Según la
Real Academia Nacional de Medicina, la
Dermocosmética o
Dermofarmacia es 'la disciplina científica, rama de la farmacia, que se ocupa del estudio y fabricación de productos para aplicación tópica, tanto terapéuticos como cosméticos’.
Sin embargo, en
AMIR les gusta definir la
Dermocosmética como la ciencia que estudia las
necesidades de la piel y el abordaje de las mismas a través de productos cosméticos, de una manera profesional y rigurosa.
Ante esta definición, señalan desde el centro de preparación, esta disciplina comprende un
equipo multidisciplinar de profesionales bien formados, que desempeñan diferentes funciones. Estas van desde la formulación de productos cosméticos, hasta el diagnostico y asesoramiento del paciente, siempre teniendo en cuenta que cuando se habla de Dermocosmética no se habla de tratar patologías, sino de
afecciones o necesidades de la piel.
"Existe una necesidad real de tener una piel bien cuidada, evitar el fotoenvejecimiento, prevenir la aparición de arrugas, de manchas, mantener una piel luminosa, hidratada, libre de imperfecciones y por supuesto sana. Es evidente que la sociedad reclama profesionales capaces de abordar esta necesidad a través de la Dermocosmética", subrayan.
En este aspecto, la formación continuada es "un punto clave para el desarrollo de profesionales que quieran ejercer la Dermocosmética". "Es necesario que los médicos con consulta de medicina estética estén
formados en Dermocosmética, será imprescindible para poder marcar rutinas cosméticas adecuadas a cada paciente, mejorando así los resultados del tratamiento médico estético".
En el caso de farmacéuticos y farmacéuticas que quieran ejercer la Dermocosmética en la oficina de farmacia, aseguran que es fundamental que tengan
conocimientos sobre los ingredientes y la composición de los productos cosméticos, que sepan detectar sinergias e incompatibilidades y que puedan identificar las preocupaciones de cada paciente y las necesidades de cada tipo de piel. "Con todo esto, será posible diseñar rutinas cosméticas adecuadas y hacer un buen asesoramiento dermocosmético", remarcan.
Por otro lado, inciden en que no se puede olvidar la necesidad de formar profesionales (farmacéuticos/as, biólogos/as, médicos/as, químicos/as, etc…) que entren a formar parte del
sector de la industria cosmética. La formulación de productos cosméticos, su producción, el control de calidad de los mismos y el aseguramiento del cumplimiento legal, requieren de profesionales bien formados que marquen las exigencias en cada etapa, garantizando de esta manera la calidad, eficacia y seguridad del propio cosmético.
"La cosmética es una ciencia que
evoluciona muy rápidamente, estamos hablando de un sector estrechamente relacionado con la innovación, los estándares de calidad son cada vez más exigentes, la legislación cambia constantemente y ser un/una buen/a profesional implica estar formándose continuamente", concluyen desde el centro de preparación.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.