Javier Barbado. Madrid
La evaluación de los resultados de salud y de actividad de los profesionales aporta la clave para que el Sistema Nacional de Salud (SNS) remonte la crisis económica y se consolide de aquí a los próximos años, de acuerdo con las opiniones recogidas por Redacción Médica de algunos especialistas que han intervenido en las 24ª Jornadas de Supervisión de Enfermería-Enfermeras Gestoras celebrada en Alicante y organizada, como cada año, por la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), en concreto del exconsejero de Sanidad de Castilla-La Mancha Fernando Lamata y del secretario general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), Juan Abarca.
Fernando Lamata. |
Ambos sostienen, por lo demás, pareceres divergentes respecto a cuestiones fundamentales para encarar cambios en la sanidad pública que la sostengan a medio y largo plazo. Preguntados por los modelos de gestión innovadores (como el de concesión administrativa o fórmula Alzira), Abarca no duda de que “numerosos estudios” prueban su mayor eficiencia y, en todo caso, se apresura a señalar que “cualquier modelo empresarial se revela más eficiente” como lo demuestra, a su juicio, que en las últimas décadas la máxima contenida en la Ley General de Sanidad de 1986 de que la provisión de servicios sea en su mayoría pública, haya sido después desoída en buena parte de los servicios regionales de salud “por la sencilla razón de que la eficiencia resulta incompatible con el modelo funcionarial”.
Sin embargo, Lamata asevera que “en ningún lugar del mundo se ha probado” que las nuevas fórmulas de gestión sean más eficientes que otras, y, por esa razón, se muestra contrario a que proliferen en muchas comunidades autónomas ya que, a su parecer, no debería cambiarse la manera de gestionar los centros de una forma tan radical porque, al fin y al cabo, el modus operandi del SNS ha cosechado buenos resultados en salud según los últimos datos. Y cita, en concreto, información de 2010 según la cual España se sitúa entre los cinco mejores países de mundo en resultados de salud con un coste global muy moderado (según precisa, el Eurostat de 2011 lo fijó en el 6,3 por ciento del producto interior bruto –PIB–, un punto por debajo de la media de la Unión Europea).
Juan Abarca Cidón. |
Para Abarca esto último no justifica en modo alguno que no sea preciso cambiar la filosofía de trabajo de las organizaciones sanitarias, y atribuye el bajo coste del SNS a la excelente formación de los profesionales y su bajo coste para las arcas públicas. En cuanto a los resultados de salud, matiza que, en España, se ofrecen datos de vida media pero, en menor medida, de mortalidad y morbilidad.
Estatutario o laboral
Para algunos sectores de la sanidad española (por ejemplo, la Sociedad Española de Directivos de la Salud –Sedisa–), el núcleo del problema no se halla tanto en las fórmulas de gestión sino, como indica el propio Abarca, en gobernar los centros y hospitales con un estilo “empresarial” o, por el contrario, permanecer limitados por la rigidez administrativa y la condición de personal estatutario de los sanitarios. Lamata, una vez más, no cree que aquí radique la clave de reconversión alguna porque la eficiencia que, desde su punto de vista, ha demostrado el SNS en las últimas décadas ha ido pareja a esa manera de funcionar de sus instituciones. Tal como lo ve el exconsejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, debería apostarse por perfeccionar lo ya existente “mejorando la coordinación entre los diversos servicios regionales de salud e incentivando a los profesionales no solo desde el punto de vista económico, sino también acrecentando en ellos el sentido de pertenencia a la institución y valorando el mérito de su trabajo”.