Para determinar si la degeneración discal se asocia o no a dolor lumbar crónico, la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (Reide) ha llevado a cabo el estudio ‘La relevancia de la degeneración discal avanzada como causa de dolor lumbar’ que ha sido financiado de forma íntegra por la Fundación Kovacs, sin participación de la industria sanitaria ni de entidades con ánimo de lucro.
Francisco Kovacs, director de la Red Española |
Para llevar a cabo el estudio se hizo una resonancia magnética lumbar a 304 adultos de entre 35 y 50 años. A 240 se les había pedido por dolor lumbar crónico, mientras que los restantes 64 no padecían ni habían padecido nunca dolor lumbar.
Los radiólogos desconocieron si las imágenes que estaban evaluando correspondían a personas con dolor lumbar crónico o sanas; sólo informaron del grado de degeneración discal que mostraban sus resonancias magnéticas. La fiabilidad de esa determinación había sido previamente evaluada.
En la fase de análisis se desarrollaron modelos de regresión logística multivariante para determinar si existía una asociación entre los signos de degeneración discal grave y la existencia de dolor lumbar, teniendo en cuenta otros factores que podían influir en ella (edad, sexo, existencia de protrusión o hernia discal, existencia de signos Modic –cambios en las vértebras adyacentes al disco degenerado–, grado de actividad física, etc.).
Estanislao Arana, radiólogo de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología y del Instituto de Investigación en Servicios de Salud en Valencia, explica que “se observaron imágenes de degeneración discal grave en el 46,9 por ciento de las personas sanas, en las que no cabe duda de que ese hallazgo era irrelevante puesto que no tenían ni habían tenido dolor lumbar en ningún momento de su vida”.
Según ha indicado Kovacs, director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda, “estos resultados confirman que la degeneración discal, incluso muy avanzada, se observa en muchos adultos perfectamente sanos, y no es una causa importante o frecuente de dolor. Es probable que presentar discos “muy degenerados” no sea más grave que tener arrugas en la piel; refleja que el tiempo ha pasado y el tejido ha envejecido, pero ni es una enfermedad, ni causa dolor, ni requiere tratamiento. Quienes tengan discos degenerados no tienen por qué preocuparse; sólo deberían hacer ejercicio, igual que quienes tengan unos discos pletóricos”.
Importantes consecuencias: evitar cirugía innecesariaEl 80 por ciento de los humanos tiene dolor lumbar alguna vez en su vida y, en todos, los discos intervertebrales se desgastan tarde o temprano. Por eso, es muy común encontrar personas con dolor lumbar que además tienen degeneración discal. Sin embargo, este estudio demuestra que esas características simplemente coexisten, pero la degeneración discal no es la causa del dolor.
Esto significa un cambio de concepto radical, pues hasta ahora el dolor atribuido a degeneración discal era el motivo más frecuente por el que se colocaban prótesis discales y se realizaban fusiones vertebrales en la sanidad pública y privada española.Este estudio sugiere que, tal y como plantean las más recientes guías de práctica clínica norteamericanas basadas en el conocimiento científico, seguir haciéndolo podría significar el derroche de cientos de millones anuales de euros y exponer a los pacientes a los riesgos y perjuicios innecesarios derivados de una operación que no se dirige a la verdadera causa de su dolor.
“La fusión vertebral tiene unas indicaciones muy claras, en las que mejora la evolución de los pacientes, como ciertas fracturas traumáticas graves o algunos casos de compresión de las raíces nerviosas por el deslizamiento de una vértebra sobre otra (la “estenosis espinal por espondilolistesis”)”, –ha señalado Kovacs–, ”pero seguir operando la degeneración discal, cuando ya se ha comprobado que no es una causa de dolor, simplemente carece de sentido”.