Mari Luz Amador y Juan Manuel Sancho, en la presentación del fármaco de Roche.
El
Ministerio de Sanidad ha aprobado la financiación de una terapia innovadora, como alternativa a la
quimioterapia y al trasplante, para tratar a pacientes adultos con
linfoma folicular en recaída o refractario y que, además, se hayan sometido a, al menos, dos terapias sistémicas previas que hayan fracasado. Se trata de un anticuerpo biespecífico de células T -el primero aprobado para esta indicación- elaborado por
Roche y cuya puesta de largo ha acogido este jueves el Hotel Meliá Serrano de Madrid.
El linfoma folicular (LF) es el
linfoma no Hodgkin (LNH) de tipo indolente más común -uno de cada cinco casos de este cáncer son LF- y el segundo más frecuente de todos los
cánceres hematológicos. En España se diagnostican al año cerca de 2.000 casos de LF, que suele manifestarse, de media, a los 60 años.
Por regla general, el LF se considera “incurable”, según ha destacado
Juan Manuel Sancho, jefe del Servicio de Hematología del
Hospital Universitario Trías i Pujol, en la presentación del fármaco. “Esto significa que los tratamientos convencionales, básicamente la quimioterapia, tienen una eficacia limitada en las personas que lo padecen y estos tendrán una recaída”, ha añadido.
Menos toxicidad contra el cáncer hematológico
Según el Sancho, uno de los efectos de las
continuas recaídas es que su respuesta frente al cáncer sea cada vez más baja. “Los pacientes que recaían más de dos veces apenas tenían opciones terapéuticas, aparte de repetir la quimio. Además, se añade un efecto acumulativo de la
toxicidad que eso conlleva”, ha puntualizado el experto.
Frente a ello, el fármaco de nuevo cuño
Lunsumio (mosunetuzumab) tiene “un mecanismo de acción rápido y novedoso” contra el LF. “Viene a ocupar ese nicho de pacientes que ya han sido tratados dos veces y consigue una respuesta que, hasta ahora, no habíamos visto: redirige los
linfocitos contra la
célula tumoral y la destruye sin afectar a las células sanas, que es lo que hace la quimioterapia”, ha explicado el hematólogo.
Lunsumio ya está aplicando a pacientes en hospitales, fuera de los ensayos clínicos. Según Sancho, “se tolera francamente bien” y “es limitado en el tiempo”. En concreto, se administra cada 21 días hasta un total de ocho dosis. Si, tras la evaluación posterior, el paciente está en
remisión completa, se detiene el tratamiento; si, por el contrario, la respuesta es más lenta, la terapia se alarga hasta un máximo de 17 ciclos.
Esta opción terapéutica, de acuerdo al hematólogo, no sólo viene a sustituir a la quimioterapia, sino también a “desterrar los
trasplantes” como alternativa, dado que se trata de “lo más tóxico que existe”. “Además, en una posible recaída se puede volver a administrar el fármaco”, ha puntualizado Sancho, quien, por último, ha señalado que el objetivo de esta terapia es que el paciente “se incorpore lo antes posible a su vida normal” para “olvidar cuanto antes que está enfermo”. Cabe recordar que la esperanza de vida de una persona con LF supera los 20 años.
Horizonte de innovaciones terapéuticas
La comercialización de Lunsumio ha sido el fruto de un trabajo previo en el que han participado
hospitales españoles, según ha apuntado la directora médica de
Roche,
Mari Luz Amador. “Roche está firmemente comprometida con la investigación y, en España, no perdemos la oportunidad de colaborar con investigadores nacionales”, ha dicho.
Se trata de un trabajo que no se detiene. No en vano, de acuerdo a Amador, Roche “apuesta muy seriamente” por el área terapéutica en
Hematología. “Seguimos investigando con esta molécula -la que ha dado lugar a Lunsumio- en otras líneas de tratamiento más precoces”, ha avanzado la responsable de la compañía farmacéutica.
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