Álvaro Urbano, director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología.
La
detección de neoplasias malignas secundarias en CAR-T por parte de la
Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha hecho saltar las alarmas sobre el planteamiento y preparación de estas terapias avanzadas que más beneficios están generando hasta la fecha. Si bien es cierto que la preparación de estas CAR-T puede
inducir a medio-largo plazo una neoplasia secundaria, desde el
Hospital Clínic de Barcelona indican que es algo
"muy esporádico" y a lo que se suman otros factores que pueden provocar la aparición de estas neoplasias.
España cuenta hasta ahora con
cuatro CAR-T comercializadas en el territorio de un total de seis que han sido autorizadas por la Unión Europa y que están indicadas para ciertas neoplasias hematológicas.
La agencia reguladora ha emitido un comunicado avisando de que, desde finales de 2023, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (
PRAC) ha llegado a evaluar
38 casos de neoplasias malignas secundarias, en su mayoría linfoma o leucemia de células T. Estos casos han sido notificados entre 42.500 pacientes que han recibido alguna de estas terapias.
Álvaro Urbano, director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología, señala a este diario que, de los miles de
pacientes que se han administrado CAR-T, esta segunda neoplasia
causada directamente por la manipulación genética es muy inferior al 1 por ciento y que el beneficio que da en estos pacientes con enfermedades críticas con muy poca esperanza de vida, es "muy superior a estos casos tan esporádicos" inferiores al 1 por ciento.
"La causa es que la manipulación genética
afecta a genes que tienen un potencial de cambiar el ritmo de proliferación y de división de la célula, y eso puede provocar un incontrolable ritmo de crecimiento. Pero dicho eso, también es cierto que este tipo de pacientes
han recibido muchas quimioterapias que ya inducen cambios en los genes y que pueden dar lugar a segundas neoplasias. En este tipo de pacientes, las segundas neoplasias, por desgracia, no son infrecuentes porque han recibido medicamentos que directamente alteran también estos genes", remarca.
Causas a la aparición de neoplasias secundarias
El hematólogo señala que estos pacientes tienen su
sistema inmunológico "muy disminuido y muy deprimido", porque han recibido tratamientos y medicamentos "que bajan mucho su sistema defensivo" y también por este motivo tienen una "alta incidencia" de segundas neoplasias.
Además, los pacientes con
neoplasias linfoides B, que son "la inmensa mayoría de los pacientes que reciben un CAR-T", tienen una
incidencia natural "cinco veces superior" de tener un linfoma de tipo T. "Es decir, después de la
administración de un CAR-T, es fácil que una segunda neoplasia pueda causarse debido a la evolución natural de este paciente por la terapia que ha recibido, por la depresión o porque al ya desarrollar una neoplasia linfoide B tiene una probabilidad muy superior de tener una neoplasia linfoide T", explica.
"La mayoría de pacientes con neoplasias linfoides B tienen una incidencia natural cinco veces superior de tener un linfoma de tipo T"
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Por ello concreta que, de todas estas neoplasias que aparecen después de la administración de la CAR-T,
"habrá que estudiar con mucho cuidado si son debidas a la manipulación genética para la preparación de la CAR-T" o son, simplemente, porque son pacientes que, además, "viven más años por el propio CAR-T" y, por tanto, tienen más riesgo de desarrollar una segunda neoplasia: "Esto nos obliga a los médicos a que cada vez que veamos una segunda neoplasia, analicemos cuidadosamente si esto es por el CAR-T
o es una segunda neoplasia que podría haber ocurrido reciba o no reciba la CAR-T".
Concretamente,
en el Hospital Clínic han preparado CAR-T para 389 pacientes y el propio Urbano reconoce que, como la probabilidad es inferior al 1 por ciento, simplemente por probabilidad no han tenido estos casos de segundas neoplasias. "Sin embargo, cabe esta posibilidad y claramente estos avisos que se han dado nos obligan a que, en cada paciente que tiene una recaída de su enfermedad después del CAR-T o aparece una potencial segunda neoplasia, descartemos que no sea el origen por el propio CAR-T, aunque por el momento no hemos detectado ninguno", aclara.
Seguimiento exhaustivo a las CAR-T
Urbano señala que es difícil tratar de evitar que, desde los hospitales que administran CAR-T que ya vienen preparadas, vaya a más, más allá de estar "muy atentos" a las recaídas de la enfermedad. Pero en cuanto a la preparación de la CAR-T,
hay métodos que pueden ser "menos proclives a desarrollar una neoplasia": "Se están analizando otras formas de integrar material genético en la maquinaria genética del linfocito T que puedan ser más seguras".
Aunque, por el momento, la que están empleando ahora es "de las más seguras" y la prueba es que
menos del 1 por ciento de los pacientes desarrollan este tipo de problemas, y esto
puede deberse a la quimioterapia, la hipopresión, la neoplasia linfoidea que tenía... "Es decir, que por la manipulación genética en sí, muy probablemente sea incluso inferior. Estos hallazgos, más que alarmar, están bien para estar atentos e
intentar buscar un método incluso más seguro. Pero esta baja incidencia habla de lo relativamente seguro que es este procedimiento y de la cantidad de vidas que está salvando, que claramente hace que el riesgo-beneficio sea muy a favor de continuar con ello", concluye.
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