Redacción. Madrid
La intervención neurorreflejoterápica para la lumbalgia, que defiende desde hace tiempo la Fundación Kovacs, se ha difundido con resultado de éxito en coste y eficiencia en los servicios de salud de cinco comunidades autónomas: Asturias, Baleares, Cataluña, Madrid y Murcia. Ahora, un nuevo estudio ratifica su eficacia y utilidad, y por eso lo han dado a conocer sus autores, este miércoles en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC), entre ellos el presidente de la fundación, Francisco M. Kovacs.
El estudio científico analiza los resultados obtenidos por la intervención neurorreflejoterápica (NRT) durante los ocho años transcurridos desde que se inició su aplicación en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para tratar a pacientes con dolencias subagudas y crónicas del cuello y la espalda. Sus conclusiones ratifican que esta tecnología mejora de forma notable a pacientes en los que han fracasado los tratamientos previos y genera un ahorro importante de recursos públicos.
El presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, y el de la Fundación Kovacs, Francisco M. Kovacs.
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El artículo insta a que, para no privar a unos pacientes del único tratamiento contrastado para su caso concreto y al erario del ahorro que conlleva, esta tecnología se generalice en el conjunto del SNS en las condiciones de aplicación en las que ya se está usando en varios servicios de salud autonómicos, que han demostrado ser viables y obtener resultados clínicos y económicos satisfactorios.
Estas conclusiones han sido refrendadas por la revista científica de la Sociedad Internacional de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, el
International Journal of Technology Assessment in Health Care, y entre sus autores se hallan responsables de la evaluación de los resultados de esta tecnología en los servicios de salud en los que se ha implantado. El estudio ha sido financiado por dichos servicios de salud y por la Fundación Kovacs, sin participación de la industria sanitaria ni ninguna entidad con ánimo de lucro.
Para Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC, “si una tecnología sanitaria demuestra ser eficaz, efectiva, eficiente, obtener buenos resultados, ahorrar costes públicos y evitar riesgos a los pacientes, debe incorporarse a la cartera de servicios de la Sanidad pública española. Sea la intervención neurorreflejoterápica o cualquier otra. Esto es así siempre, pero todavía más en una época de crisis económica, en la que debe asegurarse la eficiencia de los recursos públicos”.
Material implantable en la neurorreflejoterapia.
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Kovacs, por su parte, ha señalado que “estos datos evidencian una vez más la discrepancia entre la sistemática con la que ciertas autoridades sanitarias toman sus decisiones, y las recomendaciones científicas internacionales enfocadas al interés de los pacientes y la mejora de la eficiencia de los recursos públicos”.
“La intervención NRT ha sido refrendada repetidamente por los principales organismos científicos internacionales, pero en España sólo se aplica en los Servicios de Salud de algunas comunidades autónomas”, ha indicado.
La revista científica internacional ha señalado que los motivos que explican que se prive de este tratamiento a los pacientes de la mayoría de las comunidades autónomas, son que ha sido desarrollado por una entidad científica sin ánimo de lucro, que no fomenta su difusión mediante incentivos económicos, y la conocida disfuncionalidad del mecanismo con el que las autoridades españolas deciden qué tecnologías se costean con fondos públicos, que explican tanto que se estén financiando tratamientos comprobadamente inútiles como que no se generalicen otros que han demostrado ser efectivos y generan ahorro público.
De hecho, los recortes sanitarios llevaron a que esta tecnología dejara de aplicarse en los Servicios de Madrid y Murcia, pese a ser una de las pocas que ha demostrado originar al erario un ahorro neto varias veces superior a su coste de aplicación.
Resultados
El estudio ahora publicado refleja que los 11.384 casos derivados a intervención NRT desde los servicios de salud eran pacientes muy difíciles; en ellos habían fracasado previamente los tratamientos aplicados (farmacológicos, rehabilitadores y quirúrgicos). Pese a ellos, el dolor duraba más de tres meses en el 74,8 por ciento de los pacientes, y más de un año en el 30,1 por ciento. El 35,8 por ciento de los pacientes presentaba una o varias protrusiones o hernias discales, el 5,2 por ciento padecía compresión radicular causada por una hernia discal y en el resto el dolor se debía a otras causas, incluyendo síndromes inespecíficos.
Al ser derivados, la mayoría de los pacientes estaba usando a la vez varios fármacos (los más frecuentes, distintos tipos de analgésicos -66 por ciento- y antiinflamatorios -62,6 por ciento-). El 13,5 por ciento estaba en recibiendo tratamiento fisioterápico o rehabilitador, y el 7,6 por ciento ya había sido operado sin éxito por su dolor.
Tras realizarles una intervención NRT, 10.097 pacientes (el 88,7 por ciento) mejoraron de su dolor de cuello o espalda y 9.585 (84,2 por ciento) de su dolor referido (al brazo –en caso de dolencias cervicales- o la pierna –en caso de dolencias lumbares o lumbosacras-). El grado de incapacidad mejoró en 9.528 (83,7 por ciento) pacientes. El 83 por ciento abandonó la medicación, y sólo el 0,02 por ciento requirió cirugía.
El único efecto secundario recogido en estos ocho años fue la tirantez cutánea transitoria, que percibió el 8 por ciento de los pacientes. El número de quejas o reclamaciones fue cero, y una encuesta anónima entregada a todos los pacientes (y respondida por el 76,7 por ciento de ellos) refleja un muy alto grado de satisfacción.
A lo largo de los ocho años de seguimiento, sólo el 16,4 por ciento, el 6,5 por ciento, y el 14,5 por ciento necesitó volver a ser derivado a intervención NRT por un nuevo episodio doloroso en el segmento cervical, dorsal o lumbar previamente tratado, respectivamente. Estos datos reflejan que realizar una intervención NRT no aumenta el riesgo de padecer nuevos episodios en el futuro y, de hecho, es probable que lo disminuyan (pues esos porcentajes, en un período de 8 años, son muy inferiores a los que son esperables en esos pacientes e, incluso, en la población general).
Todos estos resultados fueron muy similares en los distintos Servicios de Salud en los que se aplicó la tecnología.
Métodos
Se analizaron los datos recogidos por el mecanismo de vigilancia y seguimiento de la intervención NRT en la práctica clínica rutinaria del Sistema Nacional de Salud, que incluye a todos los pacientes derivados por médicos de los Servicios de Salud a Unidades acreditadas de la Fundación Kovacs para que se les realizaran intervenciones neurorreflejoterápicas (NRT).
Ese mecanismo de vigilancia, previamente validado mediante estudios científicos refrendados por la comunidad científica internacional, recoge los datos demográficos, sociales, laborales y clínicos de todos los pacientes, así como su evolución clínica, el uso de otros recursos sanitarios (fármacos, pruebas diagnósticas complementarias, cirugía, etc.) y su grado de satisfacción.
El presente estudio analizó los 11.384 casos a los que se les realizó una intervención NRT y fueron dados de alta entre el 1 de enero de 2004 y el 30 de junio de 2012. Esos 11.384 casos corresponden a 9.023 pacientes (53 años de media, 68 por ciento mujeres), ya que un mismo paciente pudo ser derivado por episodios dolorosos en localizaciones o momentos distintos.
También se analizó el número de pacientes que sufrieron recaídas a lo largo de los ocho años analizados, y se desarrollaron modelos de regresión logística para cuantificar la probabilidad de que fuera necesario realizar más de una intervención NRT para alcanzar el mayor grado posible de mejoría en un paciente concreto.
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