La mortalidad por enfermedad tromboembólica disminuye "progresivamente"

La enfermedad tromboembólica venosa es la tercera causa de muerte vascular en España, tras el infarto y el ictus. No obstante, el Registro Informatizado de Pacientes con Enfermedad Tromboembólica (Riete) ha permitido comprobar que la mortalidad por esta causa ha ido disminuyendo con el paso del tiempo.

Manuel Monreal, coordinador del Grupo de Enfermedad Tromboembólica Venosa de la SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna), destaca que, desde que se puso en marcha este registro en 2001, se ha comprobado que “la mortalidad de nuestros pacientes ha ido disminuyendo progresivamente”.

La SEMI organiza este jueves y viernes el XIII Fórum Multidisciplinar de la Enfermedad Tromboembólica Venosa en Zaragoza, donde se revisarán los últimos datos sobre diagnóstico y tratamiento de la trombosis venosa y la embolia pulmonar, patologías que conforman esta enfermedad.

Monreal advierte de que, a pesar de la reducción de la mortalidad, la incidencia sigue siendo muy importante debido a la presencia de factores de riesgo, entre ellos la inmovilización de un paciente, intervenciones quirúrgicas o traumatismos, además del embarazo, los tratamientos con estrógenos o las intervenciones mediante catéteres, ya que facilitan la formación de coágulos sanguíneos.

Los tumores espesan la sangre

Se trata también de una enfermedad fuertemente asociada al cáncer: uno de cada cinco pacientes con enfermedad tromboembólica venosa padece cáncer, y uno de cada 15 pacientes con cáncer tendrá esta enfermedad “debido a que los tumores espesan más la sangre y ello facilita su coagulación”.

El Riete es el mayor registro de la enfermedad que hay en la actualidad, con datos de 71.000 pacientes de más de 25 países en todo el mundo y que ha generado más de 130 artículos publicados en revistas científicas. El objetivo de este proyecto multidisciplinar es proporcionar información a los profesionales sanitarios para conocer a subgrupos de pacientes que raramente entran en ensayos clínicos, como embarazadas, pacientes muy ancianos o con pesos extremos, etc.