Marcos Domínguez. Madrid
Antoni Sicras.
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Los factores asociados al consumo de genéricos, principalmente los cambios de aspecto en el medicamento que puede confundir a los pacientes y por tanto afectar a la adherencia, puede suponer un incremento promedio en el gasto sanitario total del sistema de 200 euros por paciente. Es la conclusión de un estudio llevado a cabo por el Serveis Assistencials de Badalona y presentado durante el seminario ‘Aspectos legales en la prescripción y dispensación de medicamentos de marca y genéricos’, organizado por Pfizer y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS).
El estudio, presentado por Antoni Sicras, jefe de Proyectos e Innovación de la Dirección de Planificación del Serveis, comparaba la evolución de la patología, medida durante un año, dependiendo de un tratamiento de marca o genérico en dos casos: dolor neuropático tratados con gabapentina, por un lado, y ansiedad generalizada, tratados con venlafaxina.
“La adherencia al tratamiento es mejor en marca que en genérico”, ha explicado Sicras. Por ello, a pesar de tener el mismo precio, los costes asociados (“visitas médicas, bajas laborales, medicación concomitante, etc.) aumentan la diferencia de gasto para el sistema en 200 euros, según el estudio.
En cuanto a la efectividad, en el tratamiento con gabapentina, la marca conseguía una reducción del 64,8 por ciento en el dolor neuropático al año de terapia, frente al 52,8 por ciento del genérico. En el caso de la venlafaxina, los resultados en reducción de la ansiedad fueron del 61,9 por ciento (marca) frente al 49 por ciento (genérico).
Sicras reconoce ciertas limitaciones en el estudio, como el desconocer por qué el médico daba un medicamento de marca a un paciente y uno genérico a otro, siendo los grupos de pacientes seleccionados “perfectamente comparables”, así como que solo se hizo en un centro “y por tanto no es extrapolable a todo el SNS”. Además, el grupo que recibió genéricos tuvieron de uno a cuatro distintos.
Eliminar los descuentos de las farmacéuticas a la farmacia
Esta última es una de las razones que Sicras ve esenciales para reducir la adherencia y disminuir la efectividad de los tratamientos (aumentando a su vez los costes sanitarios): la bioapariencia. El cambio en la forma y color entre la marca y los genéricos puede inducir a la confusión en pacientes, sobre todo crónicos polimedicados, y afectar al cumplimiento.
Por ello, el jefe de Proyectos del Serveis Assitencials de Badalona recomienda una “mayor coordinación entre la prescripción y dispensación de genéricos en Primaria, especializada y oficina de farmacia”, la reproducción de la apariencia de los medicamentos por parte de los laboratorios de genéricos, así como el fomento del autocuidado.
Pero, además, sugiere “limitar” las marcas de especialidades farmacéuticas genéricas (EFG) y eliminar los descuentos de las compañías a las farmacias, “que provocan que el mismo paciente pueda recibir el mismo genérico de distintos laboratorios durante su tratamiento”. Además, explica que, “gracias a la historia clínica electrónica”, se puede tener un registro de los EFG consumidos por cada paciente, para que le puedan dispensar el mismo vaya a la oficina de farmacia que vaya.
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