Se trata de un desafío que involucra a otros ámbitos, como son la Educación y los Servicios Sociales

José Carlos Soto; Andrea Pérez; Nicole Haber; Beatriz Vallejo; Ana de Santiago; y Antonio Linares; participantes y moderadora de la mesa redonda 'Suicidio: un problema en Salud Mental'.


1 oct. 2024 13:30H
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La lucha contra el suicidio se ha convertido en una de las grandes batallas de la salud pública en España. Aunque se ha avanzado en los últimos años, el problema sigue siendo grave, ya que las muertes por esta causa ya superan a las registradas por accidentes de tráfico, violencia de género y homicidios juntas. A pesar de que el Ministerio de Sanidad está concentrando sus esfuerzos en prevenir estos fallecimientos, con la elaboración de un plan de prevención, el suicidio se ha convertido en un problema multifactorial que debe abordarse desde distintas instituciones, ya que involucra a otros ámbitos como son la Educación y los Servicios Sociales.

Tal y como ha explicado Ana de Santiago, jefa de la Sección de Atención Especializada del Servicio de Psiquiatría del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander), en la jornada 'Priorizando la Salud Mental: Enfocados en Depresión Mayor y Suicidio', organizada por Redacción Médica con la colaboración de la compañía Johnson & Johnson, en 2022, 4.277 personas se quitaron la vida en nuestro país. A pesar de que considera que los números pueden parecer una manera fría de exponer esta problemática, ha matizado que esto ayuda a conocer la dimensión del problema.

Ana de Santiago, jefa de Sección de Atención Especializada del Servicio de Psiquiatría del Hospital Marqués de Valdecilla.



Vallejo: "Luchar contra el suicidio no solo es responsabilidad de Sanidad, es un problema de salud pública que requiere esfuerzo multisectorial"



Para abordarlo, los expertos coinciden en que el enfoque debe ser multifactorial y debe involucrar a distintas instituciones. Es por esto que, Beatriz Vallejo, asesora de Salud Mental del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha señalado que, a pesar de que pueda parecer una cuestión que recae en manos del Ministerio de Sanidad, las soluciones deben ser abordadas mediante una coordinación entre diferentes actores. “No solo es responsabilidad de sanidad. El suicidio es un problema de salud pública, y eso implica que el esfuerzo debe ser multisectorial”.

La colaboración para avanzar en esta materia puede verse en comunidades autónomas, como es el caso de las Islas Baleares, que cuenta con un Plan Estratégico de Salud Mental codirigido por tres consejerías: Educación, Sanidad, y Servicios Sociales, tal y como explica Nicole Karin Haber, coordinadora autonómica de la Dirección General de Salud Mental de esta autonomía. “Hemos apostado por la coordinación entre instituciones”, ha declarado Haber. “El comité que elabora el plan incluye ayuntamientos, diputaciones y asociaciones”, ha explicado.

“La manera de optimizar los recursos es que todos estén al mismo nivel y que los fondos sean compartidos”, ha detallado Haber. Desde 2020, Baleares cuenta con un plan de prevención del suicidio y publica memorias anuales que muestran los avances en cada institución involucrada. “Hay que ver la salud mental de una forma transversal y abordarla desde todas las instituciones”.

Beatriz Vallejo, asesora de Salud Mental del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha.


Nicole Karin Haber, coordinadora autonómica para la Prevención del Suicidio de la Dirección General de Salud Mental de las Islas Baleares.



Haber: "Hay que ver la salud mental de una forma transversal y abordarla desde todas las instituciones"



El papel de Educación en la prevención del suicidio


En este evento, celebrado en el marco del Día de la Salud Mental, el ámbito educativo se ha presentado también como uno de los actores clave para frenar el suicidio desde las edades más tempranas. Antonio Linares, coordinador de Cuidados en Salud Mental del Hospital Puerto Real (Cádiz), ha puesto como ejemplo el papel de Andalucía en este aspecto, donde la Consejería de Educación lidera un grupo de valoración de riesgo en las aulas en colaboración con asesores en materia de Salud Mental.

Según ha explicado, en cada provincia se ha creado un grupo para la valoración de los riesgos de aquellos casos que se detecten mensualmente en las instituciones educativas. Cuenta con una comisión que está formada por profesionales de la educación, dos asesores de Salud Mental y un representante del Colegio de Psicólogos de Cádiz. A pesar de que se trata de un trabajo conjunto con órganos sanitarios, según Linares, “el trabajo y la responsabilidad del desarrollo de los planes de prevención del suicidio en las aulas depende de los propios centros”.

Antonio Linares, coordinador de Cuidados en Salud Mental del Hospital Puerto Real.



Linares: "Prevenir el suicidio requiere una respuesta a nivel social, educativo y de las instituciones"



Además de esto, la autonomía cuenta con un plan de prevención que se ha puesto en marcha en noviembre de 2023 y en el que están trabajando en la actualidad. “El suicidio se puede prevenir, pero no es solo una responsabilidad de los profesionales sanitarios; tiene que ser una respuesta a nivel social, educativo, y de las organizaciones institucionales”.


Otros planes antisuicidio en las CCAA


Castilla-La Mancha, comenzó en 2017 a poner en marcha los primeros planes de prevención en las comunidades autónomas. Según Vallejo, a pesar de que en solo siete años, la concienciación social “ha crecido enormemente”, la situación en España aún enfrenta desafíos, con intentos previos de un Plan Nacional de Prevención que no se concretaron, pero ahora se está trabajando en un segundo Plan de Acción para la Prevención del Suicidio.”Es importante coordinar los esfuerzos en cada comunidad autónoma para abordar este problema prioritario de salud pública”, subrayó.

Esta autonomía no cuenta con un plan específico financiado, sino con una estrategia que parte del plan de salud mental vigente hasta 2025. Según ha detallado Vallejo, en la actualidad, Castilla-La Mancha se encuentra elaborando un nuevo plan que cuenta con el trabajo colaborativo de diferentes profesionales y entidades de distintos sectores, aunque ha querido matizar que este tampoco dispone de financiación propia.

Los siguientes pasos, según Vallejo, deben pasar por crear un plan que responda mejor a las necesidades individuales de las personas, para evitar que estas se tengan que adaptar a los recursos existentes, si no que sean los recursos quienes se adapten a las demandas.


De Santiago: "Para luchar contra el suicidio es crucial que haya detección temprana de los casos de depresión"



En Cantabria, aunque no cuentan con un plan oficial, disponen de un programa de intervención “muy potente y con muchos años de experiencia”. Este, según De Santiago, ha atendido desde el 1 de marzo de 2016 a más de 800 personas que han intentado suicidarse. Su consejo para conseguir estos avances parte de tratar rápidamente la depresión “de manera eficaz”. “La intervención temprana es crucial”, ha sentenciado.

Por su parte, José Carlos Soto, codirector de los Grupos de Ayuda Mutua de la Asociación Princesa 81, considera que Madrid cuenta con una ciudadanía “concienciada” donde los médicos y enfermeras de Atención Primaria se presentan como la puerta de entrada para ellos y para las familias. A pesar de esto, ha señalado que, debido al colapso que sufren los servicios asistenciales, la sanidad pública, por el momento, no puede atender a toda la población que lo necesita. “Hace falta mucha inversión para mejorar esa situación. La gente debe perder el miedo a acudir a un profesional privado si se necesita”.

José Carlos Soto, codirector de los Grupos de Ayuda Mutua de la Asociación Princesa 81.


La prevención y la posvención en el suicidio


El cuidado en torno al suicidio no solo involucra el enfoque preventivo. La posvención también se presenta como un paso prioritario que deben abordar los planes antisuicidio. Para Soto, el suicidio se debe abordar con un enfoque integral, en el que la prevención y la posvención vayan de la mano con el fin de constituir una red de apoyo que actúe tanto antes de las ideas suicidas como después de que estas muertes se produzcan.

“La posvención es clave para ayudar a las familias a seguir viviendo. Hablar del suicidio salva vidas”, ha sentenciado. Desde su experiencia como padre que perdió a su hija adolescente por suicidio, Soto ha enfatizado también en la importancia de la comunicación e información sobre el suicidio. “Si no hay información accesible y adecuada para que las personas busquen ayuda antes, estamos fallando”.


Soto: "La posvención es clave para ayudar a las familias a seguir viviendo"



Este aspecto puede afectar en especial a la población más joven, ya que tienen acceso a una cantidad de información muy amplia. “Si no les proporcionamos la información que necesitan la van a buscar en otros medios”, ha señalado Soto. “Hay que hablar del suicidio con los jóvenes para que no crean que esa puede ser una solución a sus problemas”, porque las consecuencias de esto, en su opinión, pueden ser muy graves.

También es importante poner el foco en la población mayor. Porque, aunque el impacto del suicidio en la población infantojuvenil es muy alto, la prevalencia de la depresión y la conducta suicida es superior en la población de edades avanzadas.

Junto a esto, Soto ha puesto en manifiesto cómo el papel de la Enfermería es fundamental, ya que el contacto y la disponibilidad de estos profesionales a nivel de Atención Primaria (y de las unidades de salud mental en los colegios para los más jóvenes) es de los más presentes para las personas que sufren enfermedades mentales y para el trabajo con las familias.


El estigma y el silencio en torno al suicidio


Además, el suicidio sigue siendo un tabú. La vergüenza, la culpa y el miedo a hablar sobre el tema persisten tanto en los afectados como en la sociedad en general. Como ha explicado Haber, el duelo por suicidio es “uno de los más difíciles y solitarios”.

Las personas que lo sufren no solo deben lidiar con la pérdida repentina y trágica de un ser querido, sino también con el estigma que rodea a este tipo de muerte. “Se hace un vacío alrededor, no solo no quieres hablar, sino que no sabes cómo gestionarlo”, ha reconocido Haber, aludiendo a las emociones que se mezclan: rabia, culpa, vergüenza.

Es por esto que los familiares que han perdido a alguien por suicidio se vuelven vulnerables a sufrir trastornos mentales y, en situaciones extremas, también a considerar el suicidio como una opción. Para estas personas, los grupos de ayuda mutua suponen espacio seguro para que puedan compartir sus experiencias, gestionar el duelo y evitar que el sufrimiento se profundice.

El suicidio se puede prevenir”, ha concluido Antonio Linares, “pero necesitamos voluntad política, más recursos y, sobre todo, romper con el silencio”.

Andrea Pérez, redactora de la Sección Empresas de Redacción Médica.


Jornada 'Priorizando la Salud Mental: Enfocados en Depresión Mayor y Suicidio'.

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