La periodista Marta Robles fotografiada por Carolina Roca.
"Siempre que hablo de la
bioética o, simplificando, de la
ética de la vida, llego a la misma conclusión: todos tenemos la responsabilidad de comprometernos éticamente con la vida desde todos los puntos de vista. Cada uno el que le corresponda", asegura la periodista
Marta Robles a
Redacción Médica. "En el caso de la ética y la comunicación es más global. Los
periodistas debemos obligarnos a un código ético no solo real, sino, además,
que no genere expectativas falsas", añade.
Marta Robles ha sido la encargada de moderar la mesa de medios de comunicación y bioética que ha tenido lugar con motivo de la V Jornada Grupos de Trabajo de Bioética que organiza la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). En esa mesa,
Enrique Olivares, del Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés (Iecfv), ha hablado sobre 'Ética y comunicación';
Juan Ruíz Alconero, máster en Medicina Estética, ha expuesto una ponencia sobre 'Las expectativas creadas: Medicina del deseo y a la carta'; mientras que
Mª Jesús Pascual, de Madrid Salud, ha hablado de las 'Noticias falsas y postverdad".
La posverdad llega a la Medicina
"El exceso de información y la verdad aumentada -que siempre acaba siendo mentira- llevan a que los pacientes de cualquier tipo de rama de la Medicina pretendan
llegar al milagro. Sucede de una manera muy traumática en la Medicina y la cirugía plástica, donde los médicos faltos de ética no contemplan lo que el exceso puede hacer con sus pacientes, que son más bien clientes. Pero ocurre también en otras áreas de la Medicina. Y de la investigación", prosigue Robles.
Porque, tal y como recuerda la periodista, no hace mucho que salió a raíz el escándalo de la
científica Almudena Ramón. "Logró
curar las lesiones medulares en ratones y, al encontrar financiación para continuar con sus investigaciones, congregó a muchas personas para ofrecerles una posibilidad que, al menos de momento, no existe. Esas mismas personas, afectadas, acabaron por financiar una investigación que no les ha reportado nada. Fue una estafa. Pero, probablemente, su protagonista ni siquiera lo vio así", señala.
Y añade: "El problema es que la posverdad ha llegado a todos los ámbitos de la sociedad. En el de la Medicina existen tal cantidad de noticias falsas, de noticias aumentadas hasta el infinito, que tienen mínimos ingredientes de verdad y el resto es pura ficción, que a veces resulta difícil diferenciar. Sobre todo porque una mentira repetida muchas veces parece más verdad que la propia verdad".
La responsabilidad de los periodistas
"Estamos en un tiempo donde cada cual cuenta su experiencia e inventa lo que quiere en torno a ella y tiene unos canales de difusión extraordinarios como son las redes sociales. Y eso hace que, al final, muchas veces los propios médicos se tengan que enfrentar a las
falsas expectativas de sus pacientes... E incluso a que a veces no se comporten éticamente y no les informen de que son falsas", sostiene Roca.
Por eso finaliza recalcando la
responsabilidad que los medios de comunicación tienen -"tenemos". "Debemos ofrece
r información totalmente contrastada y, en el caso de que nos equivoquemos y nos cuelen una noticia falsa -por ejemplo esos enfermos que piden dinero para su dolencia-, tenemos la obligación de
entonar el mea culpa y advertir a la gente. Sea o no responsabilidad nuestra. Creo que el papel de los comunicadores de cualquier tipo -periodistas más específicamente-, en cualquier ámbito, pero
sobre todo en Medicina, es el de no dejarse llevar de ninguna manera por el entusiasmo y trasladar al lector, oyente o espectador la realidad sin ningún tipo de aditamento", concluye.
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