La
fotosensibilidad de los medicamentos es una cuestión desconocida para la mayoría de los pacientes. Muchos ciudadanos exponen los fármacos que consumen a la luz solar, sin saber que esto puede arraigar una serie de consecuencias como las reacciones fototóxicas o fotoalérgicas. Por ello, la necesidad de crear un plan de protección al paciente ante estos peligros es una de las cuestiones que se ha puesto sobre la mesa por fuentes de la Medicina de Familia.
Existen medicamentos
fotosensibles y
fotosensibilizantes. Los medicamentos
fotosensibles son aquellos sensibles a la luz que, si no se conservan protegidos de esta, sus características físico-químicas y farmacológicas pueden verse modificadas y podrían
perder su eficacia. Por otra parte, los
fotosensibilizantes son aquellos que pueden producir fotosensibilidad
en el paciente y provocar una
reacción cutánea por interacción con la radiación ultravioleta, es decir, sensibilizan frente a la luz solar.
Son muchos los medicamentos fotosensiblizantes más consumidos por la sociedad. Según el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, son
más de 300 los principios activos que pueden provocar fotosensibilidad. Algunos se encuentran presentes en medicamentos de uso tan frecuente como anticonceptivos, antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, antidiabéticos orales, benzodiacepinas, diuréticos, hipolipemiantes y antiacnéicos.
Consecuencias de exponer un medicamento al sol
Épocas como el
verano son precisamente peligrosas si hablamos de medicamentos fotosensibles. Durante las vacaciones es habitual trasladar la medicación de un sitio a otro y, en muchos casos, esta se deja expuesta a la luz solar.
Lo que puede ocurrir si un fármaco fotosensible se expone al sol, es que sufre el
riesgo de perder su efecto, producir una
alergia o causar problemas
gastrointestinales, tal y como explica
Eloy Díaz, médico de Familia. “Podría volverse
tóxico y perder sus propiedades, como si estuviese caducado, y llegar a producir una gastroenteritis o una redacción alérgica”, explica.
“Los anticonceptivos también podrían perder su efecto” detalla. “Hay muy
poca información sobre ello tanto para los pacientes como a nivel médico”, comenta el especialista. “Estas consecuencias vienen únicamente en el prospecto y la gente no se los lee”.
Según Eloy, los profesionales deben explicar en todo caso los
riesgos que puede tener exponer estos medicamentos al sol, “a veces por las prisas se hace”. Además, considera esencial que este detalle aparezca mejor indicado en el envase de los fármacos, en sus cajas.
“También se le podría entregar un
documento informativo al paciente, ya que en muchos casos, aunque se lo expliques, se le puede olvidar”. Por ello, para lograr una mayor educación de los pacientes en cuanto a este tipo de fármacos, Eloy considera que lo mejor podría ser “regular la manera en la que se informa al paciente”.
Medicamentos fotosensibilizantes más consumidos y sus riesgos
Por otra parte, existen una serie de medicamentos que, si son consumidos por el paciente, este debe
evitar exponerse al sol, ya que las consecuencias de esa exposición pueden ir desde las
reacciones tóxicas hasta las
fotoalergias. Según el
departamento de Información Técnico-Profesional del COFM, la gran mayoría (casi el 95 por ciento) son reacciones de fototoxicidad, y solo una pequeña parte (5 por ciento) producen reacciones de fotoalergia. Estos son los medicamentos fotosensibilizantes más consumidos.
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Antimicrobianos: como los aminoglucósidos, cefalosporinas, lincosamidas, macrólidos. Todas las tetraciclinas pueden provocar reacciones de fotosensibilidad, aunque la doxiciclina posee mayor riesgo que la minociclina. En el grupo de las quinolonas se ha observado que el mayor riesgo lo presentan el esparfloxacino, el ácido nalidíxico, el ácido oxolínico, el ácido pipemídico, el ciprofloxacino, el norfloxacino y en menor grado levofloxacino y moxifloxacino. Algunas sulfamidas y sulfonamidas (antidiabéticos) también podrían producir fotosensibilidad.
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Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): algunos AINE, tanto administrados por vía oral como tópica (piroxicam, derivados del ácido propiónico, ibuprofeno, ketoprofeno, naproxeno, celecoxib, etc).
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Antihistamínicos: aumento de la sensibilidad de la piel al sol con fotodermatitis, por lo que no se recomienda la exposición al sol durante el tratamiento.
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Antineoplásicos como la bleomicina pueden provocar cambios en la piel, sobre todo con radioterapia. Otros fármacos como los taxanos y la combinación de taxanos y trastuzumab pueden provocar reacciones de fotosensibilidad. Tanto el gefitinib como el erlotinib han provocado en ratas reacciones fototóxicas en la piel tras irradiación ultravioleta.
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Retinoides (acitretina, tretinoína, isotretinoína): los efectos de la luz UV se incrementan durante el tratamiento con retinoides, por tanto, debe evitarse la excesiva exposición de los pacientes a la luz solar, así como el uso incontrolado de lámparas solares.
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Inhibidores de la enzima conversora de angiotensina (IECA): se han descrito algunos casos para captopril, enalapril, ramipril y trandolapril.
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Anticonceptivos orales: raramente se han descrito casos de fotosensibilidad con algunos anticonceptivos orales. Además, ocasionalmente puede aparecer cloasma, sobre todo en mujeres con antecedentes de cloasma durante el embarazo, por lo que se recomienda que estas mujeres eviten la exposición al sol o a la luz ultravioleta mientras están tomando anticonceptivos orales.
La reacción tras exponerse a la luz solar si se consumen estos fármacos suele ser
inmediata, aunque tarda hasta varias horas en aparecer y depende tanto de la dosis de la sustancia fotosensibilizante como de la intensidad de la luz solar aplicada, tal y como detallan fuentes del COFM.
El papel del farmacéutico en la educación de estos pacientes
Según el COFM, el farmacéutico, “por ser un profesional sanitario especializado en el medicamento y por su cercanía a la población, tiene una
importancia crucial en la educación del paciente frente a los riesgos de los medicamentos fotosensibilizantes, tanto en la prevención como en el tratamiento”.
Por ello, puede indicar al paciente "cómo identificar los medicamentos fotosensibilizantes, ya que llevan un símbolo en el cartonaje en forma de triángulo rojo, con un sol parcialmente tapado por una nube en su interior, y una leyenda debajo del triángulo que pone 'Fotosensibilidad: ver prospecto'".
"El
farmacéutico debe garantizar el
uso seguro de los medicamentos, así como mejorar la calidad de vida de los pacientes en relación con su farmacoterapia, por lo que debe de avisar en el momento de la dispensación de la posibilidad de estas reacciones y de las medidas de prevención recomendadas", señala el COFM.
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