Javier de la Rubia, hematólogo del Doctor Peset.
24 ene. 2018 17:20H
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En España se realizaron, en el año 2016, más de 900 trasplantes autólogos a pacientes con mieloma, según datos de la ONT. “La cifra más alta de los últimos 20 años”, ha apuntado Javier de la Rubia, hematólogo del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia.
“Estos datos confirman que el mieloma es la enfermedad que más se trasplanta en España”, ha sostenido en el marco de la jornada ‘Poniéndole cara al mieloma’, organizada por la Comunidad Española de Pacientes con Mieloma Múltiple (Cemmp) con la colaboración de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y Celgene.
Para esta enfermedad el reto se sitúa en “la potenciación del trasplante autólogo ambulatorio, es decir, efectuado sin necesidad de ingreso hospitalario, ya que esta opción mejora notablemente la percepción que el paciente tiene del procedimiento y su aceptación”.
De la Rubia subraya que en los últimos años “se ha aumentado el número de esquemas con fármacos con mecanismos de acción complementarios y novedosos que han incrementado las opciones terapéuticas para los pacientes”.
En la línea de nuevas técnicas de monitorización, María José Cejalvo, del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Doctor Peset, destaca además las técnicas “de laboratorio, mediante el uso de la citometría de flujo y técnicas de imagen, principalmente el PET-TAC”.
El perfil del paciente de mieloma múltiple es de una persona de más de 70 años que suele acudir al médico por aparición de dolores óseos, “secundarios a la afectación esquelética característica de esta enfermedad, o por aumento del cansancio a consecuencia de la anemia asociada al mieloma”, apunta De la Rubia.
Mieloma múltiple quiescente
Durante la jornada también se ha hablado del mieloma múltiple quiescente, que se caracteriza por la ausencia de síntomas y signos relacionados con la enfermedad en el momento del diagnóstico. Anabel Teruel, del Servicio de Hematología y Oncología Médica del Clínico Universitario de Valencia, ha destacado que “su diagnóstico suele ser casual en el contexto de un estudio analítico por otro motivo”. El 14 por ciento de pacientes con mieloma múltiple se clasifican como quiescente.
El número de pacientes diagnosticados en fases muy tempranas de la enfermedad está aumentando gracias a técnicas diagnósticas más sensibles, lo que permite la administración de tratamiento más temprano y una mejora considerable del pronóstico de la enfermedad.
El principal tratamiento para el mieloma múltiple quiescente sigue siendo la abstención terapéutica y la observación, y que “dado el mayor conocimiento biológico y clínico de la enfermedad, se recomienda realizar una estratificación de riesgo en el momento del diagnóstico”.
Además, en los últimos años “ha habido avances significativos en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de los pacientes con mieloma múltiple quiescente, lo que ha propiciado que alrededor del 80 por ciento de estos progresen a mieloma múltiple sintomático a los dos años del diagnóstico”.
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