homosexuales para no sesgar el género-, establece que la entre el año 2000 y el 2015 no existen diferencias tan grandes entre las horas semanales que trabajan hombres y mujeres (57 ellos y 52,4 ellas), mientras que  cuando la pareja tiene al menos un hijo, los hombres trabajan, de media, 55,3 horas semanales, mientras que las mujeres reducen su jornada laboral hasta las 41,5 horas.

Además, el estudio señala que la reducción de horas por parte de las mujeres no sólo se da cuando el hijo está en edades tempranas, sino que se prolonga durante los siguientes años. Por su parte, la jornada laboral de los hombres apenas se ve afectada por esta situación y mantienen prácticamente el mismo número de horas cada semana.

Como conclusión, el estudio –con una muestra de 4934 parejas heterosexuales de EEUU formadas por médicos- apunta a que las diferencias en las horas de trabajo de cada uno responden a “las expectativas sociales para que las mujeres reduzcan su jornada para poder ocuparse de sus hijos”. Una explicación extrapolable a cualquier ámbito laboral en las sociedades occidentales.
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