Jacobo Sellarés ha analizado las ventajas de la IA en sarcoidosis durante la XVI Reunión GEAS.
La
sarcoidosis es una de las enfermedades en la que los médicos internistas están invirtiendo más tiempo a la hora de abordarla con más precisión. En la
XVI Reunión GEAS 2023 se ha celebrado una mesa específica para esta patología, en la que se ha enfatizado en los caminos que abre la inteligencia artificial (
IA) para diferenciarla mejor. Además, también se ha destacado la
biopsia como la herramienta más efectiva a la hora de determinar una
sarcoidosis y saber diferenciar la enfermedad de un
linfoma.
La IA ha irrumpido con fuerza dentro de la sanidad, llegando incluso a
modificar el diagnóstico de la afectación pulmonar de la sarcoidosis.
Jacobo Sellarés, neumólogo del Hospital Clínic de Barcelona, ha asegurado durante la
XVI Reunión GEAS 2023 que “imaginar un mundo donde las
máquinas ayuden a diagnosticar a los pacientes con más precisión es posible y real. La tecnología crea un
desafío ético, pero es capaz de cambiar las formas de trabajar”.
Uno de los problemas en los que se encuentran los especialistas es, tal y como ha explicado Sellarés, “diferenciar entre la
sarcoidosis,
tuberculosis o un
linfoma. Diferentes estudios, a través del deep learning y redes neuronales, han permitido diferenciar estas enfermedades”. El neumólogo ha defendido “la creación de bases de datos para
generar algoritmos para realizar predicciones y aprovechar todas las funciones de la tecnología para sacar información”.
Sellarés: "La evaluación del radiólogo hasta ahora era cualitativa, no cuantitativa"
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La radiómica es otro de los
campos de la Medicina que se ha visto afectado por la IA. Tal y como ha relatado el especialista, “hasta ahora había grandes problemas para evaluar a un paciente con sarcoidosis, debido a que la evaluación del radiólogo era cualitativa, no cuantitativa. Las técnicas actuales permiten evaluar mejor las imágenes y conocer
porcentajes más concretos”.
La biopsia es la mejor bala para identificar la sarcoidosis
Llegar a diferenciar entre la sarcoidosis y el linfoma en diferentes situaciones ha sido la piedra angular de la ponencia de
Manuel Ramos, internista del Hospital Clínic: “Analizar el
perfil sistémico puede ayudar, indicando si el paciente tiene manifestaciones habituales como son reducción de
ganglios, la parálisis facial, la
afectación cardiaca o el
surgimiento de lesiones en la piel”.
Por otra parte, algunos caminos para poder solventar esta duda han sido rechazados por el especialista, que afirma que “la
imagen no nos aporta información, mientras que el
PET con IA tampoco nos sirve”. La mejor fórmula para salir de dudas es, tal y como ha indicado el especialista, “la
biopsia, ya que nos determina la sarcoidosis con sus características”.
Ramos: "Analizar el perfil sistémico ayuda a diferenciar la sarcidosis del linfoma"
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En caso de que el paciente tenga sarcoidosis y esté
desarrollando un linfoma, Ramos ha destacado que se debe abordar al paciente “de forma urgente, ya que es el que tiene más riesgo. Además, hay
dos órganos específicos que indican si el paciente sufre esta afectación, y son el
bazo y la
médula ósea, ligados al sistema hematopoyético”. El internista ha reconocido que esta situación ha sido identificada en pocos pacientes, pero en el caso de que ocurra, “hay que estar alerta”.
Rituximab, solución frente a la enfermedad ligada con IGG4
La práctica clínica diaria para abordar la
enfermedad relacionada con IGG4 ha sido analizada por
Fernando Martínez Valle, internista del
Hospital Vall d’Hebron: “Los estudios realizados afirman que esta patología tiene tendencia incluso a desaparecer de forma autónoma. El uso de corticoides mejora la situación, aunque existe también una recidiva importante”. Debido a ello, el especialista ha abogado por introducir “tratamientos de mantenimiento”.
Otra de las soluciones destacadas por Martínez Valle ha sido el fármaco
Rituximab: “Se trata de otra diana terapéutica eficaz. La enfermedad suele provocar nuevas
lesiones inflamatorias, por lo que es necesario explorar a futuro nuevos fármacos que puedan mejorar el nivel de fibrosis”.
Martínez Valle: "La primera línea de tratamiento son los glucocorticoides"
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Las primeras conclusiones que ha extraído el especialista es tratar al paciente “de forma precoz en situaciones en las que exista la amenaza de un
órgano de forma inmediata. Además, la primera línea de tratamiento son los glucocorticoides. Finalmente, el tratamiento de mantenimiento es necesario cuando exista actividad de la enfermedad o cuando hay
riesgo de recidiva”.
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