Rubén Vaamonde, Enrique González, Javier de Miguel y Gonzalo Pascual.
La pandemia ha revelado las virtudes y defectos de los sistemas de
filtrado de aire de los hospitales, unos instrumentos que también van a ser objeto de la revolución post-covid. El reto no es solo reforzar los controles sobre su eficacia, sino también favorecer que las compañías que los suministran dejen de ser meras suministradoras y
añadan “valor” al proceso.
La calidad del aire en hospitales, a debate en el IX Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria
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“Hasta ahora hemos hablado de ‘Health care’. Hablemos también de
‘Air care’”, ha manifestado
Rubén Vaamonde, CFM Business Manager de Camfil, en la mesa de debate sobre la calidad del aire en los hospitales del
IX Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria. El evento, organizado por
Redacción Médica, ha contado con el auspicio de la
Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), el patrocinio de
Carburos Médica y la colaboración de
Camfil, Ferrovial Servicios y Grupo Empresarial Electromédico (GEE).
La mesa de la calidad del aire, que ha sido moderada por el vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria
Martín Herrero, ha contado también con la participación de
Enrique González, jefe de Mantenimiento del Hospital Dr. Rodríguez Lafora de Madrid;
Javier de Miguel, jefe de Sección en el Servicio de Neumología del Hospital General Gregorio Marañón; y
Gonzalo Pascual, director del Centro de Referencia de la FAO en gestión del Riesgo Biológico, que analizaron la normativa vigente en materia de filtrado para la climatización en los centros sanitarios.
Un momento del debate 'Calidad de Aire. Filtración para climatización en Hospitales'.
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A este respecto, Vaamonde ha explicado que la nueva normativa incluirá modificaciones enfocadas, en esencia, al control documental y el cambio periódico de las máquinas. “
Las inspecciones no solo serán en quirófanos, no solo serán en las UCI, sino en cualquier zona de ambiente controlado”, ha apuntado.
El propio Vaamonde ha reivindicado la necesidad de “dar una vuelta al tema de la eficiencia energética” para invertir más en la
transformación de las empresas de aire. El objetivo, ha añadido, es que dejen de ser “suministradoras y comiencen a dar un valor añadido”.
Riesgo biológico por la mala filtración de aire
Por su parte, Gonzalo Pascual ha destacado el incremento del
“miedo al riesgo biológico” debido al Covid-19, que ha puesto en relieve la necesidad de “controlar los sistemas de ventilación para reducir la carga biológica” del interior de los centros sanitarios.
“Hay que ventilar, hay que filtrar y hay que conocer la distribución del riesgo biológico, porque la transmisión aérea
es muy inestable”, ha subrayado el también jefe del Servicio de Bioseguridad del Centro de Investigación en Sanidad Animal.
Los ponentes de la mesa: Rubén Vaamonde, Enrique González, Javier de Miguel y Gonzalo Pascual, moderado por Martín Herrero.
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Enrique González ha incidido en que entre los efectos que conlleva la mala calidad del aire se encuentran no solo los problemas respiratorios leves como la tos sino otros como el
empeoramiento del asma y el EPOC. Asimismo, ha apuntado como posibles soluciones la de invertir en una producción de electricidad de alto rendimiento, la de mejorar la gestión de los desechos domésticos e industriales y la de proporcionar “acceso universal a combustibles y tecnología limpia”.
En la misma línea, Javier de Miguel ha destacado que con una buena mezcla de aire producida por la ventilación se logra reducir en
más de un 70 por ciento los aerosoles, y ha reivindicado la importancia de contar con más medios y más formación y cualificación en torno a los sistemas de aire, así como la de cumplir con la normativa vigente.
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