Redacción. Madrid
Las mujeres representan un porcentaje considerablemente menor que los hombres en el total de los diagnósticos de VIH que se realizan anualmente en España, puesto que suponen el 17 por ciento de los nuevos casos frente al 83 por ciento detectado en varones, según datos del año 2011. Sin embargo, las características y el estilo de vida específicos de la población femenina hacen que este perfil de pacientes requiera un tratamiento antirretroviral que se adapte a determinadas circunstancias, como por ejemplo sus condiciones en cuanto a fertilidad, ya que la mayoría de los nuevos diagnósticos tiene lugar en un momento de plenitud en este sentido, a los 35 años.
Debido a que el preservativo evita la transmisión de la enfermedad pero no es un método anticonceptivo completamente eficaz, muchas mujeres con VIH en tratamiento recurren a la toma de anticonceptivos orales (ACO) como método complementario. De esta manera, previenen el embarazo y además regulan su ciclo menstrual. Sin embargo, los anticonceptivos pueden interaccionar con el tratamiento antirretroviral, con el riesgo de que éste reduzca su eficacia contraceptiva o aumente su toxicidad en el organismo.
El doctor Santiago Moreno, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, señala los avances introducidos por los nuevos antirretrovirales: “los estudios llevados a cabo con los nuevos regímenes antirretrovirales han mostrado la ausencia de interacciones significativas con los ACO más frecuentemente utilizados”, explica el especialista. Además, estas opciones contribuyen a la adecuada planificación del embarazo en las mujeres infectadas por VIH que precisan tratamiento antirretroviral, sin pasar por alto que conviene recibir asesoramiento profesional una vez que la mujer está valorando la idea de tener un hijo.
En definitiva, un paso más hacia la consecución de los retos del tratamiento antirretroviral, entre los que se encuentra la normalización de la vida social y laboral del paciente VIH+. En este sentido, el Dr. Moreno explica que “en el caso de los pacientes infectados que se mantienen en tratamiento durante más tiempo, es fundamental la disponibilidad de tratamientos simplificados y con un buen perfil de tolerabilidad.” Y añade, en este sentido, “mientras que los pacientes tengan que tomar la medicación de por vida, el régimen STRii, se asocia con un mayor éxito del tratamiento y mayor calidad de vida para los pacientes”.