Redacción. Pamplona
La presidenta de la Asociación de Economía de la Salud (AES), Marta Trapero-Bertran, ha instado este miércoles al Sistema Nacional de Salud (SNS) a tomar decisiones basadas en la evaluación de las políticas sanitarias, algo que en la práctica no sucede pese al “significativo aumento del número de evaluaciones en la última década”.
Así lo ha manifestado en la inauguración de las XXXIV Jornadas de Economía de la Salud, que se celebran hasta el viernes 30 de mayo en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), en la que han intervenido, además, la directora general de Salud de la Comunidad Foral, Cristina Ibarrola; el vicerrector de Investigación, Alfonso Carlosena; así como los presidentes de los Comité Científico y Organizador de las Jornadas de AES, Toni Mora y Eduardo Sánchez Iriso.
De izq. a dcha.: la directora general de Salud de la Comunidad Foral de Navarra, Cristina Ibarrola; el presidente del Comité Científico de las XXXIV Jornadas de la AES, Toni Mora; el presidente del Comité Organizador, Eduardo Sánchez; la presidenta de la AES, Marta Trapero-Bertran; y el vicerrector de investigación de la UPNA, Alfonso Carlosena.
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Trapero-Bertran ha lamentado que “en la práctica” las evaluaciones en el campo sanitario no se acaban empleando para informar las decisiones que se toman en el SNS, una idea que AES promueve de forma continua en España como muestra el lema de las XXXIV Jornadas:
Decisiones basadas en la evaluación: ¿Fábula o Desideratum?
En su discurso inaugural, la presidenta de AES ha destacado el carácter internacional de unas jornadas en las que participarán alrededor de 400 especialistas de 22 nacionalidades para debatir y analizar todos aquellos aspectos que puedan contribuir “a la mejora de la salud y los servicios sanitarios para el conjunto de la población”.
Trapero-Bertran ha señalado la importancia de la evaluación en el ámbito sanitario a la hora de diagnosticar las carencias y retos a los que se enfrenta el Sistema Nacional de Salud, con el objetivo de optimizar y maximizar sus recursos. En este sentido, ha subrayado el valor de unas jornadas en las que se debatirán todos los temas de la agenda actual a los que deben responder quienes toman las decisiones.
Por su parte, el presidente del comité científico de las XXXIV Jornadas de Economía y Salud de AES, Toni Mora, ha incidido en la necesidad de evaluar las políticas sanitarias de las Administraciones públicas “de forma sistematizada, y no únicamente en tiempos de crisis”.
“A nadie le gusta que le evalúen, pero todos somos conscientes de que cualquier política debe ser evaluada”, ha añadido Mora, satisfecho por un programa científico que, a su juicio, aborda la mayoría de los “temas candentes” a los que deben hacer frente los sistemas sanitarios y sus responsables.
Por último, ha señalado que estas Jornadas se están convirtiendo en “cada vez más internacionales”, lo cual es“una señal de la calidad de los trabajos”, en su opinión.
El presidente del Comité Organizador de las XXXIV Jornadas, Eduardo Sánchez Iriso, ha presentado las novedades de esta cita, como la disponibilidad digital del programa científico, el acceso WIFI para todos los ponentes y sobre todo la I CarrerAES solidaria, en la que han participado 500 personas y se han recaudado 2.140 euros para el Grupo de Enfermedades Raras y Poco Frecuentes (Gerna).
Economía de la salud y del comportamiento
En la Sesión Plenaria inaugural, el catedrático de la Universidad de Toronto, Philip Oreopoulos, ha analizado algunos progresos y posibilidades de la Economía del Comportamiento y de la Salud. En concreto, ha explicado algunas herramientas clave para mejorar los estados de salud cambiando el comportamiento a largo plazo de los individuos.
Así, ha puesto ejemplos de estudios y experimentos que obtuvieron resultados positivos al modificar hábitos de las personas para que ellas mismas tomaran decisiones que benefician a su salud, y a la larga, su mejor estado de salud beneficia económicamente al sistema.
Como ejemplo, se ha referido a un cambio organizativo en un comedor universitario de Estados Unidos, que modificó la ubicación del
selfservice para ubicar la zona de las ensaladas en el centro del comedor, en lugar de en un lateral: el estudio demostró un aumentó en el consumo de ensaladas.
En la misma línea, una reducción de la accesibilidad a la nevera de los helados también redujo su consumo. Ambos cambios de comportamiento serían, de esta manera, una fórmula efectiva para luchar contra la pandemia de obesidad en los países más desarrollados.
También se han probado los incentivos, no económicos e incluso económicos, para que la población haga más ejercicio físico. En este sentido, Oreopoulos ha destacado un estudio de la Universidad de Chicago, que pagaba a los estudiantes por ir al gimnasio. El estudio demostró que la tasa de utilización del gimnasio universitario se veía incrementada, incluso cuando se retiraron los incentivos económicos para los estudiantes.
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