Laura Espinosa y Laura García, entrevistadas con motivo de la celebración del Día de la Madre.
Hay pasiones que se contagian de padres a hijos, algo que también sucede con la vocación. Cuando se vive con ilusión cada día de trabajo, esas emociones traspasan la piel y se viven en familia, donde los más pequeños de la casa aprenden, poco a poco, a amar una profesión. Es el caso de
Laura Espinosa,
jefa de Nefrología Infantil del Hospital de La Paz (Madrid), que vió cómo la 'semilla' de la Medicina fue creciendo en su hija, Laura García, casi sin darse cuenta.
La
residente de Pediatría confiesa que cuando era niña nunca pensó en estudiar para ser médica y que su primera opción era la Biología. Sin embargo, la vinculación que tenían sus padres con los pacientes y, sobre todo, verles "no estar pensando cada día en la jubilación", hizo que la
Medicina se presentara como ese trabajo 'ideal' al que dedicarle su día a día.
"Mis padres (los dos son médicos) tienen una relación muy bonita con la
Medicina" y fue precisamente eso lo que enganchó a García a pensar que su futuro laboral estaba entre los muros del hospital. Aunque dudó un poco sobre la especialidad, confiesa que rotando en
Ginecología, mientras atendía un parto, descubrió que con quien ella quería estar es entre niños. De esta forma, decidió que seguiría los pasos de su madre para hacer el
MIR.
Laura Espinosa y Laura García, madre e hija, comparten día a día en el Hospital de La Paz.
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Compartir servicio con tu madre
"Al principio a mí no me hacía gracia que viniera a
La Paz a hacer el
MIR", expone Espinosa antes de confesar que cambió de opinión porque al ser este centro "referente en
Pediatría", no podía negar que su hija, teniendo nota para poder escoger ese servicio, lo descartara solo porque ella estaba en él.
No solo su madre tuvo reticencias, sino que la
residente también se mostró con dudas a la hora de tomar esta decisión. "Poder compartir con mi madre esta experiencia me echaba un poco para atrás", confiesa. "Fue un reto porque se puede hablar mucho entre los compañeros. Pero pensando en el prestigio que tiene este hospital, al que he estado vinculada desde pequeña... no podía rechazarlo".
García: "Mis padres han mantenido relación con sus pacientes y tienen una relación muy bonita con la Medicina"
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Ya en
La Paz, bajo las órdenes de su madre,
Laura García explica que sintió "mucha presión", más que otros compañeros de servicio, pero que poco a poco se hizo un nombre y esos miedos iniciales fueron pasando.
Laura Espinosa, jefa del Servicio de Nefrología Infantil del Hospital de La Paz (Madrid).
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Nuevas generaciones de médicos
García forma parte de una nueva generación de médicos que llegan con otros pensamientos, un cambio que
Espinosa ha detectado en los últimos años. "Creo que la mentalidad de los jóvenes es totalmente diferente, no solamente en
Medicina, sino en general. Esa idea vocacional que teníamos, pues esa no la encuentras. Por supuesto tienen más claros sus derechos y reivindican, desde el principio, libranzas y cosas así", confiesa.
Este salto generacional se personifica en estas dos mujeres que comparten vocación, servicio y familia. Madre e hija unidas por la
Pediatría en un mismo hospital.
Laura García, residente de último año de Pediatría en el Hospital de La Paz (Madrid).
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Espinosa confiesa: "Al principio, no me hacía gracia que mi hija viniera a hacer la residencia al hospital donde trabajo".
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