Carlos San Martín (izquierda) y Lorenzo Armenteros.
El
repunte de infecciones de transmisión sexual (
ITS) en los últimos años en España ha llevado al
Ministerio de Sanidad a retomar las iniciativas de reparto de
preservativos en ciertos eventos (el
Orgullo LGTBI+, festivales) y a plantear la
financiación de este método anticonceptivo, algo más complejo y para lo que ha pedido
algo de tiempo.
Esta intención cuenta con el beneplácito de muchos profesionales médicos, ya que el aumento de las ITS
no es exclusivo de las personas jóvenes o de ciertos colectivos, y por tanto ven necesario ampliar las facilidades de acceso a estos productos.
Repunte de ITS en mayores de 30
“El objetivo fundamental tiene que ser el acceso en todos los ámbitos de la población, no solo la población joven”, afirma
Carlos San Martín, coordinador del Grupo de Trabajo de Sexología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (
Semergen).
El profesional de Primaria sería el más adecuado, pero no el único, para recetar el preservativo al paciente
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“Estamos viendo que
la utilización del preservativo en la población adulta ha caído de forma muy significativa, y esto va de la mano con el incremento de ITS en la población por encima de los 30 años”.
A su manera de ver, “no hay por qué establecer ningún tipo de premisa” para poder acceder al profiláctico en consulta. “Cualquier persona tiene el perfecto derecho a recibir una prescripción ante una actividad sexual normalizada, bien sea con pareja estable o no”.
Recetar preservativos
San Martín ve el sistema de receta como el más plausible para facilitar el acceso, a pesar de la carga asistencial adicional que pueda suponer. “
Es mejor que el médico de Familia asuma la prescripción de un método de prevención que hacerlo de una infección de transmisión sexual o un embarazo no deseado”.
Además, las facilidades de la
receta electrónica son un aliciente para fomentar su uso ya que la persona no tiene que renovar la prescripción durante todo un año.
Los profesionales de la Primaria serían los más adecuados para hacerlo dada la cercanía con el paciente, aunque esta prescripción también puede ser accesible para otros, como Ginecología o Urología. Además, “cada vez son más los médicos de Familia que incorporan el
abordaje de la sexualidad de los pacientes dentro de su consulta, tienen herramientas y están entrenados”.
La prevención, coste-efectiva
Otra de las dudas que se ciernen sobre este asunto es el posible aumento del gasto sanitario al introducir el condón en la
Cartera Básica de Servicios del SNS. No obstante, el coordinador de Sexología de Semergen ve que “la inversión en prevención va a ser mucho más rentable que la inversión en tratamiento de los pacientes”.
San Martín concluye que la iniciativa planteada desde Sanidad “es interesante y creo que ayudaría a volver al camino de la concienciación y la responsabilidad en el sexo seguro que la población debería de asumir como necesaria”.
"Financiar salud"
Para Armenteros, el sistema de prescripción debería asemejarse más al de agujas para plumas de insulina o tiras reactivas
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Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (
SEMG) se muestran de acuerdo con las ventajas de facilitar el acceso al profiláctico. “
Financiar prevención es financiar salud”, señala
Lorenzo Armenteros, tesorero de la sociedad médica y responsable del Grupo de Trabajo de Salud de la Mujer.
Al igual que San Martín, considera que el previsible aumento del gasto en un primer momento se equilibrará gracias a la prevención de ITS, aunque advierte de que la entrada en cartera del preservativo
no debe sustraer recursos de otros apartados del presupuesto sanitario.
No complicar el trabajo del médico
Armenteros apunta que el sistema adecuado para facilitar el acceso debe ser “sencillo y que no complique el trabajo del médico”, por lo que
no es partidario de una prescripción médica sino que incluya a otros profesionales del centro de salud, como Enfermería, y señala que la distribución de preservativos debería parecerse más a la de “agujas para las plumas [de insulina] o tiras reactivas” en diabéticos.
Además, entiende que se debe empezar con “los grupos más vulnerables o de riesgo”, y paulatinamente se puede extender a otras indicaciones, pues, como ya afirmaba San Martín, el problema de las ITS es más generalizado que entre la población joven y algunos colectivos.
Sobre este respecto, el responsable de Salud de la Mujer de la SEMG recuerda que para atajar las ITS hace falta mucho más que financiar preservativos, y esta iniciativa debe estar
incluida en una estrategia sanitaria mayor, donde se avance, entre otras cosas, en la detección de infecciones “como VIH, hepatitis C o incluso clamidia en poblaciones no diagnosticadas”, y la posibilidad de “vacunar del virus del papiloma humano a todos los varones, algo que ocurre en otros países de nuestro entorno”.
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