Daniel Prieto-Alhambra. |
“Este hallazgo es sorprendente y abre un nuevo paradigma que podría condicionar la indicación del tipo de intervención. Ahora hay que llevar a cabo nuevos estudios y ensayos clínicos que confirmen la causalidad de este efecto y que definan todos los aspectos que inciden en esta diferente mortalidad”, ha explicado Prieto-Alhambra.
En la actualidad, la intervención más habitual ante un paciente con artrosis de cadera es el reemplazo total de la cadera, mientras que es menos habitual la prótesis resurfacing, que consta de dos superficies de metal y donde sólo se reemplaza la superficie del acetábulo (cavidad del hueso) y la superficie de la cabeza del fémur, dejando intacto el cuello del fémur. Las prótesis resurfacing han sido motivo de controversia en los últimos años, dado que se han asociado con un mayor riesgo de recambio protésico y con la aparición de los llamados “pseudotumores” , que se atribuyen a una reacción inflamatoria secundaria al desprendimiento de iones de Cobalto, Níquel y otros metales por el roce de dos superficies metálicas.“Los resultados de este estudio son sorprendentes y presentan una posible ventaja de estas prótesis respecto a las prótesis totales de cadera. Futuros estudios deberán establecer cuáles son los candidatos ideales para resurfacing, teniendo en cuenta el beneficio-riesgo de ambas intervenciones” concluyó Prieto-Alhambra.