13 ago. 2018 14:00H
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Las altas temperaturas provocan un 35 por ciento de hipoglucemias severas en personas con diabetes tipo 1, el doble de las producidas durante el invierno, ha advertido la farmacéutica Roche en un comunicado, basándose en un estudio de 2014.
Esta caída en los niveles de glucosa aumenta el riesgo de ingreso en Urgencias, asociándose a complicaciones graves, en el caso de diabetes tipo 1, y a un incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares en lo pacientes de diabetes tipo 2.
Según Serafín Murillo, investigador del Ciberdem-Idibaps, “durante el verano las personas con diabetes no pueden bajar la guardia y deben mantener el control de la enfermedad como lo hacen durante el resto del año”.
“Las vacaciones no tienen que ser una excusa para empeorar el control glucémico”, continúa el especialista. “La alimentación es uno de los factores más importantes para mantener unos niveles de glucosa adecuados”.
Seguir una alimentación saludable “es necesario para lograr un buen estado de salud pero, por sí sola, no consigue mejorar el control de los niveles de glucosa en sangre”, advierte Murillo.
Calcular la insulina necesaria
“Mantener la glucemia dentro de los objetivos marcados depende, básicamente, del control de los hidratos de carbono de los alimentos, aplicando las dosis de insulina adecuadas”. Esto se consigue calculando la insulina necesaria para una determinada cantidad de hidratos de carbono.
El investigador del Ciberdem-Idibaps considera que “lomás importante para mantener un buen control de los niveles de glucosa en sangre no es comer un tipo u otro de alimento sino calcular con precisión la cantidad de hidratos de carbono que contiene la porción del alimento que se consume”.
“Tener esta ratio y ponerla en práctica habitualmente permite seguir una alimentación más variada y libre. No será necesario seguir una cantidad establecida de hidratos de de carbono en cada comida sino que se puede adaptar la dosis de insulina a la cantidad de hidratos de carbono de cada plato”.
Sensor continuo de glucosa
El uso de un sensor continuo de glucosa puede ser un gran aliado. Conocer los niveles de glucosa en sangre en cada momento permite un mejor control de los niveles de glucemia y facilita la adaptación a situaciones imprevistas o nuevas.
Uno de los últimos avances en monitorización continua de glucosa es el sensor implantable, como el Roche Diabetes Care, que permite medir el nivel de glucosa de forma continua durante seis meses, doce más que cualquier otro dispositivo en Europa, señala el laboratorio.
Consta de un sensor de glucosa, un transmisor inteligente y una app móvil. Los datos se envían al smartphone del usuario, que permite ver las lecturas en tiempo real. El transmisor se adhiere a la superficie del brazo y se puede extraer en cualquier momento.
El transmisor almacena los valores registrados y proporciona alertas vibratorias que el paciente puede notar en su brazo cuando los niveles de glucosa son demasiado altos o demasiado bajos.
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