Alfonso Soto, Ana Cebrián, José Luis Górriz y Guido Senatore.
Retrasar el reloj y mejorar el pronóstico de la
enfermedad renal crónica (ERC). Es lo que consigue la nueva terapia de Bayer en aquellos pacientes con
diabetes tipo 2 que pueden desarrollar esta segunda patología. De hecho, la ERC es una gran desconocida para la población, a pesar de que
1 de cada 7 personas presentará algún grado de esta enfermedad y en 15 años se calcula que será la
cuarta causa de muerte en el mundo.
El tratamiento de pacientes con
diabetes tipo 2 y ERC diagnosticada tienen hasta 'tres patas' que abordar. La primera es el control del azúcar; la segunda, la presión arterial; y, en tercer lugar,
la inflamación. "No teníamos armas terapéuticas que disminuyeran la inflamación; no solo hemos conseguido esto, sino que hemos mejorado la progresión de la ERC y
reducido los eventos cardiovasculares", ha explicado José Luis Górriz, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico de Valencia.
Esta nueva esperanza es kerendia (finerenona), un terapia diaria oral de la que podrán
beneficiarse unos 400.000 españoles. Gracias a esta nueva terapia de
Bayer, se podrá lograr la
estabilización de los pacientes con estas dos patologías y frenar la progresión, algo que podrá verse en "uno o dos años".
"No queremos que el paciente
llegue a diálisis, de hecho, es cinco veces más probable que muera antes por
enfermedad cardiovascular. Por eso, tenemos que actuar en fases iniciales", ha sostenido Górriz. "Estamos haciendo historia, antes poníamos parches, pero ahora sí que veo que los pacientes tienen una
gran oportunidad de mejorar el pronóstico", ha añadido.
Diagnóstico precoz de la enfermedad renal crónica
No obstante, uno de los problemas que se encuentran los clínicos es que
no se diagnostica a tiempo la ERC. Un papel fundamental en esta detección lo tienen los médicos de Atención Primaria (AP), puesto que su falta de síntomas hace que
las alarmas no salten a tiempo.
"Tenemos que hacer un esfuerzo de
formación entre los profesionales sanitarios y también los apcientes, para que sean ellos mismos los que pidan los análisis", ha indicado Ana Cebrián, médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el centro de salud Cartagena Casco de Murcia.
Concretamente, la ERC se puede detectar con un
análisis de sangre y con otro de orina. En palabras de Cebrían, es esencial que los médicos de Primaria
"piensen" en esta patología, la diagnostiquen y apliquen tratamientos como finerenona. "Los pacientes que no están diagnosticados de
diabetes y ERC pueden vivir entre 12 y 16 años menos. Por lo tanto, diagnosticar y tratar puede hacer que
retrocedamos en el pronóstico de la ERC, pocas veces podemos dar buenas noticias así", ha especificado.
Por su parte, Alfonso Soto, médico adjunto en el servicio de Endocrinología del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña, ha relatado la "impotencia" que sentía cuando
controlaba el azúcar y la presión arterial en un paciente con diabetes, pero "se moría por un evento cardiovascular": "Ahora este fármaco puede disminuir la mortalidad, nosotros junto a AP trabajamos en las trincheras para
evitar que el paciente llegue a Nefrología".
Los tres expertos han coincidido en la necesidad de cuidar a los pacientes diabéticos
de forma multidisciplinar, con la conexión de estas tres especialidades, y aumentar su esperanza de vida.
Por último, Guido Senatore, director médico de
Bayer en España, ha resaltado el compromiso de la compañía con hacer frente a las
necesidades no cubiertas de los pacientes renales, en especial aquellos que conviven con diabetes. De hecho, están estudiando usar esta terapias en pacientes con ERC pero
sin diabetes y en combinaciones con otros fármacos.
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