Se analiza esta variable en la secreción inadecuada de la hormona antidiurética



11 jul. 2013 17:06H
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Redacción. Madrid
En los últimos años han aparecido diversos estudios epidemiológicos que asocian la hiponatremia (disminución de las cifras de sodio en sangre por debajo de las recomendadas (Na<135 mmol/L)), con un aumento de la mortalidad y de la morbilidad, ante todo en la población anciana.

De hecho, un diagnóstico tardío y erróneo  se asocia no sólo a un mayor riesgo de muerte, sino también al riesgo de sufrir caídas y fracturas, según los expertos. Ante la necesidad de mejorar y acelerar la detección de esta enfermedad, se ha llevado a cabo una investigación monográfica de casos clínicos, enfocada al tratamiento de la hiponatremia secundaria a la secreción inadecuada de la hormona antidiurética (Siadh), en el que se evalúan los principales avances en su manejo.

La molécula de socio baja su nivel en sangre
de forma secundaria a la siadh.

Según Esteban Poch, coordinador del manual, “el mayor hito en este ámbito ha sido la introducción de los vaptanes, una nueva familia de fármacos, los antagonistas del receptor V2 de la hormona antidiurética,  que, por tanto, actúan de forma específica sobre la fisiopatología del siadh”. A su juicio, “se trata de una novedad muy importante, ya que, hasta el momento, para el tratamiento de este trastorno sólo se disponía de la restricción hídrica, la administración de solutos y de algunos fármacos cuya acción no se dirige de forma específica al mecanismo de hiponatremia en este síndrome”.

El único fármaco de estas características disponible en España es Tolvaptan (Samsca), que actúa sobre el mecanismo que produce la retención anómala de agua garantizando una adecuada corrección de este trastorno en casi todos los pacientes. “Este tratamiento está indicado en los casos de hiponatremia asociados al Siadh y ha demostrado su eficacia y seguridad en la corrección de cifras de sodio sérico”, ha explicado Poch.

La disponibilidad de este fármaco ha provocado un aumento del interés y la concienciación de los médicos sobre este trastorno, su detección y, ante todo, el diagnóstico diferencial y la clasificación del tipo de hiponatremia. “Es necesario concienciar más al especialista sobre la importancia del diagnóstico y tratamiento de la hiponatremia, que brinda un beneficio potencial al propio paciente, como es la mejora el pronóstico de la enfermedad subyacente”, ha declarado Poch”. De hecho, según reconoció este experto, “tradicionalmente no se le ha dado la importancia que merece a este trastorno desde ninguna de las especialidades médicas que maneja este trastorno: internistas, endocrinólogos, nefrólogos o cirujanos, principalmente”.

Ante este panorama, el principal reto en el manejo de la hiponatremia es la mejora de la detección, tanto en hospitales como en centros asistenciales de crónicos, donde su prevalencia es muy alta. De hecho, representa el problema hidroelectrolítico más importante que se detecta en los hospitales y puede llegar a afectar hasta el 30 por ciento de los pacientes ingresados. “La hiponatremia incluso aparece o se agrava en pacientes ingresados y muchas veces son dados de alta sin haberse corregido el trastorno. Hace falta una mayor concienciación, así como una apuesta por evaluar si la corrección de la hiponatremia redunda en una mayor supervivencia, una menor morbilidad y una mejor calidad de vida de los pacientes”, añadió.

Algoritmo de la hiponatremia

Precisamente para mejorar el conocimiento de esta enfermedad surgió recientemente el llamado Algoritmo de la Hiponatremia,el primer protocolo de diagnóstico y tratamiento sobre hiponatremia que se realiza en Europa con la colaboración de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y de la compañía farmacéutica Otsuka. Su creación permite a los expertos disponer de una herramienta que permitirá, por un lado, establecer una sistemática de actuación adecuada y común para todos los profesionales sanitarios y, por otro, definir las medidas de intervención para conseguir el control temprano del paciente, evitando así la aparición de posibles complicaciones.

El algoritmo, en un primer momento, establece los criterios diagnósticos de la hiponatremia asociada al síndrome de la secreción inadecuada de la hormona antidiurética (Siadh), principal causa de este trastorno. Tras confirmar el diagnóstico determina dos formas de actuar en función de si se trata de una hiponatremia aguda o no aguda, ya que el abordaje terapéutico es distinto. En la hiponatremia aguda, la más grave porque puede derivar en un edema cerebral, el objetivo del tratamiento se basa en instaurar el tratamiento de forma inmediata para que de forma rápida se logren controlar las cifras de hiponatremia y así para prevenir los posibles daños. En la hiponatremia crónica, el objetivo es corregir y controlar los niveles de sodio de manera segura ya que se ha visto que las personas con niveles de sodio por debajo de 135mmol/L tienen mayor riesgo de padecer fracturas o caídas, incluso se ha visto que puede afectar a la capacidad cognitiva de los pacientes. De este modo, estos pacientes ven un empeoramiento de su calidad de vida y podría afectar negativamente en la morbi-mortalidad de estos pacientes.

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