La sesión ha sido dirigida por Eduardo Montero, coordinador del Grupo de Asistencia Compartida y Medicina Consultiva de la SEMI.
13 may. 2024 18:55H
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Médicos internistas de todo el país se han congregado el pasado viernes, 10 de mayo, en la VIII Reunión de Asistencia Compartida y Medicina Consultiva de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se celebró en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) y en la que se abordaron temas como la importancia de la optimización pre-quirúrgica de los pacientes que se someten a una cirugía, cada vez a edades más avanzadas fruto del envejecimiento poblacional y la mayor esperanza de vida, por lo que cada vez es más habitual tanto en Servicios médicos como quirúrgicos “la atención a un paciente con mayor complejidad y de riesgo más elevado”, tal y como indica Eduardo Montero, coordinador del Grupo de Asistencia Compartida y Medicina Consultiva de la SEMI.
En relación a ello, a lo largo de la reunión, se ha hablado de anticoagulación, ferroterapia, o del paciente con diabetes que se va a someter a cirugía, así como de la importancia de un adecuado estado nutricional o de la relación entre el papel que desempeña o puede desempeñar la nutrición en la persona que va a ser intervenida quirúrgicamente.
En palabras de Montero: “es importante destacar el rápido incremento de la complejidad de los pacientes hospitalizados, tanto médicos como quirúrgicos. Esto se debe a la continua mejora de los conocimientos médicos y de las técnicas y procedimientos que aplicamos. Ello permite, por un lado, tratar a enfermos de más edad y con alta comorbilidad y, por otro, realizar gran cantidad de procedimientos ambulatorios, incluidos de cirugía mayor, que evitan el ingreso de los pacientes que están en mejor situación, lo que también aumenta la proporción de enfermos complejos ingresados”.
Precisamente, prosigue Montero, “los programas Rapid Recovery o de optimización preoperatoria son muy importantes para conseguir unos buenos resultados quirúrgicos, en especial para los pacientes complejos o de riesgo elevado, que son ya la mayoría de los hospitalizados en los servicios quirúrgicos”. Indica que “el internista es el especialista más adecuado para llevar a cabo esta optimización, ya que, por su visión global, puede valorar y tratar los problemas que pueda presentar un paciente en la gran mayoría de los casos, sean frecuentes (desnutrición, anemia, ferropenia, riesgo de delirium, entre otros) o no, evitando derivar al paciente a múltiples especialistas”.
Los beneficios del seguimiento post-cirugía
Según una encuesta reciente sobre la actividad en materia de asistencia compartida durante el pasado año, los servicios con los que Medicina Interna efectúa más asistencia compartida son: Traumatología, Cirugía General, Cirugía Vascular y Oncología.
Se ha demostrado que “la optimización pre-quirúrgica reduce las suspensiones de quirófano, las complicaciones, la estancia hospitalaria y la mortalidad. El seguimiento post-cirugía en los casos que se considere necesario acelera la reincorporación del paciente a su vida personal y laboral, reduce los reingresos y la mortalidad en el año siguiente a la cirugía”.
El principal problema que plantea “la asistencia compartida es la falta de medios para poder desarrollarla”. Por ello, su reto principal en este momento es “conseguir que sea comprendida y aceptada por todos, médicos de las diferentes especialidades y, especialmente, por los gestores”.
Actualmente se está realizando un registro sobre diversas características clínicas y asistenciales de los pacientes oncológicos hospitalizados atendidos mediante asistencia compartida con médicos internistas. Es un registro ambicioso que tendrá una duración de un año.
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