Los proyectos de e-Salud necesitan pruebas piloto que no siempre se realizan



14 oct. 2014 13:02H
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Javier Barbado. Madrid
Cataluña, Galicia y País Vasco destacan por sendos planes de innovación autonómicos para fomentar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la sanidad que incluyen, en los dos primeros casos, modelos de compra pública innovadora como, por ejemplo, la fórmula del riesgo compartido por la administración y las empresas instaurada en los servicios farmacéuticos de los hospitales catalanes.

Ramón Maspons, María Aguirre, Sonia Martínez y el vicepresidente del sector e-Salud de Fenin, Luis Javier Bonilla.


La Generalitat catalana despliega, en efecto, varías líneas estratégicas para aprovechar las nuevas tecnologías y, entre ellas, el directivo de la Agencia de Innovación y Evaluación de la Calidad en la Salud (Aiaqs) autonómica, Ramón Maspons, ha mencionado el proyecto VISC+ o big data de datos procedentes de los servicios sanitarios y puestos a disposición de empresas e instituciones.

Maspons también ha incidido en que las empresas, aun sabedoras de que disponen de un buen producto, desconocen las trabas para introducirlos en los sistemas sanitarios públicos, y por ello justifica los planes específicos del gobierno catalán: "Tratamos de facilitar el primer contrato por medio de la compra pública innovadora, el riesgo compartido... Pedimos que nos propongan el proyecto de la mano de un proveedor sanitario para firmar ese primer compromiso", ha señalado.

Por su parte, Sonia Martínez, directora general de Innovación y Gestión en Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Galicia, ha puesto sobre la mesa la necesidad de un nuevo modelo de atención en el entorno sanitario "más personalizado y flexible" ante los cambios demográficos y epidemiológicos. "Debe ser más integrador y abierto, sin compartimientos estancos y que incluya nuevas fórmulas de comunicación entre los pacientes y los sanitarios", ha recalcado.

Este reto es posible con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), según ha señalado, y ha puesto como ejemplo la historia clínica gallega denominada Ianus. "Estos sistemas sabemos que los utilizan de forma intensa los profesionales", ha asegurado; "también los pacientes tienen contacto con la tecnología; nuestro programa Gente con Vida dispone de 10.814 seguidores hace ya un año, por poner un ejemplo", añadió.

Galicia ha desarrollado una Plataforma de Innovación Sanitaria, gestionada por un equipo multidisciplinar tanto de la Consejería de Sanidad como del servicio de salud autonómico, que aporta nuevas perspectivas y no se limita en evaluar y probar proyectos en fase-piloto, sino "identificar aquellas ideas que impacten en el sistema sanitario" de la comunidad autómoma.

En la misma línea, la sanidad gallega trabaja en dos líneas concretas, H2050 e Innova Salud, que son financiados por fondos Feder y que, se espera, sean viables, asumibles desde el punto de vista económico y abierto a la colaboración con empresas compartiendo riesgos, innovación y beneficios.

Por último, María Aguirre, directora de Investigación e Innovación Sanitaria del Departamento de Salud del Gobierno Vasco, ha enumerado cinco líneas estratégicas de Osakidetza, entre ellas el fomento de la innovación y la investigación "para contribuir a los resultados de salud, el desempeño del sistema y el desarrollo socio-económico".

El Servicio Vasco de Salud, según ha precisado, contempla toda la cadena de valor e innovación, desde la investigación básica a sus aplicaciones, y para ello cuenta con los institutos de investigación sanitaria. "Existe una brecha institucional una vez que los productos están disponibles para difundir y extender su uso", ha explicado, y de ahí que se justifique una Estrategia de Investigación e Innovación en Salud que permita engarzar los elementos disponibles para responder a las demandas del sistemas sanitario.

En este sentido, Aguirre ha citado el Plan de Acción e Innovación autonómico, y también la e-Salud y la telemedicina (O-sarean).

La cooperación no siempre es rentable

Ante la crítica de uno de los asistentes al evento por la falta de proyectos nacionales, Maspons ha mencionado, como ejemplo de cooperación interautonómica que demuestra que este recurso no siempre es la panacea, un proyecto de aplicación móvil para enfermos con trastorno bipolar que, según se ha comprobado, reporta eficiencia en su uso pero no ahorro económico. Martínez, por su parte, ha citado un programa de seguimiento de pacientes de EPOC con telemedicina en el que se perciben beneficios clínicos para los enfermos. "Pero también hay muchos pilotos que no se han evaluado de forma previa y, de haberse hecho tal evaluación, es probable que no se hubieran implantado", ha añadido.
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