Pedro Carrascal, director Esclerosis Múltiple España, Rafael Arroyo, jefe de Neurología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, y Jorge Mauriño, responsable médico SNC Roche Farma.
La
Esclerosis Múltiple (EM) no tiene cura pero cada vez hay más estudios que contribuyen a una mejor atención de todos los aspectos relacionados con esta enfermedad neurodegenerativa de origen desconocido. “El objetivo es un
diagnóstico temprano correcto para iniciar un tratamiento precoz, ya que la EM tiende a progresar”, asegura
Rafael Arroyo, jefe del departamento de Neurología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, que incide en que los tratamientos deben iniciarse lo antes posible, e incluso antes de que haya síntomas, con el objetivo de mantener la salud del cerebro y preservar el tejido del sistema nervioso.
Realizar estos tratamientos efectivos en los primeros años desde el diagnóstico permitiría aprovechar la ventana terapéutica en la que es posible modificar el curso futuro de la enfermedad.
Arroyo recalca que hoy en día es posible diagnosticar EM de forma más temprana que en el pasado gracias a los datos de las resonancias magnéticas cerebrales y, aunque celebra que
se ha reducido de forma considerable el tiempo entre el primer síntoma y el diagnóstico de la enfermedad –antes podían pasar varios años y ahora se diagnostica en menos de uno y, en la mitad de los casos, el mismo día en que se detecta el primer síntoma–, lamenta la espera o
escasez de recursos en muchos lugares. “Sigue habiendo una brecha en zonas más rurales, pero cada vez hay mayor acceso a resonancias magnéticas y son más frecuentes”, aclara.
En este
abordaje precoz resulta clave el concepto de
No Evidencia de Actividad de la Enfermedad (NEDA, por sus siglas en inglés), una situación que se consigue cuando un paciente no experimenta recaídas, no presenta progresión de la discapacidad y tampoco se aprecian nuevas lesiones en la resonancia magnética en un intervalo de tiempo determinado.
La
esclerosis múltiple recurrente remitente (EMRR) es la forma más común de la enfermedad y se caracteriza por sufrir recaídas o episodios de síntomas nuevos, seguidos con periodos de recuperación. Con el tiempo, algunas personas empeoran y evolucionan a
EM Secundaria Progresiva. A pesar de los tratamientos disponibles, la actividad y progresión de la enfermedad pueden ocurrir incluso cuando los pacientes no muestran signos o síntomas de EM.
Salud del cerebro
Gracias a las campañas de concienciación y a la labor de las asociaciones de pacientes se ha mejorado el conocimiento que tiene la sociedad sobre este problema. En este sentido, Pedro Carrascal, gerente de
Esclerosis Múltiple España, incide en la importancia de que sea el propio
paciente quien aprenda a encajar todas las piezas lo antes posible para intervenir en la toma de decisiones. “Es necesario realizar acciones complementarias al tratamiento farmacológico, manteniendo una vida saludable, actividad física e intelectual y buenos hábitos”, incide.
Estas son algunas de las recomendaciones principales del informe internacional
'La salud del cerebro. El tiempo Importa en EM' (Brain Health. Tiem matters in MS), que ha contado con el aval de Esclerosis Múltiple España y la colaboración de
Roche, sobre esta enfermedad del sistema nervioso central que afecta a
47.000 personas en nuestro país.
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