Los internistas alertan en un artículo de las barreras del SNS para este perfil

La figura del médico investigador va decayendo en España
Un estudio proponen diferentes fórmulas para conseguir un adecuado balance entre asistencia e investigación.


4 feb. 2025 9:50H
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Si no se solucionan las múltiples barreras existentes, los médicos investigadores acabarán convirtiéndose en una especie en extinción. Esta es la principal conclusión que extrae un estudio realizado por miembros de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), recordando que la investigación biomédica ha sido posible gracias a los médicos que dedican una parte de su tiempo a realizar estudios para comprender mejor las enfermedades, desarrollar nuevos tratamientos y creando un puente sólido entre la investigación básica y su aplicación clínica. Pese a ello, la realidad europea es que los médicos que se dedican a estos escenarios están en declive, hasta el punto de establecer una difícil relación entre la investigación y la asistencia. La SEMI decidió realizar una encuesta sobre este aspecto entre los médicos españoles internistas para conocer hasta qué punto se deben llevar a cabo medidas al respecto.

La encuesta, publicada en el portal Science Direct y realizada en septiembre de 2024, fue respondida por un total de 685 internistas procedentes de todas las comunidades autónomas. La mediana de edad de los encuestados fue de 44 años y más de la mitad fueron mujeres. Por lo que respecta a los hospitales en que trabajaban los encuestados, el 47 por ciento eran de tercer nivel, el 29 por ciento en un centro provincial y el 23 por ciento restante en un hospital comarcal.  

Ante la pregunta ¿haces investigación?, 395 encuestados contestaron que sí y al preguntarles si tenían liberación de horario, solo 19 de ellos, un cinco por ciento del total, contestaron que sí. Además, ser hombre, trabajar en un hospital de tercer nivel o tener un cargo de jefe de Servicio o de Sección se asoció con una mayor probabilidad de poder realizar investigación.

Un alto porcentaje de médicos internistas de la SEMI realizan investigación, pero, en opinión de los autores, esta cifra está muy sobreestimada al ser probable que los que hayan contestado a la encuesta sean precisamente los más implicados en investigación. A pesar de esta limitación, la encuesta muestra resultados interesantes, hasta la fecha no conocidos y concordantes con los publicados en otros estudios, mayoritariamente procedentes de Estados Unidos.

Las barreras actuales para ser médico-investigador


Existen diferentes barreras o limitaciones para convertirse en médico-investigador, entre las que destacan la falta de tiempo, la necesidad de formación en investigación, la dificultad para obtener recursos, la falta de mentores, así como la dificultad para compatibilizar la investigación con el trabajo asistencial, la docencia y con la vida personal. Todas estas barreras afectan todavía más a las mujeres que a los hombres, algo que también queda manifiesto en los resultados de esta encuesta.

La encuesta muestra una clara desigualdad de género en los médicos-investigadores. Las mujeres encuentran más obstáculos que los hombres durante su formación para crecer y promocionarse, obteniendo menos becas, financiación, reconocimientos y premios. A pesar de que las mujeres son cada vez más mayoritarias en la profesión médica, están menos representadas en los puestos de mayor responsabilidad y de dirección. Por otro lado, existe una menor participación en la investigación clínica y en la producción de conocimiento científico, con menos presencia de mujeres como investigadoras principales, autoras o revisoras.

Impulsar la cultura de la investigación en las facultades


Para llegar a establecer un equilibrio, los autores del estudio proponen diferentes fórmulas para conseguir un adecuado balance entre asistencia e investigación. Uno de ellos es introducir la cultura de la investigación desde las Facultades de Medicina y los primeros años de residencia, así como conseguir que las instituciones proporcionen el soporte necesario para conseguir que los médicos tengan tiempo, motivación y rendimiento económico para dedicarse a la investigación. Además, el trabajo en equipo, una adecuada organización y separación entre el tiempo dedicado a la asistencia y el dedicado a la investigación, y tener un buen soporte metodológico/estadístico, son otras medidas propuestas para ser más eficientes en las dos disciplinas.

Para finalizar, la SEMI acaba defendiendo que compaginar asistencia, investigación, docencia y vida personal no es una tarea nada fácil y existen numerosas barreras que, si no se solucionan, pueden contribuir a que en el futuro los médicos-investigadores sean una especie en peligro de extinción.
 
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