Marcos Domínguez / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
La llegada de los fármacos biológicos (en su mayoría, anticuerpos monoclonales) ha supuesto una revolución en el tratamiento del cáncer, de eso no cabe duda. Esta revolución ha ido acompañada, sin embargo, de un incremento sin precedentes en el gasto farmacéutico. En este panorama, la racionalización del uso del fármaco se vuelve un instrumento esencial para ajustar el gasto, y la evaluación de los resultados en salud es el pilar en el que se tienen que basar unos acuerdos, entre Administración u hospitales con los laboratorios, que pretendan alcanzar unos objetivos realistas y sostenibles.
Pérez-Santamarina, gerente de La Paz.
“Los costes en Oncología se han disparado en los últimos años por la farmacia”, ha afirmado Rafael Pérez-Santamarina, gerente del Hospital La Paz de Madrid, durante la jornada Innovación en la Gestión de la Política Sanitaria Oncológica de la Comunidad de Madrid, organizada por la Fundación para la Investigación en Salud (Fuinsa) y Roche. En 2013, este centro gastó más de 11 millones de euros en medicamentos antineoplásicos.
Según Santamarina, las fórmulas de riesgo compartido son una de las alternativas para asumir “el coste de la innovación”. Sin embargo, explica que es algo que “todavía no está estructurado”. Se trata de una medida interesante “para los medicamentos que no están financiados todavía”, y en fármacos nuevos con los que los resultados no están del todo ajustados. Así, el coste de un medicamento se establece en una horquilla de precios que dependerá de los resultados medidos en la población real.
Uno de los principales handicaps para establecer un marco para el seguimiento de resultados reales de los fármacos oncológicos es la dificultad en crear bases de datos y compartir información, ha señalado Teresa Bermejo, jefa de Farmacia del Hospital Ramón y Cajal. También resulta complejo establecer unos “criterios de seguimiento estricto de los pacientes”.
En este punto coincide también Carmen Marqués, directora Médica de Roche, que explica que “nos cuesta ver los datos del día a día de los pacientes, que nos falta conocer para tomar decisiones”. Marqués también ha recalcado la necesidad de “focalizarnos en el coste total y en resultados, y no tanto en el coste de los fármacos”, estableciendo “nuevos modelos de precio que dejen de centrarse en volumen para centrarse en el valor”. Por ejemplo, proponiendo un precio diferente según la indicación, “en función del valor proporcionado por el medicamento”.
Cruz Martos explica la necesidad de una evaluar los fármacos en situaciones clínicas reales.
Limitada evidencia científica
La evaluación de resultados en salud es tanto o más necesaria cuando “los nuevos fármacos tienen una limitada evidencia científica”, según Encarnación Cruz Martos, subdirectora de Compras de Farmacia y Productos Sanitarios de la Comunidad de Madrid. En numerosas ocasiones se debe a los mecanismos alternativos que propone la Agencia Europea del Medicamento para acelerar la introducción de nuevos fármacos.
Cruz Martos ha puesto de manifiesto también el hecho de que hay una “variabilidad en la utilización de medicamentos en oncología” y un aumento en los usos que están fuera de indicación, tales como dosis o tiempos de administración diferentes.
Desde mayo de 2013 existe en la comunidad un Plan de Mejora del Uso de Fármacos Oncológicos, con el objetivo de establecer criterios de uso, evaluar novedades terapéuticas y coste-efectividad y mejorar los sistemas de información sobre medicamentos y la difusión a los agentes implicados. Este último punto es esencial ya que, para llegar a hacer posible la evaluación de resultados en salud con datos ‘reales’, “cualquier programa debe tener un sustento importantísimo en herramientas informáticas”.
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