Josep M. Badia, coordinador del Observatorio de Infección en Cirugía, analiza la situación de estos casos en el SNS

"La infección postoperatoria es la primera causa de infección nosocomial"
El coordinador del Observatorio de Infección en Cirugía, Josep M. Badia


24 ene. 2019 9:30H
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Josep M. Badia, director del Servicio de Cirugía del Hospital General Universitari de Granollers y coordinador e impulsor del Observatorio de Infección en Cirugía, explica a Redacción Médica que los beneficios de luchar contra este tipo de infección repercuten tanto en los pacientes como en el sistema sanitario. Badia señala que, pese a que los resultados de nuestro país son buenos, aún falta mucha información.

¿En qué consiste la labor del Observatorio de Infección en Cirugía?

Lo que queremos es promover y dar visibilidad a la lucha contra la infección en cirugía, porque es la primera complicación en todos los tipos de cirugía: traumatológica, abdominal, torácica… Como los primeros interesados en controlar este tema y minimizar los daños, sin contar a los pacientes, somos los cirujanos y los demás actores del área quirúrgica, como son los anestesistas o la Enfermería quirúrgica, creemos que debemos tener más protagonismo y estar más concienciados en la lucha contra la infección quirúrgica. Esto no quiere decir que no haya habido otras iniciativas, pero nos pareció que era el momento de impulsar este proyecto desde las sociedades científicas quirúrgicas.


"Hay cirujanos a los que no se les facilita su índice de infección; así es difícil que mejoren"


Los anglosajones tienen una palabra: ‘champion’. Nosotros queremos ser los ‘champion’, los líderes, o los adalides, en la lucha contra la infección en España. Queremos que haya un ‘champion’ de la lucha contra la infección en cada equipo quirúrgico. Lo que queremos es identificar, promocionar y apoyar a estos defensores en la lucha contra la infección, que pueden ser tanto cirujanos como anestesistas o enfermeros. Siempre teniendo en mente que no es cosa de uno sino de un equipo. Por eso queremos dar la importancia que se merece a las 13 sociedades quirúrgicas que forman parte del Observatorio.

¿Cómo incide en España la infección quirúrgica?

La infección postoperatoria, como decía, ha pasado a ser la primera causa de infección nosocomial, es decir, la primera infección que se produce durante el proceso de hospitalización. Antes era la urinaria, que ahora es la segunda, y después están las infecciones por neumonía, las infecciones por catéter y otras. Y no solo en España, sino en toda Europa, según los datos que manejamos. Y en algunas especialidades, incluso, representa el 20 por ciento, como es el caso de cirugía de colon. Es decir, que uno de cada cinco pacientes se infecta.

¿Cómo se pueden prevenir estas infecciones desde el Observatorio?

Lo primero que nos hemos planteado es conocer la realidad de la aplicación de medidas de prevención que se utilizan en nuestro país. Hay una serie de guías clínicas, españolas, europeas e internacionales, como son la de la OMS y de la CDC, por ejemplo. Por eso, lo que nos hemos planteado es conocer la aplicación de estas recomendaciones. Lo segundo es, precisamente, adaptar esas recomendaciones internacionales a nuestra realidad. Yendo directamente a los resultados, hemos hecho tres encuestas hasta el momento (publicamos la primera el año pasado) con muy alto índice de respuesta. En la primera, encontramos que había alguna desviación importante entre las recomendaciones oficiales y la práctica diaria. Por ejemplo, se recomienda que los cirujanos utilicemos doble guante, y hemos visto que en el 80 por ciento de los casos no es así. Y esto es protección tanto para el paciente como para el cirujano, ya que la rotura inadvertida de guante es relativamente frecuente: se sabe que el 15 por ciento de los guantes puede tener alguna rotura al cabo de una hora. Con las próximas, que aún han sido más completas, esperamos poder establecer recomendaciones en cuanto a la aplicación de estas guías.

¿Qué guías clínicas se han editado en nuestro país?

El Ministerio de Sanidad editó en el año 2010 la Guía de Práctica Clínica Para la Seguridad del Paciente Quirúrgico  que ahora está pendiente de actualización. Además hay otra iniciativa que partió de la iniciativa de la Asociación Española de Medicina Preventiva, denominada ‘Infección Quirúrgica Zero’, que está en fase de implantación y de la que esperamos resultados. Creemos que las iniciativas de éxito en la lucha contra la infección quirúrgica han de implicar a los actores quirúrgicos desde el principio, quizá porque los actores quirúrgicos no estaban implicados desde el principio. Hay artículos científicos que demuestran que  cuando tienes un problema, lo detectas, e implicas a la gente involucrada en él, la solución es mucho más eficiente. Es decir, que hay que implicar más al 'front line personal', a la gente que está en la trinchera, como suele decirse. Cuando las iniciativas vienen de arriba a abajo tienen menos éxito que cuando se reúne el personal de primera línea, se les plantea un problema y buscan una solución.

¿Cuál es la situación de la infección postoperatoria en España?


"Uno de cada cinco pacientes operados de colon tiene una infección"


Hay que partir de la base de que los resultados españoles no son malos, y en absoluto estamos en una situación de alarma respecto a otros países. Quizá lo que más nos falta es información. Hay pocos sistemas de vigilancia, por ejemplo, porque en muchos casos no se sabe cuántos pacientes se infectan. Hay cirujanos a los que no se les facilita su índice de infección. En el caso de los cirujanos de colon, el 30 por ciento no recibe su índice de infección. Y si no sabes lo que ocurre es muy difícil que mejores. Por eso, diría que el principal problema de nuestro país es que no podemos analizar lo que nos pasa y no podemos saber si tenemos una desviación, hacia arriba o hacia abajo, de la media europea. También pedimos una mayor implicación de las Administraciones. Deberían establecerse mayores medidas de presión hasta el punto de que facilitar esos índices debería figurar en los contratos de los hospitales con la Administración.

El Observatorio quiere ayudar en esta tarea proporcionando ideas, ofreciendo normas, viendo dónde se están haciendo mejor las cosas… Queremos ser un método de ayuda a otras iniciativas que ya están en marcha, como el IQZ, dándoles todo el apoyo que podamos.

Entonces, ¿cuál es la información de la que disponen los cirujanos?

Los cirujanos hacen un seguimiento de cada paciente. Pero lo importante es saber el porcentaje de casos de infección. Y hay que hablar más de equipos que de personas. Y lo que tiene que tener cada equipo es su tasa de infección anual. En Cataluña, por ejemplo, a través del programa VINCat de vigilancia de la infección nosocomial, tenemos datos de los procedimientos quirúrgicos de más riesgo, como la cirugía colorectal, y sabemos el hospital que reporta muy buenos resultados y el que no los tiene tan buenos. Y podemos preguntar dónde están las claves del éxito y ofrecérselas a quienes no tienen los mejores resultados. Es un círculo de calidad: saber qué pasa, feedback, puntos de mejora y vuelta a empezar. Por eso un punto básico es que los equipos quirúrgicos tengan un mayor feedback de sus resultados.

El pasado mes de diciembre firmaron un acuerdo con la Fundación Tecnología y Salud, ¿cómo han notado su apoyo?

Firmamos un acuerdo al que se han sumado varias empresas asociadas a la Fundación Tecnología y Salud, de Fenin, aportando financiación para los proyectos que, de forma trasparente e independiente, promuevan las sociedades científicas. No queremos que haya  ningún tipo de conflicto de intereses, de ahí la transparencia, y además tenemos total libertad a la hora de gestionar las iniciativas del Obervatorio.

¿Qué beneficios tanto para la salud, como para la ciudadanía en general, se pueden obtener en la lucha contra las infecciones contraídas tras una cirugía?

Los beneficios de delimitar la infección postoperatoria son muy claros y están más que demostrados. El primero es para el propio paciente. El paciente que no se infecta tiene un curso breve, con poco dolor y pocas molestias. Y junto con los sistemas de rehabilitación precoz, lo que se conoce como rehabilitación multimodal, tienen estancias más cortas. Y además el coste es más bajo. El paciente que se infecta triplica o cuadriplica el coste sanitario. El enfermo que tiene una sepsis y acaba en la UCI, puede acabar costando a la sociedad en general, según un estudio alemán, por ejemplo, entre 25.000 y 55.000 euros. Entonces, el gasto sanitario que implican las infecciones es muy alto. También el problema que implican en cuanto al consumo de antibióticos es muy importante. Es un problema que tiene que ver con la aparición de resistencias bacterianas: a más infecciones, más antibióticos y mayor posibilidad de que aparezcan resistencias, con lo que estas infecciones que se producen en los hospitales son más difíciles de tratar. Con lo cual, atajar el problema desde el principio nos parece que tiene una importancia capital.

Con un menor índice de infección, el paciente se complica menos, se va a casa antes, tiene menos dolor. Y como efecto secundario se utilizan menos antibióticos, aparecen menos resistencias bacterianas y disminuye el gasto sanitario.
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