Rainer Krause, CEO de Bayer Hispania.
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Redacción. Madrid
El órgano regulador de Estados Unidos, la Food & Drugs Administration (FDA), ha lanzado la voz de alarma sobre el uso de aspirina. “Después de analizar minuciosamente los datos científicos de estudios importantes, la FDA ha concluido que éstos no sustentan el uso de la aspirina como un medicamento preventivo para quienes no han sufrido un ataque cardiaco, un derrame cerebral o problemas cardiovasculares”, advierte en su página web.
Es más, la FDA advierte de los potenciales efectos secundarios que este producto puede tener para el paciente, tales como el “sangrado peligroso en el cerebro o el estómago”.
De hecho, para su empleo, también en pacientes que hayan tenido episodios cardiovasculares, Robert Temple, subdirector del órgano estadounidense, recomienda consultar con el profesional médico, para que decida una posible dosificación.
En busca de más indicaciones
Bayer lleva años buscando nuevos usos que refuercen su marca más potente, símbolo de la compañía desde que su invención en el siglo XIX. De hecho, la multinacional germana está redoblando sus esfuerzos en el ámbito del cáncer, también en el ámbito de la prevención.
Pero los órganos reguladores están parando los pies de la multinacional germana en su intención de convertir en panacea el medicamento. La propia FDA denegó hace menos de un mes la petición del laboratorio de poder incluir la indicación de prevención de ataque cardiovascular en la ficha técnica de aspirina.
E incluso hay análisis que niegan los beneficios del producto en pacientes en pacientes con alto riesgo cardiovascular. Según un estudio publicado en 2010 por el
Journal of the American Medical Association en 2010, la aspirina no ayuda a prevenir los ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares en personas con un elevado probabilidad de enfermedades del corazón.
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