Marcos Domínguez / Imagen: M. Á. Escobar y P. Eguizábal.
Javier Anitúa es director general de Mylan en España desde hace algo más de un año, tiempo más que suficiente para haber afrontado dos de las mayores preocupaciones del sector de los medicamentos genéricos: los precios de referencia y las subastas andaluzas. Aunque avisa de los peligros de estas dos medidas –la retirada de medicamentos por su baja rentabilidad, por un lado, y la creación de monopolios, por otro–, Anitúa confía en el sector genérico español, y por eso Mylan prevé sacar EFG de cada medicamento de marca cuya patente expire. Además, seguirá profundizando en el área de fármacos complejos y de uso hospitalario, entre cuyas novedades se encuentra la próxima entrada de la farmacéutica estadounidense en el mercado de los biosimilares.
¿Cuánto tiempo lleva Mylan operando en nuestro país?
Somos la segunda empresa mundial de genéricos en capacidad de producción, tenemos presencia en 140 países. En España entramos en 2007, al igual que en el resto de Europa, una vez la empresa se consolidó en EEUU. Ese año, Mylan decide expandirse a otros continentes y lo hace a través de la compra de la división de genéricos de Merck. Somos un equipo de 200 profesionales y tenemos uno de los portafolios más amplios del mercado, con más de 300 presentaciones. En los próximos meses vamos a intentar lanzar genéricos de todos los medicamentos originales cuya patente expire. Hemos lanzado telmisartán hidroclorotiazida; vamos a hacerlo con otros que aporten innovación.
De cada producto que finalice la patente, quieren sacar genérico.
Esa es nuestra intención. Queremos estar ahí desde el primer momento, si es posible. Para Mylan es muy importante desarrollar otras áreas de negocio y otros vectores de crecimiento relevantes, como los inyectables, los antirretrovirales, donde somos líderes mundiales: en los países en vías de desarrollo, uno de cada dos pacientes son tratados con productos de Mylan. Áreas muy relevantes también van a ser la respiratoria y la de biosimilares, es decir, de productos más difíciles de fabricar pero que son el futuro de los medicamentos genéricos.
El director general de Mylan señala cómo se ha conseguido explicar las particularidades del modelo farmacéutico español en su sede estadounidense.
¿Cómo se enfrenta una multinacional como Mylan a un mercado de genéricos como el español?
Quizá lo más específico de nuestro país es que la sanidad ha sido delegada a las comunidades autónomas. No siempre está claro que el mercado sea uniforme, comercialmente hablando, y eso hace la gestión más compleja.
En el último congreso de Sefac, ustedes presentaron el Manifiesto Mylan para apoyar el modelo actual de farmacia. ¿Tienen que diferenciarse las empresas de genéricos a través de estas acciones de valor añadido cuando, en principio, es difícil hacerlo a través de productos?
El Manifiesto Mylan es una iniciativa en defensa de la supervivencia en un modelo de farmacia en el que creemos como ciudadanos españoles y pacientes del SNS. Creemos que aporta un valor añadido sustancial al paciente, además de ser la piedra angular en la que se apoyará una necesidad asistencial acuciante que va a crecer en nuestra sociedad. Es un hecho constatable, y este debate lo he visto en muchos otros países –Francia, Portugal, Italia, etc.–, que el 80 por ciento de los ingresos de la oficina de farmacia procede de la dispensación de medicamentos. Y estos están abocados a una revisión constante de sus precios, por lo que bajan los ingresos procedentes de estos: de 2010 a 2013 han bajado un 25 por ciento. ¿Qué negocio puede sobrevivir si el 80 por ciento de sus ingresos están en una caída constante y los gastos no paran de crecer? Si no se exploran otras fuentes de ingresos, sabemos a lo que está abocado el modelo de farmacia. Además, con una sociedad con cada vez más pacientes crónicos, ¿quién va a atenderles? Nosotros creemos que la capilaridad de la farmacia española puede ser la solución del problema asistencial. Pero hay que hacerlas viables. Estos servicios son una nueva fuente de ingresos para la farmacia y dan un valor añadido al paciente y a la sociedad.
Javier Anitúa, durante la entrevista.
Este modelo de farmacia es bastante diferente del de Estados Unidos, de donde proviene Mylan. Recientemente, en unas conversaciones sobre libre comercio entre dicho país y la Unión Europea, se ha puesto sobre la mesa la posible liberalización de este modelo. ¿Es difícil explicar sus peculiaridades a la sede de Estados Unidos?
Nosotros tenemos pactos de distribución con mayoristas a quienes les interesa una liberalización. En ese modelo anglosajón sabemos competir, pero en Mylan España entendimos que lo mejor para nosotros es lo mejor para la farmacia española, y también para el paciente. Por eso, hemos convencido inmediatamente a la central, ya que la estrategia de Mylan consiste en estar cercana al modelo en que se desarrolla nuestro cliente. Nuestra central entendió inmediatamente esto y nos apoyó. No solo nos apoya sino que ha puesto recursos y dedicación en defenderlo.
¿Cómo ve el mercado de genéricos español, tiene potencial de crecimiento? ¿Llegará al nivel de otros países en Europa?
Estamos por debajo del 40 por ciento de penetración, cuando en el resto de Europa están en el 55, y en los países más avanzados esta cifra es superior. Si queremos reducir la factura farmacéutica de este país tenemos que abogar por ello. Tenemos que educar más y mejor a los pacientes y a la sociedad para que entiendan que un genérico pasa por los mismos procesos de calidad que un original, existe la exigencia de bioequivalencia, etc. Hay otras medidas que pueden ayudar. Por ejemplo, en Francia, el año pasado se puso en marcha un modelo para incentivar a los médicos a prescribir, a los farmacéuticos a dispensar, y a los pacientes a optar por el genérico gracias a un reembolso inmediato frente a uno diferido con el originador. Solo con esa iniciativa han ahorrado 2.500 millones de euros. Otro ejemplo: en Portugal hay diferencias en la implantación del copago dependiendo del medicamento. Hay modos de establecer ese estímulo que va a ayudar a que la factura del medicamento descienda. Un hecho que no ayuda a la difusión del genérico es que no existe una diferencia de precio con el originador en nuestro país, cosa que en la mayoría de los europeos sí existe. Si no se potencia la penetración del genérico y hay revisiones de precio a la baja sobre medicamentos consolidados, puede servir de arma disuasoria para lanzar nuevos genéricos al mercado, y la sociedad no se va a poder beneficiar de que el precio se reduzca un 40 por ciento tras la salida del primer EFG al mercado.
Anitúa advierte del peligro de no apoyar al genérico para la sostenibilidad del SNS.
¿Cómo afectan a Mylan los nuevos precios de referencia?
Sin duda nos van a impactar, de la misma forma que ya lo hicieron en las anteriores revisiones. Desde Aeseg intentamos defender el umbral mínimo de precios, porque tras bajadas continuas de precios, el coste de fabricación supera el ingreso que puede generar el medicamento concreto. Se ha establecido por debajo de lo que entendíamos que podía mantener la viabilidad de los productos, con lo cual existe el riesgo de que se derive a otros más costosos para el sistema.
¿Hay productos que verían peligrar su rentabilidad y se estaría pensando en retirarlos del mercado?
Cuando veamos la publicación definitiva me podré pronunciar sobre ello, pero sin duda hay medicamentos con serias dificultades para ser comercializados por tener unos precios difíciles de sostener.
Al hablar de genéricos, pensamos en la oficina de farmacia, pero Mylan también tiene una fuerte presencia en el hospital. ¿Es un nicho pendiente de explotar?
Recientemente, Mylan compró Agila para desarrollar el negocio de inyectables, una de nuestras futuras vías de crecimiento. Inyectables y antirretrovirales –donde tenemos una fuerte presencia– nos pueden ayudar a consolidar un liderazgo europeo en el ámbito hospitalario.
Un momento de la entrevista con el director general de Mylan.
Su laboratorio ha anunciado la intención de entrar en el negocio de los biosimilares. ¿Es el futuro para las multinacionales de genéricos, ya que las compañías pequeñas no tienen esa capacidad, tanto económica como tecnológica, para dar este paso?
Los biológicos son el futuro de los medicamentos, y hay que encontrar una solución para su accesibilidad. O se hacen accesibles, o no van a llegar a los pacientes. Es nuestra obligación intentar desarrollarlos, y así crear un entorno competitivo. Los biosimilares pueden y deben hacer accesibles los medicamentos biológicos. También va a ser necesario que entren en la competencia más laboratorios, porque si no, no va a haber un estímulo.
¿Cómo ve el panorama europeo de los biosimilares? ¿Por qué ocupa actualmente tan poca cuota de mercado?
Es cierto que ha sido así. La fase de desarrollo de medicamentos es más costosa y dificultosa, y es necesario que empiecen a irrumpir laboratorios capaces de asumir estos costes y de obtener una recompensa a ese esfuerzo. El marco regulatorio ya está definido, nosotros tenemos la voluntad de entrar en esta área en breve, y cuanto más competencia llegue, más va a favorecer la penetración del biosimilar. En el Reino Unido rápidamente adoptaron el filgrastim biosimilar como tratamiento de primera línea. En nuestro país, la idea es que a partir de 2017 empecemos a lanzar productos de este tipo.
Anitúa considera las subastas como perjudiciales a medio y largo plazo.
Una previsión para Mylan, en particular, y para el mercado de genéricos, en general.
Hay una tendencia continuista pero con muchas incertidumbres, en el sector en general. La delegación de competencias en las autonomías nos ha llevado a situaciones en que el mercado no es claramente uniforme. No sé qué va a suceder en entornos como el de Andalucía, donde hay un modelo de subastas desde 2012 que pone en peligro el modelo de farmacia que queremos defender, y que es modelo del futuro de la sostenibilidad en España. No sé qué decidirá el Tribunal Constitucional finalmente, la sentencia está pendiente desde la primera subasta. Nos gustaría conocer su opinión este mismo año, ya que sobre el euro por receta sí se ha pronunciado, cuando este recurso se puso en la misma época que aquel. Estamos hablando, además, de un área geográfica muy relevante para España, más de un 20 por ciento del mercado de genéricos. Mientras, la comunidad autónoma sigue proponiendo subastas. Además, las dificultades financieras en algunas regiones hacen que desafíen a la industria y a los propios farmacéuticos. Desde el punto de vista de los precios, el Real Decreto aprobado nos va a impactar. Pero, por otro lado, creemos que se puede hacer mucho por alcanzar los niveles europeos en penetración del mercado de genéricos.
Un modelo de subastas, cuando se desarrolla en el tiempo, acaba siendo un modelo monopolístico que hace que suban los precios a medio y largo plazo. Es lo que ha ocurrido en Alemania con subastas como las que se están llevando a cabo en Andalucía.
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