¿Qué garantiza los derechos laborales de los Médicos Internos Residentes? La necesidad de un convenio laboral o de otro tipo de acuerdos en la materia ha ocupado este debate de Sanitaria 2000, donde se ha llegado a describir la relación entre el MIR y el adjunto como un acto “de señor y vasallo”. Del mismo modo, la falta de plazas MIR, cómo deben crecer, si se está cometiendo una ilegalidad al no haber convenio o si este garantizaría la igualdad salarial entre comunidades autónomas son otros de los asuntos de vital importancia que ha sido abordado por los siete expertos invitados.
¿Se necesita un convenio laboral que regule la etapa formativa y profesional de los MIR?
Rut Bravo Lizcano, jefa de residentes del Hospital La Paz: Hace falta hacer un convenio actualizado de aquí a un tiempo. Aunque en principio hay unas normas marcadas acerca de cuál debe ser la jornada laboral del médico entorno al residente. Es cierto que en muchas ocasiones si se cometen abusos. Por ejemplo, en ciertas especialidades se cometen más que en otras pero hace falta regular aspectos que todavía no están claros, como la libranza obligatoria de las guardias, que si bien por ley es obligatorio, en muchos servicios se les obliga a continuar pasando planta, realizando consulta y todo esto debería de estar regulado. También pienso que debería de haber más espacio para la docencia, que en muchas ocasiones se nos olvida que aunque los médicos deben de trabajar no se debe descuidar su formación y en muchas ocasiones se nos olvida.
Esteban del Ruste Aguilar, representante de recursos humanos de la Consejería de Sanidad de Aragón: No me centraría tanto en un convenio, porque quizás es una regulación excesiva, pero sí que tenemos que establecer una regulación específica. En principio, en Aragón lo que hacemos es aplicar la normativa que por carácter general se le aplica al médico que está ejerciendo como adjunto. Es cierto que hay zonas con lagunas normativas. Lo que sospecho es que una regulación tampoco mejoraría demasiado la situación, porque en muchas ocasiones la normativa ya está fijada y no se aplica porque existen vínculos entre el tutor o el adjunto y el MIR para que tenga unas libranzas garantizadas, pero luego no se aplican. Y no porque la norma no lo establezca así, sino porque hay una relación casi de vasallaje en algunos servicios.
¿Cuál sería la solución?
Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez-Vila reflexiona sobre el marco jurídico de los MIR
Estaban del Ruste Aguilar: Tenerlo regulado, evidentemente. Porque en el momento que tengamos zonas sin regular habrá algo que se pueda escapar, pero sobre todo controlarlo.
Roberto Delgado Bolton, presidente de la Comisión de Docencia del Hospital San Pedro: En este sentido, me gustaría añadir que el número de horas que trabajan los residentes es un problema importante, pero también podemos aplicarlo a los adjuntos. En otros países ya no se hacen guardias de 24 horas, ni sigue trabajando a posteriori. En esos países una guardia de 24 horas es excesivo y se pone un límite de 10 o 12 horas. Lo que no se pude hacer es trabajar 24 horas y luego continuar al día siguiente. Eso hay que intentar evitarlo, regularlo y vigilarlo desde la dirección del hospital y la jefatura de estudios, porque es algo que va contra la formación y contra el trabajador.
¿Llegan quejas de residentes que necesitan un mayor respaldo o algún convenio que pueda avalar su seguridad laboral durante su formación?
Sheila Justo, responsable de Médicos jóvenes en Amyts: Son continuas las quejas que llegan con respecto al incumplimiento de lo que está legislado. Es decir, el descanso obligatorio o problemas con respecto a la supervisión de los residentes son quejas que llegan prácticamente a diario o cada cierto tiempo. Si es verdad que los residentes necesitan un convenio propio porque hay mucha heterogeneidad, ya no solo en España con todas las comunidades autónomas y toda la diferencia que hay entre ellas, sino entre hospitales de la misma comunidad autónoma con respecto, por ejemplo, a la retribución del prorrateo de guardias en la maternidad, cuestiones que en diferentes comunidades, en unas se paga y en otras no se paga. Hay muchas cuestiones que hay que regular. Hay una regulación general y una regulación específica para los residentes, pero si es verdad que necesitan un convenio propio y eso es algo que hay que negociar entre la administración y los sindicatos.
Alejandro Iñarra, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM): A este debate sobre guardias, etc me gustaría añadir un punto interesante referente a la seguridad del paciente. Es decir, no solo se concentra en cómo el residente se desarrolla laboralmente, sino el hecho de que una persona que no descanse durante 36 horas interviene directamente en la seguridad del paciente.
¿Desde CTO se imparte algún tipo de apoyo laboral a esos residentes que reclaman una mayor regulación?
Luis Cabeza: "Hay determinadas plazas que no resultan atractivas para el opositor"
Luis Cabeza Osorio, Coordinador Académico e Proyectos Internacionales en CTO Medicina: Recibimos mayoritariamente sugerencias y quejas de nuestros alumnos o los que han sido nuestros alumnos y con los que seguimos manteniendo contacto muchas veces. Lo que se comenta en esta mesa es verídico y es real, hay mucha sobrecarga de trabajo. Lo primero que hay que hacer antes crear un nuevo convenio es cumplir lo que ya está establecido. Hay una normativa de horario, libranza de guardias que se deben de cumplir. El primer paso es empezar por cumplir lo que realmente está ya legislado, sin olvidar que un convenio laboral sería el punto final.
Desde el punto jurídico, ¿se podría regular este convenio laboral? ¿Cuál es la situación actual a la que se afrontan los residentes?
Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez-Vila, abogado laboralista de ICEF Consultores: Creo que aquí ya se han mencionado una serie de problemas y concretamente un marco legal no necesariamente conlleva el cumplimiento del mismo. Es decir, ahora mismo hay muchísimos problemas en el tema de las guardias, tema de la docencia, e incluso la responsabilidad que pueda tener un médico residente con respecto a un tercero que es el paciente. Todo esto repercute sobre la calidad asistencial de los mismos. Entiendo que el convenio colectivo es un marco imprescindible y necesario. En primer lugar porque la regulación de una relación laboral, y en este caso de un colectivo tan grande como son los MIR, que además específicamente tiene un tiempo de vigencia de cinco años, es que el derecho a la negociación colectiva está contemplada en la propia Constitución española, en el artículo 37. Por lo tanto, no es cuestión de discutir si se tiene derecho o no a un convenio, es que hay que cumplir con un mandato constitucional y nadie lo puede vetar. De la misma manera que cuando se reguló la normal especial de los contratos de los residentes en el decreto 1146/2006, en el que la exposición de motivos dice que han participado en esa elaboración los representantes de la patronal, los representantes sindicales, y todas las comunidades autónomas. ¿Cuál es el problema? No entiendo que tenga que haber ningún tipo de problema para poder regular un convenio. Ahora bien, desde la conciencia o desde la condición del que el convenio es un punto de partida de obligado cumplimiento en cuanto el texto que regula esa relaciones. ¿Qué va a haber incumplimientos? Ya lo sabemos. Ya sabemos que hay una especie de mecánica en las relaciones en los hospitales, tanto públicos como privados. Pero entiendo que la regulación es absolutamente imprescindible. Para evitar por lo menos un marco jurídico para evitar esos abusos.
Y en el caso de que los convenios regulados que están vigentes se incumplan. ¿Qué puede hacer un residente?
Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez-Vila: Todos sabemos que la vía jurídica de reclamación de un médico interno residente que empieza a plantear un conflicto laboral le va a conllevar una serie de problemas de todo tipo. Problemas incluso con relación a su tutor, a la docencia e incluso a la gerencia del mismo hospital. Entonces, marco jurídico para reclamar claro que lo hay porque el decreto que he mencionado así lo establece. Evidentemente, esa regulación permite una serie de reclamaciones. Y después también puedo utilizar la vía de la jurisdicción social desde el punto de vista del estatuto de los trabajadores. Es decir, marco legal para reclamar si existe, lo que pasa es que sin un convenio laboral los MIR están menos protegidos.
Habéis mencionado la sobrecarga de trabajo que sufren los residentes. ¿Puede derivarse esa situación a la falta de residentes en los hospitales españoles?
Rut Bravo: "Los adjuntos que se ofrecen como tutores cumplen una labor altruista"
Rut Bravo: Realmente en el hospital La Paz somos uno de los hospitales de España que más residentes tiene e incluso es el que más residente tiene por días destinados a guardias de puerta. Aun así, necesitaríamos más residentes. De hecho, estamos llegando este año a varias situaciones críticas dada la sobrecarga laboral a la que se le ve expuesto al residente durante la guardia. La sobrecarga es tal que cuando algún residente, especialmente los mayores, falta o no puede venir porque tienen una baja médica es imposible cubrir esa guardia y estamos desesperados. Al margen de que necesitamos más residentes, hay otras especialidades, sobre todo quirúrgicas, que tienen muy limitadas el número de residentes por año. Estas plazas son tan pocas que los residentes se ven acotados a hacer una cantidad ingente de guardias al mes. Todo esto influye en su formación. Pero el principal problema que hay es que los adjuntos también estamos muy sobrecargados, faltan adjuntos y creo que dependemos en exceso de los residentes. Entonces necesitaríamos más adjuntos y más residentes.
Esteban del Ruste: Ahí voy a discrepar. Es verdad que faltan más residentes pero creo que no tantos como para cubrir las necesidades del día a día del hospital, sino para cubrir las futuras necesidades para cuando sean adjuntos. Esto lo tenemos claro las comunidades autónomas y en algunas especialidades tenemos verdaderos problemas para que se cubran. Otra cosa es que el sistema tampoco permite más allá de un límite formar a más residentes. El problema de la sobrecarga de los residentes, que es real, no es tanto porque tengan que hacer un trabajo por encima de su disponibilidad, sino que tienen que asumir un trabajo que no les corresponde. Mi experiencia es que en muchas ocasiones se le da al residente unas competencias que no son las suyas, y que le correspondería al adjunto. Podríamos discutir si hacen falta más adjuntos o no, pero lo cierto es que el MIR hace cosas que no tendría que hacer y mientras tanto el adjunto no las está haciendo. Desde ese punto hay sobrecarga de trabajo en todos los residentes, pero a mi juicio responde más a estas razones.
A raíz de esta falta de residentes, ¿qué carga económica tendría para una comunidad autónoma la formación de un MIR con el fin de poder aumentarla?
Esteban del Ruste: En cifras redondas, en Aragón el coste de la formación del personal MIR ronda el 3 por ciento de los gastos del personal sanitario de la comunidad autónoma. Los MIR suponen un 1 por ciento del total de este personal. Es decir, es un coste asumible. No es un problema, al menos hoy por hoy, económico.
La decisión de aumentar esas plazas MIR depende del ministerio, en este caso, ¿Cree usted que aceptaría un incremento de plazas cara al futuro?
Esteban del Ruste: Supongo que con las presiones que estamos haciendo sí. Pero la decisión no solo depende del Ministerio de Sanidad, también hay que tener en cuenta a los propios centros que son los encargados de formar y de ser capaces de absorber esas plazas. Porque si queremos tener más plazas y luego no podemos formarlas nos encontramos en un círculo vicioso.
De izquierda a derecha, Sheila Justo, responsable de Médicos Jóvenes de Amyts; Luis Cabeza, coordinador académico de proyectos internacionales en CTO Medicina; Roberto Delgado, presidente comisión de docencia del Hospital San Pedro; Jesús Arroyo, redactor de Redacción Médica, Esteban del Ruste, representante de recursos humanos de la Consejería de Sanidad de Aragón; Rut Bravo, jefa de residentes del Hospital La Paz; Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez-Vila, abogado laboralista de ICEF Consultores; y Alejandro Iñarra, presidente de CEEM.
¿El resto de la mesa qué opinión tiene al respecto?
Sheila Justo: Esta pregunta me viene muy al caso con respecto a la situación que está sucediendo en Madrid, donde se ha planteado que en los próximos días va a haber una modificación de la ley de contratación. A día de hoy es requisito indispensable para ser personal estatutario ser de nacionalidad española. Eso se quiere modificar porque se prevé que va a haber un déficit de médicos en los próximos años. Esto en principio no está planteado ni está estudiado adecuadamente, pero es lo que se prevé. A mí esto me da que pensar, porque si por un lado, el consejo estatal de estudiantes, se refiere a que hay muchas universidades y un exceso de estudiantes y el MIR es un embudo para que terminen formándose como médicos especialistas, es decir que hay una boca que se estrecha y posteriormente vemos que hay un exceso o va a haber muchas jubilaciones en los próximos años, pues evidentemente creo que la mejor solución no sería modificar la ley y evitar este requisito indispensable de la nacionalidad española y dar entrada a los médicos extracomunitarios. La solución sería aumentar las plazas MIR para que todos nuestros estudiantes tengan una salida para formarse en su especialidad correspondiente y no tengamos déficits a largo plazo.
Luis Cabeza Osorio: Hay un problema más allá de ello: la distribución de las plazas. Es cierto que hay veces que por mucho que tú quieras formar a un estudiante o residente hay determinadas plazas en determinadas localizaciones que por la causa que sean no resultan atractivas para el opositor y eso hace que determinadas especialidades terminen siendo deficitarias de médicos. Por el contrario, otras plazas de especialidades están sobrecargadas. Cada año, un 4 por ciento renuncia a su plaza para volver a presentarse al examen dado que la especialidad que han elegido no termina de convencerles. La solución no pasa por aumentar las plazas, si no incrementarlas según las necesidades que se tengan por cada especialidad. Eso ayudaría a intentar ponderar las necesidades reales del Sistema Nacional de Salud.
Sheila Justo explica la situación actual de los residentes.
Alejandro Iñarra: Hay que aclarar un punto. Aquí hay un problema semántico y es que no hacen falta más médicos, si no que hacen falta más plazas para absolver esos médicos. La postura del Foro de la Profesión Médica, donde confluye toda la profesión y todas las organizaciones, es que se muestran en contra de manera rotunda a la apertura de nuevas facultades de medicina. Todo ello supone un problema formativo porque se crea una bolsa recirculante de manera constante, y debe ir encaminado al aumento de plazas MIR. Muchas veces en varias instituciones se confunde. No es que haya una falta de médicos, ya hay una suficiente cantidad de médicos segregados, si no que faltan plazas para absorberlos. Sobrepasamos en el doble de facultades de medicina a las recomendaciones de la OMS. Somos uno de los países con más facultades de medicina de toda Europa y además estas se abren sin ningún control y sin ningún informe que de soporte a las mismas. Muchas veces se abren por casusas políticas que sobre todo responden a juegos políticos autonómicos o necesidades de lucro.
Roberto Delgado Bolton: Estoy de acuerdo en lo que se ha comentado y quiero añadir que es verdad que hay hospitales regionales que son atractivos para los residentes y también para los especialistas. Y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de cubrir estas plazas. El tema de si hacen falta más residentes, yo creo que, como se ha dicho, hay que estudiarlo a fondo, que va a haber jubilaciones. En especialidades ya lo estamos viendo. En mi zona, es difícil encontrar especialidades que tengan especialistas. Esto hay que planificarlo con tiempo y no encontrarnos con un problema ya encima de la mesa.
Hablando ya del trabajo que puede hacer el MIR durante su jornada, ¿hasta qué punto el MIR hace el trabajo de un médico en su tarea formativa?
Alejandro Iñarra denuncia la creación de nuevas facultades de Medicina.
Sheila Justo: Los médicos residentes son médicos y, como tal, tienen que ejercer como médicos, pero con unas limitaciones que vienen descritas en el Real Decreto de 2008. El R1 tiene que estar supervisado durante todo el año, se tienen que revisar todas las altas y bajas y toda la documentación que tenga que ver con la asistencia sanitaria y esa responsabilidad por parte del residente se va asumiendo progresivamente a partir de R2. Y, además de eso, la supervisión va decreciendo. Entonces, la misión del residente es ir formándose progresivamente sin mucho atropello.
¿No se respetan esos límites?
Sheila Justo: Nosotros hicimos una encuesta que publicamos el 23 de junio, en la cual el 30,7 por ciento de los R1 daban altas sin supervisar. Esto va totalmente en contra del Real Decreto. Por otro lado, por la noche los adjuntos se reducían en número. Y esto también va en contra de la supervisión, porque la afluencia de pacientes es igual por la mañana que por la noche. E, incluso, algunas veces mayor por la noche. Y, por otro lado, que a partir de R2 ya supervisaban en un 51 por ciento a los R1, cuando la supervisión deben llevarla a cabo los médicos adjuntos que son los que más experiencia tienen. Había datos que nos llevaban a pensar que la supervisión no se está llevando a cabo completamente o como se describe en el Real Decreto. Si a partir de R2 se tienen dudas está claro que tiene que preguntar [a un supervisor], porque está claro que si no pregunta la responsabilidad recae sobre él.
Rut Bravo como jefa de residentes del Hospital La Paz ¿qué opinión le merecen esos datos?
Rut Bravo: Estoy de acuerdo con ella en que, evidentemente, la residencia es un período de capacitación progresiva, de autonomía progresiva y que la supervisión no debe abandonarse en ningún momento; si bien es verdad que cuanta mayor autonomía, uno va subiendo su nivel de residencia. Yo, por lo menos, en mi hospital, los R1 sé que están completamente supervisados. No pueden dar altas solos: si bien es verdad que no está el adjunto, siempre hay un residente mayor que le supervisa. No digo que sea ene l 100% de las especialidades, pero sí que están supervisados. Y, a partir de R2 sí subscribo más los datos de Sheila, que son más libres y abandonan un poco la supervisión. Y ya a partir de R4 o R5 ya sí que muchos hacen las labores del adjunto.
¿Hasta dónde llega la protección jurídica de un residente en el caso de dar un alta sin supervisar? ¿O, por ejemplo, en el caso de una negligencia médica? ¿Tendrá que responder el hospital o tendrá que responder él?
Roberto Delgado solicita más protagonismo para la actividad del tutor.
Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez-Vila: Sheila hablaba de un decreto del año 2008. Ahí se establecen unas normas según las cuales el residente tiene supervisión menor, según los años de formación. Y también hay una serie de protocolos que tienen que partir del tutor al que el residente está asignado, y después están los profesionales que son los que le van a supervisar directamente, que me imagino que deben ser los adjuntos. Si se cumple ese sistema, evidentemente el residente está protegido. Y está más protegido con el libro del residente –que no sé si se sigue aplicando o no-. Una vez con estos requisitos, ¿la responsabilidad de un residente frente a un tercero? Depende de las ‘lex artis’ que haya practicado. Es decir, que el problema está en que los residentes de primer año dan las altas y sabemos que eso no lo pueden hacer. Ahí se rompe, de alguna manera, la estructura piramidal. Y aquí hay un tercero, que es el paciente… Digamos, que hay una relación jurídica entre el residente y el hospital que a él no le afecta, o no debería de afectarle. Pero si le afecta, yo entiendo que hay una responsabilidad penal directa por parte de ese residente y una responsabilidad subsidiaria por parte de la institución, que debe hacerse cargo, lógicamente, de las repercusiones económicas. Lo que sí es cierto es que hay una situación complicada para los MIR. Le dice el jefe de servicio “dele usted el alta a esta persona” y el residente puede decirle que no. Y si lo hace [le da de alta], es evidente que está cometiendo un acto de negligencia, porque a lo mejor esa persona no está para que le den el alta. ¿Seguridad? Complicada para el residente. Pero, ¿existe la posibilidad de que se puedan defender? Sí, siempre y cuando ellos no hayan cometido actos negligentes y siempre y cuando se cumplan todos los requisitos de esa disposición del año 2008.
Esteban del Ruste, ¿ha tenido usted esos casos particulares que se citan en su departamento de Recursos Humanos?
Esteban del Ruste: Sí. Estamos dando vueltas siempre a lo mismo, en el marco de la norma no habrá responsabilidad si se ha comportado adecuadamente. El problema es la relación residente-servicio en el que está, las técnicas o formas de dirigir ese servicio y la actuación de los adjuntos. Estas relaciones son muy complejas, porque son muy difíciles de regular. Y en el día a día se producen muchas situaciones en las que el residente no tiene amparo legal. Mientras su servicio responda por él detrás, si el jefe de servicio da una instrucción y la asume, no hay problema. Pero, ¿y si no la asume? Claro, ¿el residente se puede enfrentar a esa orden verbal? ¿Cuál sería su situación en el servicio si lo hace? Es decir, en la generalidad de los casos, las cosas funcionan, pero es verdad que hay servicios en los que se produce una verdadera disfunción, esa relación de señor y vasallo que hay en algunos servicios, afortunadamente en pocos.
¿Cómo actuaría la comisión de docencia de un hospital en un caso como estos?
Roberto Delgado Bolton: Cuando hay alguna queja de algún residente, nos entrevistamos con él y vemos cuál es el problema, intentamos hablar con el tutor, con el jefe de servicio, para saber qué problema particular puede haber habido.
Un instante durante el transcurso del debate.
¿Y desde la formación académica?
Luis Cabeza: Como parte del temario no se aplican, ya que para la preparación de un examen MIR no es materia estas preguntas de temas legislativos en cuanto al residente. Pero sí es cierto que tras la realización del MIR nosotros organizamos unas jornadas para los residentes, donde se les explica cómo funcionan especialidades, les ponemos en contacto con jefes de docencia para que cuenten en cada uno de los centros y en cada uno de los hospitales cómo es su experiencia en el lugar de trabajo y para explicarles cómo cada una de estas normativas se llevan a cabo. Entonces, ahí el residente, cara a cara con el jefe de docencia o con los tutores que tendrán, aprende cómo será su formación, qué tareas tendrá y qué legislación regulará toda su etapa formativa. Por nuestra parte es lo que creemos que podemos aportar una vez superan el examen y que supone una formación extra a la hora de elegir la plaza que más les interese.
¿La formación universitaria prepara lo suficiente a los estudiantes de Medicina en los aspectos jurídicos?
Alejandro Iñarra: A nivel jurídico se nos prepara a través de la asignatura de Medicina Legal. Sin embargo, de cara a cómo el residente afronta recién ingresado desde la universidad, sí está preparado pero se encuentra desnudo ante muchas situaciones debido a cómo se nos forma en el grado. Parece lógico que se nos formara más en una situación de violencia de género en la consulta, cosa en la que no se nos forma en la facultad, en lugar de prepararnos para aprendernos el cáncer más raro en hematología –que probablemente no veremos-. Entonces, sí es cierto que el médico recién ingresado se encuentra desnudo ante muchas situaciones que se le presentan a nivel asistencial, y esto se corresponde con carencias del grado. Un grado que, quizás, ha tenido una deriva en exceso teórica y un grado que se centra en exceso en la preparación de un examen MIR, es decir, a completar un tipo test, mientras que no se nos forma como médicos generales, que ese es el objetivo real del grado.
Roberto Delgado: Me gustaría añadir a esto que en España la formación es muy teórica, como acabas e mencionar. Yo creo que nos ha pasado a todos el llegar a un hospital y estar bastante perdidos, no sabes hilar lo que has estudiado con lo que tienes que hacer, pero si miramos al extranjero, cada vez se hace más hincapié en aspectos como el profesionalismo, que se estudia en el grado. Esto ayuda al residente, incluso al especialista, a enfrentarse a los problemas diarios, a través de aspectos como la empatía en la formación continua. Se ha demostrado que la formación en estos temas durante la formación MIR puede ayudar a enfrentarse a los retos de las guardias y del trabajo en el servicio.
Sheila Justo: Respecto a todo lo que tiene que ver con los derechos y deberes de los MIR, desde el sindicato médico y la vocalía de los médicos MIR hacemos acogida a los residentes cuando entran en los hospitales como R1. En las sesiones de acogida y formación, en las que se les habla de protección radiológica o el sistema informático que deben utilizar, también hablamos de los derechos y deberes de los MIR, del Real Decreto de 2006, del de 2008… Y un poco se les encuadra en la transición de estudiantes a una etapa diferente como médicos residentes; son personal laboral en un régimen especial de formación, y tienen que tener claras una serie de consideraciones que si ellos mismos no se han leído, se les dan las pautas generales para que tengan en cuenta. Y cada año vamos incrementando en número de hospitales. Este año esperemos llegar a muchos más y hasta que lleguemos a todos los hospitales para que [los residentes] tengan clara la legislación que les acoge.
Me gustaría centrarme en la materia salarial de los residentes. ¿Por qué un MIR de una comunidad equis cobra diferente a otro MIR de una comunidad distinta? ¿Creéis que los salarios de los MIR son justos o deberían incrementarse?
Esteban del Ruste: "Es verdad que faltan más residentes"
Esteban del Ruste: No sé si son justos o no. Yo la pregunta la formularía de otra manera: ¿por qué los salarios de los médicos son diferentes en según qué comunidades autónomas? Es decir, que esto no es más que consecuencia de lo otro. Y esto nos puede provocar problemas porque, efectivamente, cada comunidad puede retribuir de una manera. Tenemos una serie de retribuciones que son coincidentes, pero luego tenemos mecanismos de escape que se traducen en conceptos como productividad y similares que nos permiten retribuir más o menos que en otras comunidades. Y estamos en una etapa peligrosa: antes se ha dicho que no faltaban médicos… Yo quiero saber dónde están, porque yo tengo muchas plazas y no me vienen, o sea que yo creo que sí faltan médicos. Podemos entrar en una dinámica de ofrecer cada vez más –y me da igual hablar de médicos que de MIR- para conseguir quedarnos con los médicos quitándoselos a otras comunidades… Yo sí soy partidario de que hubiera una regulación, pero no sólo para los MIR, sino también para los médicos.
Alejandro Iñarra: La cuestión respecto a que se queden plazas libres no se soluciona aumentando el número de médicos, sino con un sistema de incentivos que deberían actuar por ejemplo en Atención Primaria, que normalmente se queda con plazas libres. Lo que se debería hacer desde la universidad y desde el Estado es no sólo incentivar a nivel de salario, sino también cambiar la imagen que ofrecen esas especialidades, lo cual pasa por cambiar programas formativos a nivel docente. El problema no se va a solucionar sacando más médicos, ese problema se soluciona con otro tipo de estrategias.
Esteban del Ruste: Nosotros acabamos de aprobar un plan de incentivos para trabajar en centros periféricos, con el cual estamos teniendo más bien poco éxito. Y, sin embargo, hay un montón de incentivos. Con lo cual, yo me resisto a ver eso de la misma manera.
Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez Vila: Creo que el problema de que no se cubran especialidades, por ejemplo en tu comunidad autónoma, es parte del problema en origen. Es decir, si nosotros tuviésemos una tabla salarial para todo el mundo igual, sea Galicia, Andalucía o Murcia; si todo el mundo tuviese ese punto de partida –no nos olvidemos de que muchos de los presupuestos de las comunidades autónomas vienen como consecuencia de los Presupuestos Generales del Estado-, ese punto de partida sería que todo el mundo cobrase igual. Tenemos comunidades autónomas que pagan más que otras por especialidades a través de un sistema retributivo que supera incluso el decreto del año 2006. ¿Qué ocurre? Que Andalucía, por ejemplo, da una formación que es de naturaleza pública, pero ese MIR una vez que acaba termina trabajando en Galicia; o el de Galicia acaba en Murcia… Se está provocando una situación que podríamos llamar “insolidaria”: que en una formación que es pública –excepto algunas clínicas privadas que tienen una formación que no da la pública-, unos aportan más a esos presupuestos para que los médicos acaben trabajando en toras comunidades autónomas, y a la inversa. Entiendo que el convenio regularía ese punto de partida, lo cual evitaría a su vez que no se cubran las especialidades. Porque yo tengo una misma especialidad en Galicia, donde cobro 3.000 euros más al año, y otra en Murcia, donde cobro 3.000 menos… Evidentemente, el MIR, si tiene la posibilidad de elegir la plaza, se va a ir a la de Galicia. Desde mi punto de vista creo que el convenio podría regular esa situación de inicio.
Roberto Delgado: Sólo quiero añadir –estoy de acuerdo con lo que se ha dicho- que los salarios de los MIR son bajos, pero también son bajos los de los adjuntos. Si miramos a los países europeos que tenemos al lado, como Portugal, Francia, Italia e Inglaterra, se duplican y triplican los salarios de los residentes y los de los adjuntos. El nivel de vida es más bajo en España, pero aun así yo creo que eso habría que revisarlo.
Sheila Justo: Nosotros hemos hecho una especie de resumen a nivel estatal de las retribuciones que hay en todas las comunidades autónomas. La retribución del MIR, que son 12 sueldos base más las dos pagas extraordinarias, en principio parte de la misma cantidad. Sin embargo, a partir de las medidas extraordinarias para la reducción de déficit que había en ese momento en 2010, hubo una reducción que por comunidades autónomas –una ley específica-, lo que provocó descensos diferentes. Es decir, unas comunidades descendieron en esa cuantía inicial que era de 1.161,30 un 3 por ciento en otras el 4,5 por ciento, otras un 5 por ciento. Además, hay algunas comunidades autónomas que tienen unos complementos diferentes a otras. Por ejemplo, Ceuta y Melilla, Baleares, Euskadi, Extremadura… Es decir, que a esa reducción específica que se hizo por las comunidades autónomas como medidas extraordinarias hay que sumarle esos complementos en las diferentes CCAA. Sí que hay diferencias, ya no solo por las reducciones que sufrieron en 2010, que en mi opinión fueron excesivas teniendo en cuenta que son salarios muy recortados, ya que estos residentes van a otras comunidades autónomas y requieren de gastos como alquiler, etc. Si por ejemplo vienen a Madrid, ya sabemos los precios que hay. Siempre es un gasto importante para el residente.
¿Se están recuperando esas nóminas?
Sheila Justo: No se están recuperando. Lo que nos dicen los medios es que hemos salido de la crisis. En el caso general de los sanitarios y en el caso concreto de los MIR, si hubiera un convenio se podría complementar (con los complementos específicos que ya he comentado en las CCAA) e intentar incrementar esas retribuciones.
Lo que está quedando claro que no existe actualmente ningún método que sirva para crear presión por parte de los residentes para, por ejemplo, exigir ese incremento de sueldo.
Sheila Justo: El método sería desde el Comité de Empresa… no sé, el abogado podría decir cómo se podrían incrementar esas retribuciones. Intentar negociar que se incrementaran con complementos específicos.
Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez-Vila: Creo que hay dos situaciones. La primera es la capacidad negociadora, quién tiene la legitimidad. Se podría discutir si la tiene Murcia o la comunidad autónoma valenciana no la quiere hacer se ve transferida sus competencias. Pero de la misma manera que en el año 2006 se reguló la situación de los MIR desde un punto de vista individual en el decreto, no hay ningún impedimento para que ahora se pueda hacer. Por lo tanto, quedaría una comisión negociadora que yo entiendo que sería por parte de los sindicatos, por parte de las comunidades autónomas y por parte incluso de clínicas privadas en general porque en un momento determinado pueden tener la formación del MIR en una especialidad en esa clínica privada. Después hay una tabla salarial que tiene que ser clara. El salario base tiene que ser igual para todo el mundo, al igual que cualquier complemento que esté relacionado directamente con ese proceso de formación, es decir, que los MIR que trabajan en todas las comunidades autónomas cobren la misma cantidad. Después tiene que haber un segundo complemento, perfectamente definido, de cuáles son los pluses de productividad, de residencia, etc. Que tenga una razón, no un capricho de una comunidad que quiera dar un complemento a un MIR, como está ocurriendo ahora. Todos sabemos que dan complemento de residencia y, en el fondo, lo que está encubriendo es un salario. No es realmente un complemento vinculado a la residencia, sino que en el fondo es un salario. ¿Para qué? Para atraer evidentemente a un MIR que prefiere hacer esa especialidad en ese sitio específico porque le pagan 1.000 euros o 200 euros al mes. Y a lo mejor, la misma especialidad la hace por ejemplo en el País Vasco o en Andalucía, pero no cobra esas cantidades. Lo mismo está ocurriendo con las guardias. ¿Por qué en Cataluña pagan 200 euros y en Andalucía 106? Eso es lo que el convenio tiene que terminar regulando. Existe un punto de partida que es ese convenio. Sin en ese convenio estaremos sufriendo o experimentando lo que se ha comentado en esta mesa, que hacen trabajos que no les corresponden, que hay sobrecargas, incluso se ha mencionado que hay relaciones de vasallaje… Estamos hablando de las carencias. ¿Cómo se pueden ir evitando poco a poco? Con un marco legal que vaya más allá de un decreto del año 2006, con lo que ha pasado la friolera de 11 años, o un decreto de 2008 que a lo mejor hay que actualizar porque han pasado nueve años. Una legislación que tiene prácticamente diez años no se ajusta a la realidad de lo que está ocurriendo y, por lo tanto, no será una ley justa. Una ley que está siendo superada por la realidad y se pretende aplicar es muy mala compañera de camino tanto para los MIR como las propias instituciones.
No me quiero olvidar del papel de los tutores. ¿Existe algún modo de establecer un convenio que sirva para optimizar la tarea del tutor?
Roberto Delgado Boltón: Los tutores son un grupo de profesionales que están poco valorados por el trabajo que hacen. Solo en algunas comunidades autónomas está remunerada la actividad del tutor. En el resto se da un tiempo teórico por residente, pero ¿cómo se aplica ese tiempo? En algunos casos se puede utilizar, en otros tiene actividad asistencial. Al final, todo esto repercute negativamente en el residente porque el tutor no tiene tiempo para hacer las tutorías, las evaluaciones, para seguir al residente… Esto es algo esencial y estamos intentando mejorar el tiempo que puedan disfrutar los tutores para la docencia y que esto sea reconocido por la administración.
Rut Bravo: Estoy completamente de acuerdo, la labor del tutor es imprescindible y es una figura de referencia para toda la residencia. Hoy en día los adjuntos que se ofrecen como tutores hacen una labor completamente altruista, porque ni está reconocida económica ni profesionalmente. Tampoco están liberados como deberían de carga existencial como para volver a hacer tutorización. Al final supone una sobrecarga tanto para el tutor que lo hace a costa de su tiempo libre como en detrimento de la formación del residente porque no hay tiempo ni de hacer tutorías ni docencia. Estamos viendo cómo muchos adjuntos dejan de ser tutores porque con honestidad sienten que no van a poder hacerlo correctamente porque no se les dan los medios. Y quiero felicitar a quiénes lo hacen porque es de una manera puramente altruista y a costa de su esfuerzo. La docencia tanto entre tutores a residentes como entre propios residentes, de mayores a pequeños, es inherente a la formación médica. Nosotros somos constantemente médicos en formación, aunque hayamos terminado la residencia. Es una cualidad, una característica, que muchas veces no está ni respetado ni fomentado. Pero es volver a lo mismo, a las carencias que estamos comentando. Que la carga existencia es tan grande que no nos deja tiempo para nada más. Si se hiciera este convenio, la parte de la formación debería estar muy regulada.
Luis Cabeza Osorio: Estoy de acuerdo con todo lo que han dicho. El nivel MIR en España es muy bueno comparado con otros países europeos o mundiales, pero el eje vertebrador sobre el que tiene que ir toda la formación del residente es su tutor. Es su guía durante sus cuatro o cinco años de especialización. Si no le damos valía a esa tarea, provoca que mucha gente con vocación docente y con ganas de formar a residentes, se vaya poco a poco bajando de ese carro simplemente porque es un extra de más de todo lo que tiene, sin ningún tipo de reconocimiento. Si queremos tener mejores residentes, dentro de que son muy buenos, hay que potenciar la figura del tutor. Podemos discutir en qué forma, económica, tiempo o liberación asistencial, podemos discutir los mecanismos que puedan existir, pero el tutor como eje vertebrador a cualquier nivel –docente, universitario o escolar – es algo básico para que vaya guiando en la formación. Es un papel que hay que reivindicar porque no siempre está reconocido.
Esteban del Ruste: En Aragón hemos aprobado un modelo de baremos de méritos para todos nuestros procedimientos de selección de personal sanitario, y ahí hemos incorporado la titularidad de residentes con una puntuación nada desdeñable como reconocimiento a esa labor. También la reconocemos en el ámbito de la carrera profesional. A la hora de optar al puesto de jefatura de sección o de servicio, aparte de una entrevista y una evaluación, tiene un peso significativo la formación de residentes.
Conclusiones
Sheila Justo: En principio es muy necesario que el MIR tenga un convenio propio por las peculiaridades del residente, de su relación laboral en formación que tiene. En cuanto a las retribuciones y las condiciones de trabajo, sería ideal que este convenio fuera a nivel estatal porque así no habría diferencias entre comunidades autónomas, como hemos comentado antes. Esto podría ser positivo para que los MIR pudieran elegir libremente sin tener en cuenta peculiaridades de retribución. Por otro lado, el residente tiene que aprender dentro de una formación saludable. Me remito al estudio de la fundación Galatea sobre la salud del MIR, que aseguraba que entre un 15 y 29 por ciento de los residentes podían desarrollar una enfermedad mental durante el primer año. Esto no debería ser así. Lo ideal es que adquiriera los conocimientos de una forma progresiva y sin una sobrecarga excesiva. Es una etapa vital para su vida como médico. Es fundamental que sea poco a poco y en las mejores condiciones.
Luis Cabeza: Creo que estamos todos de acuerdo en que un convenio sería positivo a este nivel. Particularmente me gustaría añadir que hay que entender, dentro de este convenio, que el residente tiene una tarea existencial, que es importante, pero no podemos dejar de lado la tarea formativa, de docencia y la investigadora. Hay que tener en cuenta estos apartados que el residente no debe pasar por alto. La parte existencia es la mayoritaria, como hemos comentado en el debate, pero también tener un tiempo para investigar, para formarte e incluso para la docencia de otros compañeros. Esto nos va a ayudar a que el residente no sea visto como un refuerzo asistencial, muchas veces da esa sensación, sino que sean unos años muy formativos y que mejoran a largo plazo la calidad de los médicos en nuestro país. Y me gustaría volver a insistir en el tema de los tutores y la motivación sobre los mismos. La residencia es un periodo de formación y hay que entenderlo en ese marco.
Roberto Delgado: Para añadir a lo que se ha dicho, es fundamental regular el tiempo de trabajo de los residentes, que no hagan horas excesivas, cumplir lo que está en la normativa. Tampoco hacer un número excesivo de guardias porque va en detrimento de la formación. En segundo punto, creo que sería útil potenciar aspectos como el profesionalismo, la formación continuada, el trabajo en equipo o la empatía, que puede ayudar a ofrecer prestaciones. Y tercer lugar, no menos importante, potencial la figura central del tutor, que tenga un reconocimiento y un papel relevante en la formación.
Esteban del Ruste: Es bueno homogeneizar condiciones no solo con los MIR, también en el ámbito de los adjuntos. Pero sería sin duda alguna un paso adelante. Se ha hablado que las retribuciones de los MIR son escasas. No digo que no, pero la formación del personal MIR al sistema público le cuesta un gran esfuerzo. Hemos constatado, y creo que estamos todos de acuerdo, que es un buen sistema. Con matices y mejoras, pero nuestros profesionales salen bien formados. Cuando con ese esfuerzo, a pesar de que las retribuciones no sean las adecuadas, ves que un MIR de una especialidad se va a otro país o al ámbito privado –yo tengo que defender a lo público porque es donde trabajo- a nosotros nos abre las carnes. No lo he querido poner sobre la mesa porque creo que sería objeto de un debate casi monográfico, pero considero que, una vez formado, el personal MIR tendría que estar trabajando durante unos años para quien le ha formado con todas las garantías y derechos, como un piloto.
Conclusiones del debate.
Rut Bravo: Estamos todos de acuerdo. Los médicos internos residentes españoles son brillantes, de los mejores de Europa, que salen con una formación buenísima. Hay que agradecer y estimular la labor de los tutores. Creo que hace falta un convenio propio por las cualidades que tiene la propia residencia y que tiene que ser estatal. Hay que estandarizar asuntos muy importantes, como la jornada laboral, cuáles son sus derechos y sus deberes. Porque, efectivamente, ya no son estudiantes, son médicos, y tienen también obligaciones que cumplir hacia el hospital y los pacientes. Es muy importante que se garantice en ese convenio su supervisión. Que se incluya, que es importante, el acceso a la docencia y a la investigación. Más que seguir el modelo de los pilotos, lo que tendría que hacer el sistema es garantizar a los médicos residentes que terminan oportunidades de trabajo reales, que haya estabilidad laboral, que hayan unos salarios que sean dignos y que haya opciones para quedarnos contentos en la sanidad pública y en el estado español, como querría la mayoría.
Juan Antonio Rodríguez y Rodríguez-Vila: La primera conclusión que he sacado de esta mesa redonda es que hay una clara manifestación de carencias. Prácticamente es lo único que se ha escuchado. Por otro lado, entiendo que el convenio tiene que ser negociado, entre otras razones porque es un derecho constitucional. En la legislación española se ha producido una situación absolutamente curiosa. Por un lado se habla siempre de las garantías y, sin embargo, la legislación en el ámbito laboral tiende cada vez más a ser desregularizada. La última reforma del estatuto que se hizo en el año 2012 prácticamente abrió un elemento desregularizador y, al mismo tiempo, pretendía que fuese garantista. Este convenio que yo planteo, y en el que estamos todos de acuerdo, debe tener la capacidad para homogeneizar y evitar esas disfunciones que hay entre la residencia de los MIR en una comunidad autónoma y en la otra. No solamente es cuestión de los salarios, también debe contemplar las excedencias, la maternidad, violencia de género… y otra es el tema de la docencia. Debe ser, como comentabais, el eje vertebrador en la formación de los MIR. Por lo tanto, estaríamos hablando de un convenio amplio, integrador y homogeneizador de las situaciones que se generan en todo el territorio nacional. ¿Por qué? Porque la enseñanza que se da es de naturaleza pública y está financiada –directa o indirectamente– por los presupuestos generales del Estado. Sería el elemento que haría más justa la relación con los MIR y, de alguna manera, modernizase los decretos de 2006 y 2008.
Alejandro Iñarra: Creo que todos estamos de acuerdo en que hay una gran distancia entre todos los documentos legales y los reales decretos con la realidad. También estamos de acuerdo en hacer un convenio, pero este se tiene que ver acompañado de estrategias de cuidado al residente y de conciliación laboral. Me ha llamado la atención la aportación que se ha hecho no solo al nivel de salario, sino también de maternidad, conciliación laboral y violencia de género. Los estudiantes queremos manifestar que los residentes también se encargan de nuestra docencia, son una gran base en nuestra docencia y esta no queda reconocida. Los estudiantes defendemos que esa docencia tiene que quedar reconocida tanto laboral como profesionalmente y que no ha de ser obligatoria. Por último, a nivel formativo, queremos remarcar que tiene que haber una amplia formación en comunicación, en bioética, en profesionalismo, y que esa formación no pasa solo de manera teórica, sino que también se produce de manera práctica. No vale decir que el principio fundamental que rige en la sanidad ahora mismo en la relación médico-paciente es la autonomía y luego en un tipo test te lo pongan, sino que esta también tiene que ser práctica. Y esto también tiene que venir del grado.
Debate '¿Es necesario un convenio laboral que regule la formación de los MIR?' (Parte 1)
Debate '¿Es necesario un convenio laboral que regule la formación de los MIR?' (Parte 2)
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