Eva Fariña. Madrid
La nueva Cátedra de Psiquiatría Infantil de la Universidad Complutense de Madrid, creada recientemente con la colaboración de la Fundación Alicia Koplowitz, pretende paliar el déficit formativo de los especialistas en las patologías psiquiátricas en niños y adolescentes. Según ha comentado Celso Arango, director de la Cátedra, cuatro meses de rotación en esta especialidad “son muy pocos”.
Celso Arango. |
El periodo mínimo de rotación por Psiquiatría Infantil que exigen los programas formativos de la especialidad son cuatro meses, pero es un tiempo insuficiente según Celso Arango, porque los trastornos que se manifiestan en los niños y adolescentes a veces “son diferentes” y es “distinta” su forma de expresarse, “así como el diagnóstico, el tratamiento y la intervención con la familia, los profesores o los servicios sociales”, comenta el director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam).
El problema surge cuando un especialista tiene que tratar a niños y adolescentes, y por ejemplo presentan un autismo, y durante su periodo de residencia no ha visto ningún caso de esta enfermedad, entonces “¿cómo va a ser capaz de diagnosticarlo o tratarlo?”, se pregunta Celso Arango.
En este sentido, hay que recordar que España es el único país de la Unión Europea que aún no tiene reconocida la especialidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil, aunque en el último borrador de troncalidad se incluye esta disciplina entre las especialidades médicas, en un tronco compartido con la Psiquiatría ‘de adultos’. No tener reconocida esta especialidad actualmente supone “una falta de formación de los especialistas en Psiquiatría cuando acaban el sistema MIR”.
Por esta razón, la Cátedra de la UCM intenta paliar “esa falta de formación desde los estudiantes universitarios pregrado, hasta los especialistas y profesionales que se dedican a ver a niños y adolescentes pero tienen algún tipo de carencia formativa”, asegura Arango.