Entrevista al presidente de la AEIH y al del Comité Organizador del Congreso



19 oct. 2013 13:58H
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Javier Barbado. Badajoz
La crisis se ceba con toda clase de inversiones y las infraestructuras sanitarias, pese a su relevancia, no constituyen una excepción. Por eso se precisa de gestores, si es posible ingenieros de formación, que averigüen la manera de aprovechar los escasos recursos presupuestarios para llevar a cabo instalaciones y mantenimientos costo-eficientes. Redacción Médica ha recabado ésta y otras conclusiones de la conversación mantenida con el presidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), Luis Mosquera, y el presidente del Comité Organizador del XXXI Seminario de Ingeniería Hospitalaria-Congreso Nacional, Alberto Arestizábal, durante la celebración del evento en el Ifeba de Badajoz.

Luis Mosquera y Alberto Arestizábal, presidentes de la AEIH y del Comité Organizador del Congreso, respectivamente.

¿Qué novedades se presentan en ingeniería hospitalaria en este Congreso?

Luis Mosquera, presidente de la AEIH: La principal novedad es que hemos introducido un cariz transversal en las comunicaciones científicas introduciendo a gente de otros campos del conocimiento que nos aporta información diferente a la que analizamos de forma habitual. Y nosotros podemos incorporar esos conocimientos a nuestra estrategia de conocimiento. Por ejemplo, aquí ha habido ponencias sobre pilas de combustible y eso, en principio, aparenta no tener nada que ver con la ingeniería sanitaria; sin embargo, el uso del hidrógeno en ese contexto, según hemos visto, en efecto posee una aplicación directa en la sanidad. Creo que ésa es la novedad más importante: contar con profesionales de otros ámbitos para que nos cuenten sus experiencias y poder incorporarlas nosotros.

En España, ¿se invierte menos en ingeniería hospitalaria por la crisis?

Luis Mosquera: Eso es evidente. Hay una reducción clarísima en el gasto en inversión y también en el gasto corriente, y ha sido objeto de debate en una de las mesas. Es cierto que, efectivamente, hay menores ingresos; por otro lado, la demanda, en un sistema de provisión como el nuestro, es elástica, es decir, cada vez tiende a más y los recursos son los que son. En ese sentido, nosotros lo notamos mucho porque somos los garantes de la infraestructura y de los bienes muebles e inmuebles y percibimos perfectamente lo que está pasando.

El problema de esto, sobre todo en el ámbito sanitario, es que una desinversión a corto plazo es luego muy difícil de recuperar porque, evidentemente, la tecnología avanza muy rápido. Esto puede suponer que nos quedemos un tanto atrasados en la aplicación de las terapias en el diagnóstico. Pero bueno: ésta es la situación actual.

Alberto Arestizábal, presidente del Comité Organizador del Congreso: Como te ha comentado Luis, la principal novedad ha sido dejar aparte las ponencias que son muy técnicas y propias del ámbito hospitalario, en concreto reservarlas para las comunicaciones, y, en efecto, llevar al debate de interés general otras cuestiones que nos pueden aportar mucha luz sobre la ingeniería hospitalaria y en general el sistema sanitario.

¿Se ha mantenido el dintel habitual de patrocinadores en el Congreso?

Alberto Arestizábal: Sí. Eso es digno de resaltar porque conocíamos de antemano las dificultades económicas, la reducción en los presupuestos de marketing que tienen las empresas y el esfuerzo que les supone, año a año, acudir a estos congresos. Pero la respuesta ha sido similar a la de otros años.

Luis Mosquera: Para muchas empresas, por otra parte, este Congreso se ve más como un planteamiento de inversión que de gasto.

Lo consideráis una inversión también en el terreno científico, es decir, las comunicaciones transmiten avances aplicables en el futuro…

Luis Mosquera: Está claro. Tenga en cuenta que, en este país, la disgregación de la gobernanza sanitaria en los hospitales y en otras unidades ha traído como consecuencia que los foros comunes o concentradores se hayan desplazado de las entidades administrativas a otros ámbitos como las sociedades científicas, por ejemplo. De ahí que nosotros asumamos una función unificadora de criterios que, efectivamente, a menudo están muy dispersos en este sector.

Alberto Arestizábal: Sí, aunque pueden pertenecer o no al ámbito de la ingeniería hospitalaria, el perfil responde, fundamentalmente, al de ingeniero de mantenimiento que se ocupa de esta área en los hospitales (públicos o privados) y también hay diseñadores, arquitectos, profesionales del ámbito de la gestión hospitalaria y de empresas de mantenimiento.

Luis Mosquera: También hay una presencia importante de la industria farmacéutica, sobre todo de tecnología y servicios sanitarios, fundamentalmente; en efecto, muchas ponencias se dirigen a una parcela profesional muy técnica, muy concreta, pero cada vez ampliamos más el perfil y, de hecho, casi predomina más ahora la gente del campo de la gestión que de la pura ingeniería hospitalaria.

Y eso tiene que mucho que ver con lo que está pasando. En un momento de crisis como el actual, mejorar la eficiencia por medio de la gestión. Nuestro trabajo consiste precisamente en eso: la organización industrial, la gestión de proyectos… son el objeto principal de los arquitectos y de los ingenieros.
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¿Se tiene en cuenta la aportación de la AEIH por los políticos?

Luis Mosquera: Nuestra aportación es necesariamente técnica, dado que pertenecemos al ámbito de las sociedades científicas. Publicamos documentos de mínimos, informes de consenso… no se trata de normas, porque para eso están las leyes, pero en aquellos aspectos donde hay huecos, o bien las leyes son un poco laxas, pues sí que actuamos. Así, llevamos a cabo proyectos conjuntos con la industria, con los profesionales, con la Universidad… y ése es nuestro principal propósito en el futuro.

Han mencionado al personal de mantenimiento como el perfil predominante en el Congreso. A menudo la población, al pensar en el hospital, tiene en cuenta al profesional cualificado en Medicina, pero olvida esa otra parcela, la de los servicios no asistenciales…

Alberto Arestizábal: Sí, claro. Parece que un hospital es solo la parte asistencial y, sin embargo, no podemos olvidar que para que los médicos puedan trabajar, para que los quirófanos puedan funcionar, para que las salas de diagnóstico y las consultas estén a punto… todo ello depende de una gran infraestructura e instalaciones y de esa parcela es de la que, precisamente, se ocupa el ingeniero de mantenimiento.

Luis Mosquera: Hay una cosa cierta y es que nuestro trabajo, a veces, es silencioso, no se nota… Ahora, el problema es cuando algo no funciona. El acto sanitario está rodeado de una infraestructura muy diversa de índole organizativa, técnica, etc. Hay un actor que puede ser el personal asistencial o facultativo, pero el escenario que tiene detrás es impresionante, cada vez mayor; es algo así como si se entra en un escenario de ópera y uno no solo se fija en el escenario sino que comprueba que se encuentra en un complejo edificio de treinta plantas… Aquí sucede lo mismo. Si no existe el edificio, la “diva” no canta…

¿Qué retos tiene la ingeniería hospitalaria a medio plazo?

Luis Mosquera: La situación nos obliga a buscar modelos cada vez más costo-eficientes. Y eso, como decía, está totalmente vinculado con nuestra formación profesional.

¿Se piensa en un modelo sostenible desde el punto de vista ecológico?

Es algo que está de moda pero, en nuestro caso, ese factor no va el primero porque un hospital, en primer lugar, ha de ser seguro. Se atiende en ellos a personas mermadas en sus facultades y, por lo tanto, eso es prioritario. Por lo tanto, primero habrá de ser eficaz y, en segundo lugar, eficiente. Ése es el orden y no al revés.

Alberto Arestizábal: El futuro de la ingeniería pasa por lo mismo que en los demás sectores, es decir, una mayor profesionalización en donde se aúnen los profesionales y las habilidades directivas; en esa unión o hermanamiento florecerán gestiones más eficaces y más eficientes para hacer sostenible el sistema sanitario del que disponemos. Parece que siempre prima una disociación entre los profesionales y la gestión y eso debe corregirse.

Por lo general, el directivo de hospital encargado del área de mantenimiento, ¿es ingeniero?

Luis Mosquera: La tendencia en este país es, efectivamente, a poner a una persona con formación médica, asistencial. En la parte menos clínica o asistencial nuestro peso es, no obstante, cada vez mayor, y, aunque lo tradicional era situar aquí a directivos con formación en Derecho o Económicas, comienzan a predominar los ingenieros que, además, reciben en su propia formación conocimientos sobre gestión y economía. Una prueba de ello es la presencia creciente de los ingenieros en la banca, por ejemplo.

¿Notan diferencias en las comunidades autónomas a la hora de invertir en ingeniería hospitalaria?

Luis Mosquera: Sí las hay. Nuestra organización es, en todo caso, central, aunque es verdad que hay pequeños grupos que actúan bajo nuestro paraguas en la Comunidad Valenciana, Galicia… Pero en cuestión de inversión, efectivamente, es evidente que hay diferencias.

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