No todas las ramas de Ingeniería están preparadas para diseñar y mantener instalaciones sanitarias

Fernando Fabiani; Francisco Jesús Reguera; Ana María Beltrán; Ramón Cano; Juan Carlos Durán; y Antonio Ojeda.


27 oct. 2024 18:00H
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La figura del Ingeniero Interno Residente (IIR) ha sido una de las principales demandas en el ámbito de la Ingeniería Hospitalaria este año. Sin embargo, su implementación no es una tarea sencilla, ya que requiere establecer criterios específicos que pasan por definir los perfiles de ingeniería adecuados para el puesto y por contar con hospitales capacitados para impartir una formación integral a estos alumnos, que les permita adquirir conocimientos tanto a nivel de infraestructura como de manejo de nuevas tecnologías o la impresión 3D, entre otros.

Estas necesidades se han abordado durante el 41 Seminario de Ingeniería Hospitalaria, donde Juan Carlos Durán, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Sevilla, ha señalado que no todas las ramas de Ingeniería están preparadas para diseñar y mantener instalaciones hospitalarias. Según Durán, la formación de un IIR debería restringirse a ingenieros con conocimientos básicos en instalaciones complejas. “Yo no contrataría nunca a ingenieros sin experiencia en infraestructuras hospitalarias, porque les tendría que enseñar desde cero”, ha señalado.

Juan Carlos Durán, decano Colegio Oficial Ingenieros Industriales de Sevilla.

Juan Carlos Durán, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Sevilla.


En la misma línea, Francisco Jesús Reguera, ingeniero técnico del Hospital Universitario de Jerez, ha destacado que es importante restringir el acceso al IIR a perfiles concretos. El ideal para esta formación, según Reguera, sería el ingeniero técnico industrial, aunque abre la puerta a que el IIR contemple especialidades posteriores que permitan a los profesionales adquirir distintos conocimientos. “La Ingeniería Hospitalaria tiene un campo de conocimiento tan amplio que es inviable que un profesional maneje todos los aspectos”, ha explicado.


Francisco Jesús Reguera, ingeniero Técnico Hospital Universitario de Jerez. Servicio Andaluz de Salud.

Francisco Jesús Reguera, ingeniero técnico del Hospital Universitario de Jerez, del Servicio Andaluz de Salud (SAS).


Limitaciones de los hospitales para formar IIR

La capacidad de los centros hospitalarios para formar adecuadamente a estos profesionales también es uno de los factores de los que depende el éxito del IIR. Para Antonio Ojeda, presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica, no todos los centros sanitarios tienen capacidad para formar a estos profesionales, ya que no todos tienen “el conocimiento y la habilidad adecuada para impartir esos conocimientos”.

En concreto, esto podría ser una limitación de cara impartir este programa formativo, ya que no todos los hospitales de España son grandes infraestructuras y tampoco todos cuentan con el personal necesario para brindar una formación de calidad.

Antonio Ojeda, presidente Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clinica (SEEIC).

Antonio Ojeda, presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clinica (Seeic).


Según Ojeda, la formación del IIR debe cubrir todas las fases del ciclo de vida de los activos de un hospital, desde la instalación hasta el mantenimiento y la actualización tecnológica. “En España necesitamos tener una enseñanza que cubra con todo el ciclo de vida que tenga un activo en un centro sanitario”, ha afirmado, tras subrayar que el desarrollo digital en el sector sanitario implica una formación técnica actualizada y multidisciplinar para los ingenieros.


Adaptar la formación de ingenieros hospitalarios


Avanzar en esta propuesta requiere, a su vez, adaptar el sistema educativo para incluir una formación específica en Ingeniería Hospitalaria. Según Ana María Beltrán, subdirectora de Relaciones Internacionales e Institucionales de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Sevilla, modificar un grado universitario “no es sencillo”. Por este motivo, considera que, si el objetivo es crear un perfil de ingeniero orientado al entorno hospitalario, se debería optar por un modelo de formación que combine teoría y práctica.

“Una posible vía sería implementar un período de formación hospitalaria similar a la formación dual en FP, permitiendo que los ingenieros adquieran conocimientos específicos en el entorno clínico”, ha señalado. Junto a esto, ha indicado que se debería buscar “una fórmula que se adapte a la formación dinámica y a las necesidades de los profesionales”. “Un periodo de residencia sería lo ideal”, ha añadido.

Ana María Beltrán, subdirectora de Relaciones Internacionales e Institucionales Escuela Politécnica Superior, Universidad de Sevilla.

Ana María Beltrán, subdirectora de Relaciones Internacionales e Institucionales de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Sevilla.


Rotación de ingenieros en servicios hospitalarios


Una de las características con las que cuenta el programa de Médicos Internos Residentes (MIR) es que los facultativos pueden rotar por distintos Servicios dentro del mismo hospital. Esto es lo que el subdirector de la Escuela Politécnica Superior de Sevilla, Ramón Cano, considera que sería esencial para lograr una formación completa de los ingenieros hospitalarios.

Es por esto que ha argumentado que el IIR debería formarse rotando por las distintas áreas de un hospital para entender su funcionamiento en profundidad y conocer la complejidad técnica de las instalaciones sanitarias. Este factor también es importante para Reguera, que ha señalado que cualquier incidencia en un hospital, como un corte de suministro o la suspensión de agua, “tiene mucha más repercusión por el contexto en el que se da; eso no ocurre en una fábrica”.

Ramón Cano, subdirector Escuela Politécnica Superior Universidad de Sevilla.

Ramón Cano, subdirector de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Sevilla.


Es por eso que, en su opinión, el papel del ingeniero hospitalario es complejo y abarca funciones transversales en contacto constante con otros profesionales sanitarios de distintas especialidades, lo que implica conocer tanto la jerarquía hospitalaria como los protocolos internos. En este sentido, ha destacado que “el IIR serviría para ayudar a estandarizar y formalizar los Servicios de Ingeniería y Mantenimiento”, cubriendo una necesidad de organización en muchos hospitales.


¿Ingenieros hospitalarios generalistas o especializados?


Un aspecto de debate respecto a cómo debería ser esta formación se centra en si estos profesionales deberían poder acceder a un IIR que cuente con distintas especialidades o si debería ser una formación más general. En esta línea, Durán ha enfatizado que es importante contar con un perfil de “ingeniero generalista”, ya que en la mayoría de los hospitales pequeños no se dispone del personal necesario para cubrir cada área técnica. “Es complicado que los hospitales tengan espacio para formar a varios ingenieros de tipos distintos; en estos normalmente hay un técnico que tiene que saber de todo”.

Esta no es una opinión compartida por todos. Para Cano, el plan de formación debería contemplar especializaciones debido a la complejidad técnica de los hospitales. “No es lo mismo hacer una impresión 3D que diseñar una infraestructura hospitalaria”, ha señalado. Reguera, por su parte, ha añadido que los IIR deberían especializarse en áreas como “servicios industriales, electromedicina, mantenimiento, proyecto y obra, procesos (calidad, gestión de la energía) y ciberseguridad”, entre otros ejemplos. Por su parte, Beltrán, que coincide con ellos, ha añadido que la clave sería “buscar una fórmula que se adapte a la formación dinámica ya las necesidades de cada centro”.

Aspecto de la sala durante la mesa de

Aspecto de la sala durante la mesa de "Necesidad del Ingeniero Interno Residente (IIR)".

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