Rafael Martos, del servicio de Hematología del Hospital General de Collado Villalba de Madrid.
31 mar. 2017 16:40H
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El médico Rafael Martos, del servicio de Hematología del Hospital General de Villalba de Madrid, destaca la estrecha relación que tienen con los pacientes desde esta especialidad gracias al contacto directo y online existente entre profesional y paciente. “Les facilitamos una dirección de correo donde pueden contactar directamente con nosotros y consultar dudas”, comenta Martos.
Se refiere especialmente a pacientes oncohematológicos, es decir, pacientes con leucemias linfáticas crónicas o leucemias en mayores de 25 años, pues en este hospital no tratan la oncohematología pediátrica. “No tenemos los recursos suficientes para seguir esos tratamientos tan específicos”, lamenta.
Pese a que solo llevan dos años y medio en funcionamiento –el hospital se inauguró en octubre de 2014–, Martos reconoce también que son muchas otros casos los que se abordan desde Hematología de Villalba. “Hacemos toda la gestión de laboratorio como el banco de sangre, con la recogida de donantes tanto de sangre como de cordón umbilical; tenemos una unidad de técnicas especiales para la biopsia de médula ósea o la técnica de PRP (Plasma Rico en Plaquetas), consistente en infiltrar al paciente su propio plasma en lesiones de tendones o articulaciones", detalla.
Martos hace especial hincapié en la consulta específica de Hematología Pediátrica, un acuerdo que tienen con la Unidad Pediátrica del Hospital. “Los pediatras nos derivan a los niños con cualquier trastorno de hematología como anemias o alteraciones en la coagulación y les tratamos directamente nosotros”, explica.
El hematólogo es consciente de que aún queda mucho por hacer y entre sus objetivos está el de ampliar el servicio para poder llegar a un mayor número de población. “Queremos un servicio de hematología más grande”, insiste.
Ejemplo de ello son algunos de los ensayos clínicos en los que están trabajando, como la investigación en el tratamiento para linfoma folicular de bajo grado, conocido como linfoma indolente que no suelen tratarse hasta que empeoran. “Estamos indagando en fármacos creados genéticamente para saber si tiene la misma utilidad que los fármacos habituales en estos linfomas no agresivo”, explica.
El gran acierto del programa de telecontrol con los pacientes
Aunque se trata de una iniciativa que ya tiene un recorrido por otros hospitales madrileños –como la Fundación Jiménez Díaz o el Hospital Universitario Rey Juan Carlos–, Martos destaca que, además de las consultas diarias, el programa de telecontrol ha tenido una gran acogida por parte de los usuarios. “Nosotros formamos a los pacientes para que puedan hacerse los controles de coagulación en su propio domicilio”, explica el profesional.
Son pacientes tratados con fármacos anticoagulantes orales como el Sintrom o la heparina que, tras facilitarles todo lo necesario para estos controles, los especialistas les pautan las dosis necesarias a cada uno de ellos de manera individual a través del Portal del Paciente. “Están muy agradecidos de poder hacerlo desde casa y no tener que desplazarse al centro de salud o el hospital”, asegura el médico.
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