La prueba radiológica apenas reduce la mortalidad a largo plazo más que la revisión física, según revela un estudio hecho en Canadá



13 feb. 2014 14:38H
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Redacción / J.B. Madrid
La mamografía en mujeres de edades comprendidas entre 40 y 59 años no ha revelado diferencias significativas en reducción de la mortalidad por cáncer de mama respecto a la exploración física, según han concluido investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) y difunden en un artículo recién publicado en British Medical Journal (BMJ) del que se han hecho eco diversas agencias y medios de comunicación.

Mortalidad específica por cáncer de mama según aplicación
de la mamografía o del brazo control (todos los participantes). Fuente: BMJ.

Los propios autores del estudio advierten de que, en cualquier caso, sus conclusiones “no son generalizables a todos los países” y no faltan investigadores que han hallado otros flecos de la investigación como, por ejemplo, el simple hecho de que no se compare la utilidad de las mamografías anuales con la ausencia total de exploraciones de cualquier índole.

El estudio se inició en 1980 con los datos de 15 centros de detección en seis provincias canadienses sobre un total de 89.835 mujeres, de edades incluidas en la franja de edades mencionada, a las que se les había asignado al azar cinco pantallas anuales de mamografía o solo control (sin mamografía).

Durante los cinco años de seguimiento inicial se detectaron 666 cánceres de mama invasivos en el grupo de la mamografía (44.925 participantes) y 524 en los controles (44.910), y de ellas, 180 mujeres en el grupo de la mamografía y 171 mujeres en el grupo de control murieron de cáncer de mama durante el período de seguimiento de 25 años.

De los 666 cánceres de mama diagnosticados en el grupo de la mamografía en el período de selección, 212 (32 por ciento) fueron detectados sólo por mamografía, y, en promedio, éstos eran más pequeños que los detectados por el examen físico del grupo control;  la supervivencia a los 25 años de las mujeres con cáncer de mama diagnosticadas en la mamografía era superior a la de las mujeres con un diagnóstico en el brazo de control.

El estudio además recoge un gran número de datos sobre las características de los tumores  y datos sobre la supervivencia de las pacientes, desde el diagnóstico hasta el momento de la muerte por cáncer de mama. Así, del total de mujeres, 1.190 cánceres de mama fueron diagnosticados durante el periodo de selección y otros 5.193 fueron diagnosticados en el período de seguimiento (2.584 en el grupo de la mamografía y 2.609 en el grupo control).

En total, 1.005 mujeres murieron por cáncer de mama durante el período de seguimiento de 25 años (1,1 por ciento), de ellas 351 fallecieron de las 1.190 mujeres (29,4 por ciento) con un diagnóstico durante el período de selección. La conclusión del trabajo muestra que la mamografía anual en mujeres con la franja de edad estudiada no reduce la mortalidad por cáncer de mama más allá de la exploración física.

22 por ciento de sobrediagnóstico

Así, señalan, la mamografía anual detectó un número significativo de cánceres pequeños de mama no palpable, pero la mitad de ellos eran ejemplos de un exceso de diagnóstico; destaca el 22 por ciento de sobrediagnósticos así como que la mamografía anual no tuvo efecto sobre la mortalidad por cáncer de mama más allá de los exámenes físicos de mama.

El cribado mamográfico regular se hace para reducir la mortalidad por cáncer de mama, ya que inicialmente detecta cánceres no palpables de mama, es decir que por su tamaño son muy pequeños y, por tanto, se entiende que la rápida detección confieren un mejor pronóstico que los grandes.


ENLACES RELACIONADOS:

Consulte el artículo publicado en British Medical Journal (BMJ).

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