Antonio Ramos, coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
A pocos días de despegar, la
'nueva era' Trump ya ha cosechado más de una polémica en relación a las políticas implementadas en el Ejecutivo estadounidense y sus efectos globales. La última reprobación llegaba desde la Organización Mundial de la Salud (
OMS), preocupada, ante la retirada, con efecto inmediato, de la
financiación de los programas contra el VIH en los países de ingresos bajos y medios. Una decisión que podría suponer una vuelta a la
crisis mundial causada por esta enfermedad en las
décadas de los 80 y los 90, cuando dicha infección suponía una sentencia de muerte. Aunque
España queda fuera del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (Pepfar), no estaría, sin embargo, exenta de posibles efectos colaterales al producirse un "fenómeno de inmigración de origen sanitario".
No solo eso. Con la suspensión de dichos programas, también podría aumentar el porcentaje de inmigrantes que llega al Sistema Nacional de Salud sin diagnosticar o "en malas condiciones", incrementado así "el riesgo de transmisión en la comunidad", según advierte
Antonio Ramos, coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI). "Cualquier
persona sensata debe ver con preocupación el hecho de que los pacientes que no tienen recursos económicos suficientes no puedan tomar, en este caso, antirretrovirales”
Y es que, tal y como detalla en
Redacción Médica, retirar esta financiación a países con menos recursos, no solo significaría
menos diagnósticos, sino también una interrupción brusca de muchos
tratamientos de VIH en marcha. La falta de una transición adecuada, provocaría, según el especialista, que "un número muy elevado de pacientes empezarían a tener un descenso de las defensas, un descenso de los
linfocitos CD4 y un incremento de
tuberculosis y
neumonía”. Todo ello supondría un aumento de “las infecciones oportunistas y a medio plazo, un aumento de la mortalidad”.
Retroceso histórico
Por ello, las políticas que aspira a realizar en este terreno el actual partido republicano, podrían traducirse en un
retroceso histórico sin precedentes, al retirar opciones de tratamiento a más de 20 millones de personas seropositivas en todo el mundo, incluidos 566 000 niños menores de 15 años, tal y como advierten desde la OMS
.
El internista está convencido de que los estados afectados volverían a la etapa "pre 95", cuando "los pacientes fallecían después de haber tenido una larga lista de infecciones oportunistas" hasta la llegada de un
tratamiento territorial eficaz.
"Volveremos a los años 80, donde las perosnas fallecían después de tener una larga lista de infeciones oportunistas"
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Un "auténtico drama", en palabras del facultativo, temeroso de que dicha medida revierta en más infecciones en la comunidad y fallecimientos, teniendo en cuenta los casi 40 millones de personas que padecen esta enfermedad a nivel mundial. "No se puede estar de acuerdo ni se comparte la
decisión tomada por Estados Unidos”, afirma categórico, tras insistir en que "es necesario tener a todos los pacientes diagnosticados, tratados y que la mayoría de los tratados tengan una
carga viral indetectable”.
Capitalismo y estigma
El especialista considera que la suspensión de las ayudas atiende a razones económicas por parte del gigante estadounidense y, de una forma más global, al estigma que rodea a esta enfermedad, dada su infección por
vía sexual, "especialmente en los
colectivos homosexuales". "El coste económico es elevado, por lo que, tener un concepto capitalista de la sanidad supone una discriminación económica que la SEMI ve con preocupación", insiste, convencido de que esta nueva política, sostenida en el tiempo "solamente traerá sufrimiento, un aumento de la mortalidad y más pacientes sin diagnóstico y sin tener la carga viral indetectable".
Ramos se sumaba así a la advertencia lanzada por la OMS, ante el mayor riesgo de infecciones y muertes en el mundo, una vez "socavados los esfuerzos para prevenir la transmisión en las comunidades y los países". El organismo internacional es aún más pesimista al hablar del retroceso que supondría la adopción de dichas medidas de forma prolongada en el tiempo, "
revirtiendo décadas de progreso y haciendo retroceder potencialmente al mundo a las décadas de 1980 y 1990, cuando millones de personas morían cada año a causa del VIH".
"Para la comunidad mundial, esto podría suponer un retroceso significativo en el progreso de las asociaciones y las
inversiones en avances científicos que han sido la piedra angular de una buena programación de Salud Pública, incluidos diagnósticos innovadores, medicamentos asequibles y modelos comunitarios de prestación de atención del VIH"
Hoy en día, la posibilidad de acceso a terapias contra el VIH que ofrecen estos programas supone un salvavidas para 30 millones de personas en todo el mundo, según proclama la OMS, tras realizar un llamamiento al Gobierno de los Estados Unidos para que permita exenciones adicionales que garanticen la prestación de tratamientos y cuidados contra el VIH que salvan vidas.
"Tener un concepto capitalista de la sanidad supone una discriminación económica que la SEMI ve con preocupación."
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